En 2014, la Editorial Abya Yala publicaba en español “Quantum Theology”, obra que recoge las ideas del sacerdote católico irlandés Diarmuid O´Murchu. O´Murchu entiende que, si el mundo es como dice la Nueva Física, el ser humano religioso ha de entender su religiosidad de una forma nueva, en la que debe predominar la vinculación con el Todo, el universo, la vida, la comunidad humana y religiosa; y un Dios que constituye la última esencia holística del universo. Por Gonzalo Haya.
Durante muchos siglos la imagen del mundo físico
en la ciencia estuvo dominada por lo que se conoce como la mecánica
clásica. Conducía a una imagen determinista y mecánica del
universo. El universo era un clock work, una portentosa obra
de relojería.
Sin embargo, desde los
descubrimientos y los constructos teóricos que comenzaron a
proponerse a principios del siglo XX, la imagen del mundo físico
comenzó a cambiar radicalmente: se pasó del fraccionamiento de las
partículas unidas por cadenas causa-efecto, que producían la imagen
de un sistema desintegrado y ciego (mecánica clásica), a un
universo concebido como un inmenso campo unitario donde los objetos y
seres individuales que lo conforman pertenecen a un todo superior que
los integra.
Para Diarmuit O'Murchuesta nueva imagen del universo lleva
a una nueva idea de la religión en que predomina la vivencia
holística de la inmersión en la Divinidad, la vinculación al todo
superando las diferencias, la solidaridad interhumana, y en último
término a la vivencia del amor, entendido como la fuerza de Dios,
que ha querido estar unido al cosmos, y la fuerza que da sentido a la
vida de los hombres por su unión a la naturaleza, a los demás
hombres y a Dios.
Quizás el título de la obra de Diarmuid O´Murchu
pueda sonar un poco exagerado. Pero no es snobismo. Nuestros
conceptos son abstracciones obtenidas de la experiencia del mundo que
nos rodea; si nuestra experiencia del mundo cambia, también
cambiarán los conceptos con los que elaboramos la interpretación de
nuestra experiencia espiritual.
La física
cuántica está cambiando nuestra comprensión de los últimos
elementos de la realidad, aunque todavía no llega a explicar las
experiencias más habituales del macrocosmos. Pero la última
realidad es precisamente el objeto de la metafísica y de la
experiencia espiritual, por eso la teología cuántica se inspira en
la nueva física, y encuentra mejor explicación que en la física
mecanicista de siglos pasados. Esta sería en el fondo la
justificación que ofrece O’Murchu para esta tendencia que denomina
como Teología cuántica.
No creo que esta
teología cuántica sea consecuencia lógica de los principios de la
teoría cuántica. Ni la ciencia ni la mecánica cuántica llevan por
sí mismas a una teología cuántica. Sin embargo, es legítimo,
fuera de la ciencia, encuentrae en ella una explicación o soporte
para interpretar la experiencia espiritual. O’Murchu incluso invita
a estimular la imaginación para descubrir nuevas posibilidades en la
comprensión del Misterio que nos sobrepasa.
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