viernes, 6 de febrero de 2015
Los Cuatro Caminantes:
...Volví a cerrar los ojos... Había un ser de vestiduras resplandecientes... y que me llamaba a seguirle. Salí rápidamente en un desdoblamiento extraordinariamente conciente e involuntario, en el cual seguía a este ser que me llevó a unas rocas en lo alto de un cerro. Me miró a los ojos y compartió estos pensamientos con migo: -“Hay cuatro clases de personas frente al camino espiritual.
Los primeros son los que aun no han despertado a la necesidad de beber el agua del manantial de la vida. Aquellos, aun no tienen sed del agua viva, de la única agua que les podría saciar todas sus necesidades; estas personas viven en el mundo y para el mundo, aman aquella cárcel dorada que se han creado y que el sistema les asigna como cuota frente a su voluntaria inconciencia. Estas personas tienen un dios y muchos dioses, creados a su imagen y a la medida de sus necesidades. No tienen más necesidad que de su fuerza para sobrevivir como aves rapaces en la jungla de la civilización o como roedores que escarban entre las sobras de los reyes de este mundo. Evadirán una y mil veces la responsabilidad de descubrirse como seres humanos para no tener que apartarse del fango de sus bajos instintos en los que se revuelcan como cerdos cebados que algún día irán al matadero. Estos primeros, atados al plano, repetirán en otros mundos el plano que no supieron aprovechar por haber rechazado la oportunidad que este les brindó para definirse.
Hay un segundo grupo de personas que ya despertó a la necesidad de encarar su camino espiritual, pero están tan oprimidos por el sistema y por sus bajas pasiones, por aquellas manifestaciones del ego, que les impide tomar su propio compromiso de realizarse, que se limitan a cuestionar a otros sin comprometerse ellos… Son aquellos que buscan a alguien que pueda garantizarles un desarrollo seguro, sin riesgo alguno; son los seguidores de mil y un grupos, pero son incapaces de sacrificar nada. Si hay alguien que este dispuesto a vivir y morir por ellos, a ese le seguirían y hasta lo ayudaran a morir. Estos están caminando en círculo, porque aun no han desarrollado la capacidad de encarar sus errores, de aceptarlos y menos aun de superarlos, no saben perdonar, pues tendrían que empezarpor ellos mismos y darse una oportunidad. Este grupo de personas, busca todavía colmar sus deseos a los que falsamente denominan “vivir el amor”.
El tercer grupo, es el que conforman aquellos que continuamente se equivocan, de aquellos que tropiezan por tomar iniciativas y por plantearse seriamente con prioridad un camino de decisiones, buscando en una u otra forma, sinceramente la luz, pero allí donde se puede hallar, dentro de uno y en relación con el prójimo.
Este tercer grupo insiste tercamente una y otra vez, levantándose por encima de sus desalientos, porque ya han desarrollado la capacidad de perdonar. Son estos los que a golpes aprendieron a aceptar y amar a cada cual, tal como es … Este tercer grupo posee una gran virtud y es la perseverancia, porque en la aventura espiritual solo está garantizado el triunfo del que llegue hasta el final. Hay aun mucha oscuridad y uno tendrá que golpearse mucho antes de que pueda andar definitivamente en la luz. Estas personas ya empezaron a morir a si mismas, pues son concientes de su tarea de abrir el camino con el ejemplo.
El cuarto grupo es aquel que lo forman aquellos que murieron a si mismos por el amor; aquellos que crucificaron el egoísmo y negaron su vinculación con el mundo y el imperio de los sentidos. Solo cuando nuestro amor sea más grande que nuestro apego a la vida, recién allí aprenderemos a vivir, pero plenamente y ya no necesitaremos pedir del agua viva, pues seremos como manantiales inagotables de una belleza sin igual…”.
Extractado de “Los Guías Extraterrestres” de Sixto Paz Wells.
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