jueves, 27 de agosto de 2015

EL EXPERIMENTO FILADELFIA (1º entrega)

Al menos, y de una forma superficial, el Experimento Filadelfia (conocido oficialmente como Proyecto Arco
iris) representó el experimento militar de máximo secreto con el que se intentó volver invisible un acorazado.
¡Sí, invisible! ¿Ha visto usted la película del mismo título? El experimento tuvo lugar en 1943, en medio de la
Segunda Guerra Mundial.
Hacer invisible un acorazado no resulta, en el fondo, muy difícil de conseguir. Todo lo que usted tiene que
hacer es llevarlo al siguiente supertono dimensional, y se convertirá en invisible para todos los que se
encuentren en este nivel dimensional. La tecnología necesaria para llevar a cabo el Experimento
Filadelfia nos llegó de los Grises. Necesitábamos un sistema de «invisibilidad» para ganar la guerra, pero ellos
tenían muy distintas razones para proporcionarnos esa tecnología, de lo cual hablaré más adelante.

Para hacer invisible algo, o para entrar en un supertono dimensional más alto, es necesario crear campos
energéticos antirrota-torios a velocidades muy concretas. En el experimento, los científicos del Gobierno
consiguieron campos antirrotatorios basándose en una estrella tetraédrica. Cuando se pasa de un mundo
dimensional a otro, los campos antirrotatorios se disparan desde una velocidad que va del 90 por ciento de la
de la luz, a su velocidad actual, lo que incluye series extremadamente complejas de números armónicos que se
van construyendo unos a otros.
El efecto visual de este proceso es que el espacio que nos rodea se convierte en una especie de niebla roja
que toma la forma de un platillo volante. Los colores van adquiriendo muy rápidamente todos los tonos del arco
iris, del rojo al naranja, al amarillo y al verde, del azul al púrpura y al púrpura ultravioleta, y después a una luz
blanca cegadora que va decreciendo lentamente. Cualquier objeto parece como si estuviera hecho de oro;
poco a poco se va haciendo translúcido y luego transparente. En ese momento se puede ver a través de los
objetos. Después, se entra en una gran oscuridad; en ese punto se hace un giro de 90 grados, que se realiza
en dos movimientos de 45 grados. Los distintos mundos dimensionales se encuentran separados por ángulos
de 90 grados. Tras este cambio de 90 grados, se reaparecerá en un mundo completamente nuevo,
perteneciente a otro nivel dimensional.

El Experimento Filadelfia, al margen de lo que en realidad pudiera hacerse, constituye un episodio real
efectuado por la Marina de los Estados Unidos en 1943, que tuvo como objeto el acorazado Eldridge. Los
científicos que trabajaban en el proyecto trataban de que el acorazado se hiciera solamente invisible al radar.
En este experimento los colores iban del rojo al naranja, y de éste al amarillo y al verde. Este proceso no llevó
mucho tiempo, pero nunca se pasó de ahí. Fue algo parecido a como si se cogiese un reactor, se le hiciese
volar a unos cuantos centenares de metros del suelo y, de repente, se le apagasen los motores. Dicho de otro
modo, el experimento estalló entre dos dimensiones. El acorazado, con todos sus ocupantes, desapareció del
campo de observación que la Marina tenía en Filadelfia, durante casi cuatro horas. Cuando reapareció, algunos
de los tripulantes estaban literalmente empotrados en el casco, otros dos fueron encontrados en las mamparas,
algunos estaban ardiendo, otros desaparecieron para siempre, y otros sufrían repetidos procesos de
materialización y desmaterialización. En todo caso, todos los supervivientes se encontraban en un
comprensible estado de desorientación.

Dos de los marineros del acorazado saltaron al agua en pleno experimento, pensando que podrían alejarse
de todo aquello nadando, pero cuando llegaron a tierra se encontraron con que lejos de estar en el puerto de
Filadelfia, se hallaban en Long Island, Nueva York, y en el año 1983. La explicación de lo sucedido es que en
esta última fecha se había llevado a cabo un experimento similar, denominado Proyecto Montauk 1 y que estaba
en conexión con el Experimento Filadelfia de 1943. Los dos marineros eran hermanos, y se llamaban Duncan y
Edward Cameron.(continuará)

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