Más que aceptar la probabilidad fantásticamente pequeña de que las fuerzas ‘ciegas’ de la naturaleza hubieran producido la vida, parece mejor suponer que su origen se deba a un acto intelectual deliberado». Esta sorprendente y polémica declaración constituía uno de los pilares fundamentales del pensamiento del célebre y reconocido astrofísico británico Fred Hoyle. Firme defensor de la teoría de la «Panspermia dirigida» (ver artículo anterior), Hoyle creía posible que una civilización extraterrestre hubiera «sembrado» la vida en nuestro planeta hace millones de años.
Este pensamiento heterodoxo no terminaba ahí. Una de sus obras más célebres, El Universo inteligente (Grijalbo, 1984), está plagada de sentencias similares, incómodas para buena parte de la comunidad científica. En una de ellas, Hoyle asegura: «El impulso religioso parece ser una característica exclusiva del hombre (…) Si prescindimos de los múltiples adornos que tradicionalmente se han añadido a la religión, su esencia corresponde a una consigna que llevamos en nuestro interior y que, de una forma muy sencilla, viene a decir: ‘Procedo de algo situado en el cielo’. Profundicemos en esa consigna y encontraremos mucho más de lo esperado».
Siguiendo la invitación de Hoyle, varios estudiosos han ido mucho más lejos, y creen haber encontrado evidencias de que, efectivamente, una civilización alienígena nos creó en un «laboratorio». Lo más curioso es que dichas evidencias se hallarían, según ellos, en diversos mitos y textos sagrados de la antigüedad.
LA BIBLIA MAYA
Entre los autores convencidos de la participación de seres extraterrestres en la creación de la humanidad estaba el desaparecido Andreas Faber-Kaiser. En su libro Las nubes del engaño (Planeta, 1984) examinaba la historia en busca de evidencias de esa «crónica extrahumana antigua». Según Faber-Kaiser, una de estas pruebas se encontraría en el Popol Vuh, el libro sagrado maya de los indios quichés. Para este investigador, algunos fragmentos de dicho texto podían interpretarse en clave extraterrestre: «Nada existía. Sólo había inmovilidad y silencio en la noche. Sólo los Constructores, los Dominadores, los Formadores, los Poderosos del cielo, los Progenitores, estaban en el agua, rodeados de claridad (…) Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y del hombre». En su libro, Faber señalaba que estos «Progenitores» serían en realidad «sembradores» de vida, procedentes de una civilización llegada de las estrellas.
Se trata sin duda de una hipótesis arriesgada, sobre todo teniendo en cuenta que los textos religiosos son siempre abundantes en metáforas, parábolas y referencias simbólicas. Sin embargo, no es menos cierto que algunos pasajes resultan intrigantes y sugerentes. Otro de estos textos sagrados, el Libro de Enoc (un apócrifo del siglo I a. C. sólo aceptado por la Iglesia ortodoxa etíope) sería, según varios autores, otro respaldo a la hipótesis de los sembradores cósmicos.
LOS VIGILANTES
Los capítulos 6 a 36 del Libro de Enoc recogen en sus páginas la llamativa historia de unos ángeles caídos, llamados «Vigilantes». A pesar de su condición semidivina, estos «ángeles» parecían tener unas inclinaciones bastante humanas, pues decidieron inmiscuirse en los asuntos terrenales, hasta el punto de tener contacto carnal con las mujeres de la Tierra: «Así pues, cuando los hijos de los hombres se hubieron multiplicado, y les nacieron hijas hermosas y bonitas, y los ángeles, hijos de los cielos, las vieron, y las desearon, y se dijeron entre ellos: ‘Vamos, escojamos mujeres entre los hijos de los hombres y engendremos hijos’ (…) Así pues, todos ellos eran doscientos, y descendieron sobre la cima del monte Hermon. Tomaron mujeres, cada uno escogió una, y comenzaron a ir hacia ellas y a tener comercio con ellas y les enseñaron los encantos y los encantamientos, y les enseñaron el arte de cortar las raíces y la ciencia de los árboles. Así pues, éstas concibieron y pusieron en el mundo grandes gigantes cuya altura era de tres mil codos». Estos gigantes son conocidos también como nephilim, y según el Libro de Enoc, fueron los culpables de que se pervirtiera la Humanidad.
Curiosamente, un relato prácticamente idéntico lo encontramos en el Antiguo Testamento. En el Génesis (6, 1-4), puede leerse: «Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la Tierra y les nacieron hijas, los de raza divina hallaron que las hijas de los hombres eran agradables y tomaron por mujeres a todas las que quisieron. (…) Había gigantes en la Tierra, en aquellos años, y también después, porque cuando los de raza divina se unían con las hijas de los hombres, ellas les daban hijos, que son los valientes de otro tiempo, hombres famosos».
¿Podrían estar reflejando estos textos, tal y como sugieren algunos investigadores, una realidad que quedó disfrazada de mito con el paso de los siglos? ¿Podrían ser el recuerdo borroso de una mejora genética que los Vigilantes realizaron con los primeros homínidos?
DEL CIELO A LA TIERRA
Pero si alguien ha popularizado la idea de un «Génesis extraterrestre», ese ha sido el escritor de origen ruso Zecharia Sitchin. En su serie Crónicas de la Tierra (formada por siete libros), este autor desarrolla la teoría de que los Anunnaki (unas divinidades de la mitología sumeria y acadia) eran en realidad seres extraterrestres procedentes de un planeta desconocido, que él identifica con el llamado Planeta X (AÑO/CERO, 154).
Los Anunnaki (término que Sitchin traduce como «los que vinieron del cielo a la tierra») no sólo habrían ayudado a prosperar a la civilización sumeria –proporcionándoles valiosos conocimientos científicos–, sino que habrían creado o modificado el ADN de los humanos primitivos, hasta dar lugar con sus experimentos genéticos a la aparición del homo sapiens.
Tal y como detalla en su libro Génesis revisado (Obelisco, 2005), uno de estos Anunnaki, llamado Enki, también conocido como «el Hacedor», habría modificado genéticamente el ADN del homo erectus, al «cruzarlo» con el de los propios Anunnaki. El resultado seríamos nosotros. De este modo, Sitchin cree haber descubierto el auténtico origen del relato bíblico de Adán y Eva… Pero por desgracia, y a pesar de lo sugerentes que resultan las teorías de Sitchin, éstas no han tenido una buena aceptación en el seno de la comunidad científica. Según los expertos en textos sumerios, las traducciones de Sitchin están plagadas de errores e imprecisiones. Algo similar ocurre también con las lecturas «alternativas» planteadas por otros autores sobre los distintos textos sagrados.
Sin embargo, las notables similitudes en los mitos sobre la Creación, presente en culturas separadas temporal y geográficamente y su insistencia a la hora de mencionar a dioses creadores llegados del cielo podrían indicar que, efectivamente, nuestros auténticos «padres» proceden del cosmos.
lunes, 16 de febrero de 2015
GALLETITAS: UN RELATO CORTO DE JORGE BUCAY
A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita.
La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.
- ¡Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
- De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: " Insolente".
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas... ¡Intacto!
viernes, 6 de febrero de 2015
Los Cuatro Caminantes:
...Volví a cerrar los ojos... Había un ser de vestiduras resplandecientes... y que me llamaba a seguirle. Salí rápidamente en un desdoblamiento extraordinariamente conciente e involuntario, en el cual seguía a este ser que me llevó a unas rocas en lo alto de un cerro. Me miró a los ojos y compartió estos pensamientos con migo: -“Hay cuatro clases de personas frente al camino espiritual.
Los primeros son los que aun no han despertado a la necesidad de beber el agua del manantial de la vida. Aquellos, aun no tienen sed del agua viva, de la única agua que les podría saciar todas sus necesidades; estas personas viven en el mundo y para el mundo, aman aquella cárcel dorada que se han creado y que el sistema les asigna como cuota frente a su voluntaria inconciencia. Estas personas tienen un dios y muchos dioses, creados a su imagen y a la medida de sus necesidades. No tienen más necesidad que de su fuerza para sobrevivir como aves rapaces en la jungla de la civilización o como roedores que escarban entre las sobras de los reyes de este mundo. Evadirán una y mil veces la responsabilidad de descubrirse como seres humanos para no tener que apartarse del fango de sus bajos instintos en los que se revuelcan como cerdos cebados que algún día irán al matadero. Estos primeros, atados al plano, repetirán en otros mundos el plano que no supieron aprovechar por haber rechazado la oportunidad que este les brindó para definirse.
Hay un segundo grupo de personas que ya despertó a la necesidad de encarar su camino espiritual, pero están tan oprimidos por el sistema y por sus bajas pasiones, por aquellas manifestaciones del ego, que les impide tomar su propio compromiso de realizarse, que se limitan a cuestionar a otros sin comprometerse ellos… Son aquellos que buscan a alguien que pueda garantizarles un desarrollo seguro, sin riesgo alguno; son los seguidores de mil y un grupos, pero son incapaces de sacrificar nada. Si hay alguien que este dispuesto a vivir y morir por ellos, a ese le seguirían y hasta lo ayudaran a morir. Estos están caminando en círculo, porque aun no han desarrollado la capacidad de encarar sus errores, de aceptarlos y menos aun de superarlos, no saben perdonar, pues tendrían que empezarpor ellos mismos y darse una oportunidad. Este grupo de personas, busca todavía colmar sus deseos a los que falsamente denominan “vivir el amor”.
El tercer grupo, es el que conforman aquellos que continuamente se equivocan, de aquellos que tropiezan por tomar iniciativas y por plantearse seriamente con prioridad un camino de decisiones, buscando en una u otra forma, sinceramente la luz, pero allí donde se puede hallar, dentro de uno y en relación con el prójimo.
Este tercer grupo insiste tercamente una y otra vez, levantándose por encima de sus desalientos, porque ya han desarrollado la capacidad de perdonar. Son estos los que a golpes aprendieron a aceptar y amar a cada cual, tal como es … Este tercer grupo posee una gran virtud y es la perseverancia, porque en la aventura espiritual solo está garantizado el triunfo del que llegue hasta el final. Hay aun mucha oscuridad y uno tendrá que golpearse mucho antes de que pueda andar definitivamente en la luz. Estas personas ya empezaron a morir a si mismas, pues son concientes de su tarea de abrir el camino con el ejemplo.
El cuarto grupo es aquel que lo forman aquellos que murieron a si mismos por el amor; aquellos que crucificaron el egoísmo y negaron su vinculación con el mundo y el imperio de los sentidos. Solo cuando nuestro amor sea más grande que nuestro apego a la vida, recién allí aprenderemos a vivir, pero plenamente y ya no necesitaremos pedir del agua viva, pues seremos como manantiales inagotables de una belleza sin igual…”.
Extractado de “Los Guías Extraterrestres” de Sixto Paz Wells.
Tacuabé
En las puntas del Queguay, la caballería del General Rivera ha culminado, con buena puntería, la obra civilizadora. Ya no queda ni un indio vivo en el Uruguay.
El gobierno dona los cuatro últimos charrúas a la Academia de Ciencias Naturales de París. Los despacha en la bodega de un barco, en calidad de equipaje, entre los demás bultos y valijas.
El público francés paga entrada para ver a los salvajes, raras muestras de una raza extinguida. Los científicos anotan gestos, costumbres y medidas antropométricas; de la forma de los cráneos deducen la escasa inteligencia y el carácter violento.
Antes de un par de meses, los indios se dejan morir. Los académicos se disputan los cadáveres. Solamente sobrevive el guerrero Tacuabé, que huye con su hija recién nacida, llega quién sabe cómo hasta la ciudad de Lyon y allí se desvanece.
Tacuabé era el que hacía música. La hacía en el museo, cuando se iba el público. Frotaba el arco con una varita mojada en saliva y arrancaba dulces vibraciones a la cuerda de crines.
Los franceses que lo espiaron desde atrás de las cortinas cuentan que creaba sonidos muy suaves, apagados, casi inaudibles, como si estuviera conversando en secreto.
Eduardo Galeano de “Las caras y las máscaras”.
¿Es cierto que los pensamientos se vuelven realidad?
Todos somos conscientes del poder de los pensamientos cuando pensamos en algo negativo pero ¿funciona también en positivo o sólo para mal?
Cómo es posible que un pensamiento pueda hacernos sufrir?
Los pensamientos son ideas, recuerdos, expectativas, valoraciones,… que nuestra mente genera.
Hemos de ser muy conscientes que los pensamientos sobre la realidad no son LA REALIDAD, sino la interpretación que hacemos de ella.
Por tanto si los pensamientos no son la realidad, ¿por qué nos hacen sufrir?. Porque los CREEMOS, y así vivimos nuestra vida, en función de ellos y del malestar o bienestar que nos generan.
Podríamos decir que SOMOS lo que PENSAMOS porque existe una interrelación entre lo que pensamos, sentimos y actuamos, de tal forma, que NUESTRA REALIDAD, la construimos en función de nuestros pensamientos, emociones, actitudes y conductas.
CREAMOS lo que CREEMOS. El poder de los pensamientos es, realmente, muy evidente.
¿A que sí crees que funciona el pesimismo?
Entonces, PENSAR equivale a IMAGINAR O INVENTAR, ya que la REALIDAD es diferente, y yo sólo tengo mi interpretación de la misma, a veces, errónea.
Son nuestros MIEDOS, y EXPERIENCIAS ANTERIORES las que no nos permiten ser optimistas y de forma automática pensamos en lo negativo, en lo peor, en lo que nos perjudica, en lo que nos hace sufrir.
Y lo paradójico de nuestro pensamiento es que probablemente nunca ocurrirá, aunque, en cualquier caso, ya lo estamos sufriendo.
¿Cómo nos condiciona el pensamiento?
De todos es sabido que los seres humanos nos equivocamos, cometemos errores y darnos cuenta nos permite aprender de ellos y seguir adelante.
El paso siguiente para asumir esta premisa es aceptar y asumir que nuestra mente también se equivoca cuando piensa.
Cometemos errores de pensamiento, que si no los descubrimos, nos llevarán a sentirnos mal y a tener actitudes contraproducentes para nuestra salud y bienestar.
Pensar en negativo nos predispone negativamente ante una realidad, que si bien, no iba a ser "perfecta", al menos, podía ser algo mejor de lo que imaginamos. Por el simple hecho de imaginarla en negativo, y sentirnos mal, antes de que ocurra, ya no nos permitirá ver lo bueno que había en ella.
Por el contrario, pensar en positivo nos prepara favorablemente, y la mayor parte de las veces, con éxito ante una situación, que si bien puede ser muy difícil o dura, si pensamos que podemos superarla nuestra actitud ya nos servirá para que así sea, y nos esforzaremos en aprender de ella y buscarle el lado positivo que pueda tener. Es otro ejemplo del poder de los pensamientos.
¿Podemos determinar, entonces, nuestro futuro?
Si pensar es INVENTAR, entonces, podríamos elegir lo que pensar y nos convendría escoger aquel PENSAMIENTO o INTERPRETACIÓN de la realidad que nos haga sentirnos bien. P
puestos a inventar, mejor nos iría si inventamos algo saludable ¿no te parece?. Al menos, no sufriremos tanto y es probable que podamos ver el lado positivo de esa experiencia que no era como esperábamos.
Cómo es posible que un pensamiento pueda hacernos sufrir?
Los pensamientos son ideas, recuerdos, expectativas, valoraciones,… que nuestra mente genera.
Hemos de ser muy conscientes que los pensamientos sobre la realidad no son LA REALIDAD, sino la interpretación que hacemos de ella.
Por tanto si los pensamientos no son la realidad, ¿por qué nos hacen sufrir?. Porque los CREEMOS, y así vivimos nuestra vida, en función de ellos y del malestar o bienestar que nos generan.
Podríamos decir que SOMOS lo que PENSAMOS porque existe una interrelación entre lo que pensamos, sentimos y actuamos, de tal forma, que NUESTRA REALIDAD, la construimos en función de nuestros pensamientos, emociones, actitudes y conductas.
CREAMOS lo que CREEMOS. El poder de los pensamientos es, realmente, muy evidente.
¿A que sí crees que funciona el pesimismo?
Entonces, PENSAR equivale a IMAGINAR O INVENTAR, ya que la REALIDAD es diferente, y yo sólo tengo mi interpretación de la misma, a veces, errónea.
Son nuestros MIEDOS, y EXPERIENCIAS ANTERIORES las que no nos permiten ser optimistas y de forma automática pensamos en lo negativo, en lo peor, en lo que nos perjudica, en lo que nos hace sufrir.
Y lo paradójico de nuestro pensamiento es que probablemente nunca ocurrirá, aunque, en cualquier caso, ya lo estamos sufriendo.
¿Cómo nos condiciona el pensamiento?
De todos es sabido que los seres humanos nos equivocamos, cometemos errores y darnos cuenta nos permite aprender de ellos y seguir adelante.
El paso siguiente para asumir esta premisa es aceptar y asumir que nuestra mente también se equivoca cuando piensa.
Cometemos errores de pensamiento, que si no los descubrimos, nos llevarán a sentirnos mal y a tener actitudes contraproducentes para nuestra salud y bienestar.
Pensar en negativo nos predispone negativamente ante una realidad, que si bien, no iba a ser "perfecta", al menos, podía ser algo mejor de lo que imaginamos. Por el simple hecho de imaginarla en negativo, y sentirnos mal, antes de que ocurra, ya no nos permitirá ver lo bueno que había en ella.
Por el contrario, pensar en positivo nos prepara favorablemente, y la mayor parte de las veces, con éxito ante una situación, que si bien puede ser muy difícil o dura, si pensamos que podemos superarla nuestra actitud ya nos servirá para que así sea, y nos esforzaremos en aprender de ella y buscarle el lado positivo que pueda tener. Es otro ejemplo del poder de los pensamientos.
¿Podemos determinar, entonces, nuestro futuro?
Si pensar es INVENTAR, entonces, podríamos elegir lo que pensar y nos convendría escoger aquel PENSAMIENTO o INTERPRETACIÓN de la realidad que nos haga sentirnos bien. P
puestos a inventar, mejor nos iría si inventamos algo saludable ¿no te parece?. Al menos, no sufriremos tanto y es probable que podamos ver el lado positivo de esa experiencia que no era como esperábamos.
domingo, 1 de febrero de 2015
La gratitud mejora la calidad de vida
Los indios nativos de Massachusetts los recibieron amistosamente y compartieron con los peregrinos sus conocimientos sobre las cosechas en esa tierra enseñándoles a cazar y a curar la carne de los animales de la zona.
Para celebrar que habían logrado sobrevivir un invierno muy duro y que tenían una abundante cosecha que les ayudaría a enfrentar el siguiente, los peregrinos organizaron una gran cena. Invitaron a los indios nativos para agradecer su ayuda. La primera celebración duró varios días. Tanto los indios como los peregrinos compartieron alimentos y bebidas.
En la actualidad, el día de “Acción de Gracias” es el feriado más importante para las familias en los EEUU y se lo conmemora con agradecimientos por todo lo bueno que uno haya recibido en el año.
Pero, ¿solo un día alcanza para agradecer todo el bien que se recibe?
Cualquier persona puede sentirse agradecida varias veces durante del día por lo bueno que le sucede y de esta forma la gratitud se convierte en un permanente estado de ánimo. Agradecer diariamente es reconocer y acoger todo lo bueno que nos llega y valorarlo.
Cuando se expresa gratitud se dejan de lado las quejas y los lamentos y al centrarse cada uno en mantener un estado expectante de que todo lo mejor acontecerá en la vida, se fortalece la salud. En las últimas dos décadas, el número de estudios científicos publicados de gratitud se ha disparado, dijo el psicólogo Robert Emmons de la Universidad de California, en Davis, al inicio de la Cumbre de la Gratitud que se realizó en junio de este año. Hoy en día, “sabemos por esta investigación que decir gracias aumenta la felicidad, mejora las relaciones, e incluso reduce la presión sanguínea y fortalece el corazón”.
Las personas que son agradecidas son más felices porque están satisfechas con lo que tienen. La gratitud sincera rompe la barrera del orgullo y abre la puerta de la humildad.
Cuando uno se siente sacudido por fuertes vientos de cambios que pretenden amenazar su bienestar mental, se puede optar por una visión diferente cambiando la base del pensamiento a lo espiritual, o sea, reconociendo la omnipresencia de la bondad divina. Ese cambio conduce a un estado de calma y esperanza.
Cuando somos agradecidos, es más fácil identificarnos con nuestra identidad espiritual.
La gratitud también abre la puerta a la abundancia. La alabanza y la acción de gracias tienen el poder de aumentar nuestra experiencia de bien. Charles Fillmore, lingüista estadounidense y profesor emérito de Lingüística de la Universidad de California, en Berkeley, escribió que “la alabanza y dar las gracias derriten el corazón más endurecido y a menudo abren la puerta a la hospitalidad más sorprendente”.
En el libro de los Salmos, el rey David conocía el poder inherente en la acción de gracias y nos motiva a ser agradecidos. El apóstol Pablo dijo a los Tesalonicenses que en toda circunstancia fueran agradecidos. Por eso, podemos entender que el agradecimiento debe estar presente en todo tiempo.
La gratitud abre las puertas del cielo, la consciencia, que se puede encontrar dentro de cada uno ahora mismo. (noticiaspositivas.com)
Para celebrar que habían logrado sobrevivir un invierno muy duro y que tenían una abundante cosecha que les ayudaría a enfrentar el siguiente, los peregrinos organizaron una gran cena. Invitaron a los indios nativos para agradecer su ayuda. La primera celebración duró varios días. Tanto los indios como los peregrinos compartieron alimentos y bebidas.
En la actualidad, el día de “Acción de Gracias” es el feriado más importante para las familias en los EEUU y se lo conmemora con agradecimientos por todo lo bueno que uno haya recibido en el año.
Pero, ¿solo un día alcanza para agradecer todo el bien que se recibe?
Cualquier persona puede sentirse agradecida varias veces durante del día por lo bueno que le sucede y de esta forma la gratitud se convierte en un permanente estado de ánimo. Agradecer diariamente es reconocer y acoger todo lo bueno que nos llega y valorarlo.
Cuando se expresa gratitud se dejan de lado las quejas y los lamentos y al centrarse cada uno en mantener un estado expectante de que todo lo mejor acontecerá en la vida, se fortalece la salud. En las últimas dos décadas, el número de estudios científicos publicados de gratitud se ha disparado, dijo el psicólogo Robert Emmons de la Universidad de California, en Davis, al inicio de la Cumbre de la Gratitud que se realizó en junio de este año. Hoy en día, “sabemos por esta investigación que decir gracias aumenta la felicidad, mejora las relaciones, e incluso reduce la presión sanguínea y fortalece el corazón”.
Las personas que son agradecidas son más felices porque están satisfechas con lo que tienen. La gratitud sincera rompe la barrera del orgullo y abre la puerta de la humildad.
Cuando uno se siente sacudido por fuertes vientos de cambios que pretenden amenazar su bienestar mental, se puede optar por una visión diferente cambiando la base del pensamiento a lo espiritual, o sea, reconociendo la omnipresencia de la bondad divina. Ese cambio conduce a un estado de calma y esperanza.
Cuando somos agradecidos, es más fácil identificarnos con nuestra identidad espiritual.
La gratitud también abre la puerta a la abundancia. La alabanza y la acción de gracias tienen el poder de aumentar nuestra experiencia de bien. Charles Fillmore, lingüista estadounidense y profesor emérito de Lingüística de la Universidad de California, en Berkeley, escribió que “la alabanza y dar las gracias derriten el corazón más endurecido y a menudo abren la puerta a la hospitalidad más sorprendente”.
En el libro de los Salmos, el rey David conocía el poder inherente en la acción de gracias y nos motiva a ser agradecidos. El apóstol Pablo dijo a los Tesalonicenses que en toda circunstancia fueran agradecidos. Por eso, podemos entender que el agradecimiento debe estar presente en todo tiempo.
La gratitud abre las puertas del cielo, la consciencia, que se puede encontrar dentro de cada uno ahora mismo. (noticiaspositivas.com)
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