El 15 de marzo de 1995, Claudia Mullen, una de las víctimas de la experimentación con radiaciones, testificó ante el comité gubernamental que investigaba estos casos que también había sido víctima de otro tipo de experimentos de control mental que incluían “la permanencia en tanques de agua para provocar aislamiento”. Y este desde luego no es el único caso; muchas otras personas aseguran haber sufrido este tipo de experiencias en “tanques de aislamiento”. Curiosamente esta circunstancia es más que habitual en los casos de abducciones extraterrestres. Michelle, una abducida investigada por el Dr. Kouguell, consultor de la MUFON, recordó que sus captores la introdujeron en un tanque de agua.
Pero además asegura que recuerda imágenes de militares, humanos con batas blancas y jeeps del ejército, visiones que no logra ubicar dentro de su experiencia de abducción extraterrestre. Los alienígenas, al igual que en muchos otros casos de abducción, utilizaron vulgares jeringuillas para inyectarle algún tipo de droga y le introdujeron un pequeño aparato a través de su oreja, una de las técnicas más empleadas para colocar estos pequeños “chips” por parte de científicos terrestres, como veremos más adelante. Posteriormente, Michelle acudió al médico por una inflamación en su orela y el facultativo logró extraer un objeto extraño. Por lo que parece, estos “extraterrestres”, a pesar de sus miles de años de superioridad sobre los humanos –unos 20.000, asegura el popular investigador del fenómeno abducción Budd Hopkins-, utilizaban una técnica bastante chapucera, incluso superada por los conocimientos científicos de hoy en día. Otros muchos abducidos afirmaron haber visto humanos flotando en grandes cápsulas de un líquido extraño. Betty Ann Luca, protagonista de uno de los casos más conocidos del mundo, también fue introducida por sus supuestos captores extraterrestres en varias ocasiones en tanques con líquido.
Dan Wright, director del proyecto de recogida de casos de abducción de la MUFON, también ha archivado infinidad de casos en los que los abducidos son introducidos en tanques que contenían algún tipo de líquido. En tres de éstos, los testigos fueron obligados a respirar sumergidos en el mismo. No son los únicos casos recogidos por los investigadores. Los abducidos Kim Calsberg o James Austino, entre otros, afirman haber vivido la misma experiencia. En el protagonizado por Austino, éste recuerda haber visto a una mujer con bata blanca ayudando a los alienígenas. El conocido investigador David M. Jacobs, en su libro Vida secreta afirma, refiriéndose a estas experiencias, que el propósito de los extraterrestres es por el momento desconocido. Sin embargo, puede que no les resulten tan desconocidas estas experiencias a varios científicos que estudiaron dichas cuestiones en los años 60 del pasado siglo. El doctor J. Kylstra, psicólogo de la State University de Nueva York, que trabajó para la marina estadounidense, pensó que las soluciones saladas podían ser saturadas con oxígeno a alta presión. Realizó experimentos con ratas sumergidas en agua salada saturada con oxígeno que, una vez fuera del agua, llegaban a sobrevivir unas 18 horas.
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