sábado, 29 de abril de 2023

BUSCAR A DIOS DONDE SE ENCUENTRA

 

 

 



El ermitaño, en oración oyó claramente la voz
de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro
especial con Él. La cita era para el atardecer del
día siguiente, en la cima de una montaña lejana.
Temprano se puso de camino; necesitaba toda
la jornada para llegar al monte y escalarlo. Ante
todo, quería llegar puntual a la importante entre-
vista.
Atravesando un valle, se encontró a varios cam-
pesinos ocupados en intentar controlar y apagar
un incendio declarado en el bosque cercano,
que amenazaba las cosechas y hasta las pro-
pias casas de los habitantes. Reclamaron su
ayuda porque todos los brazos eran pocos.
Sintió la angustia de la situación y el no poder
detenerse a ayudarles. No debía llegar tarde a
la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que con
una oración que el Señor les socorriera, apresu-
ró el paso, ya que había que dar un rodeo a
causa del fuego.
Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la mon-
taña, jadeante por la fatiga y la emoción. El sol
comenzaba su ocaso; llegaba puntual, por lo
que dio gracias al cielo en su corazón.
Anhelante esperó, mirando en todas las direc-
ciones. El Señor no aparecía por ninguna parte.
Por fin descubrió, visible sobre una roca, algo
escrito. Leyó: “Dispénsame, estoy ocupado
ayudando a los que sofocan el incendio”.
Entonces comprendió dónde debía encontrarse
con Dios.
Vidal Ayala. “La voz del bosque”.


No hay comentarios: