Ubicación del santuario de los Anunnaki
Los investigadores han hallado profundas similitudes entre las mitologías de los Anunnaki y los Nefilim. En 1971, Edward Pipinski publicó un análisis académico de varios textos antiguos, entre ellos la versión en antiguo babilonio de la Epopeya de Gilgamesh, todos los cuales incluyen importante información que revela la verdadera ubicación del santuario de los Anunnaki en la cosmología y el pensamiento del antiguo Oriente. Pipinski descubrió que: «De hecho, la versión en antiguo babilonio de la Epopeya de Gilgamesh identifica Hermón y el Líbano con la morada de los Anunnaki». El investigador hace hincapié en las líneas 12-21 del Gilgamesh en antiguo babilonio, unas líneas que hablan de la destrucción de Humbaba, guardián de la morada de los dioses, a manos del compañero de Gilgamesh, Enkidu, después de lo cual el texto afirma que ambos «penetraron en el bosque, abrieron la secreta morada de los Anunnaki.» Mientras que las mitologías posteriores sugieren lugares alternativos para el hogar de los Anunnaki, Pipinski explica que los más antiguos textos mesopotámicos y cananeos del Próximo Oriente apuntan al bosque de cedros del monte Hermón:
«…encontramos rastros de la tradición más antigua en la mención de la montaña que era morada de los dioses, y cuyos accesos estaban ocultos por el Bosque de Cedros cuyo guardián era Humbaba. Esta montaña era, creemos, el Hermón del Antilíbano… La cordillera sur del Antilíbano sería por lo tanto probablemente la montaña en cuyas profundidades vivían los Anunnaki, según la versión en antiguo babilonio de la Epopeya de Gilgamesh. En el período babilónico antiguo los Anunnaki eran aún considerados los dioses en general… El monte Hermón debería por tanto ser identificado con la morada de los dioses.»
Cielo y Tierra se unen
Pipinski también señala el hecho de que el monte Hermón era considerado al guardián de los tratados internacionales en el mundo antiguo, y conecta esta tradición con el juramento realizado por los Vigilantes en el Libro de Enoc. Al incorporar textos apócrifos como el Testamento de los Doce Patriarcas y el Libro de Enoc a su estudio, Pipinski concluye:
«El monte Hermón es la montaña cósmica que une la tierra con el cielo más bajo. Encontramos la misma idea en el episodio de los hijos de Dios del Libro de Enoc. Los seres celestiales se reúnen en la cima del monte Hermón porque ésta es la montaña de los dioses, el Olimpo cananeo.»
El monte Hermón se encuentra en el extremo sur de la cordillera montañosa del AntiLíbano, a caballo sobre la frontera entre Siria y el Líbano. El pico más alto del Hermón alcanza los 9.232 pies (2.814 metros). La zona abunda en antiguos altares que se remontan a miles de años atrás, y siguió albergando santuarios y rituales hasta épocas tan recientes como la de Constantino el Grande. De mayor importancia es el hecho de que Gilgamesh fuera famoso en el mundo antiguo por haber obtenido su conocimiento del mundo antediluviano, según la Epopeya de Gilgamesh de Ugarit (líneas 5-9):
«En todas partes exploró los centros del poder, conocía la totalidad de la sabiduría sobre todas las cosas. Él, que recorrió el camino distante hasta Utter-napisti, que cruzó el océano, el ancho mar, hasta alcanzar el amanecer: recuperó el conocimiento de la era antediluviana.»
Estos pasajes cierran el círculo con la interpretación de Pipinski de la versión en antiguo babilonio de la Epopeya de Gilgamesh, donde el antiguo rey viajó al monte Hermón —morada de los Anunnaki…
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