El 23 de setiembre de 1989, al mediodía de la URSS, por medio de un sistema grabado de escritura (descifrado por expertos de dicha super-potencia), Gorbachov recibía el siguiente mensaje de nuestros Hermanos extraterrestes: “Estamos vivos..., existimos y os amamos... Somos mucho más fuertes e inteligentes que vosotros..., y por eso pretendemos ayudaros..., pero sugerimos no mas guerras..., no mas muertes entre vosotros..., no mas destrucciones ecológicas..., no mas explotación de los débiles de la Tierra...
Vuestro libre albedrío os permite actuar de esa manera..., mas nuestro propio libre albedrío..., educado en el amor y en la justicia divina que sostiene al universo, nos permitirá actuar para ponerle freno a vuestra locura tan peligrosa...
Si no entendéis este mensaje, otras presencias nuestras llegarán para refrescaros estos conceptos...
Vuestras armas nada pueden hacernos, son como simples juguetes para nosotros... Os advertimos: nuestros campos gravitacionales son refractarios a vuestras energías bélicas... Y cada proyectil nuclear que lancéis al cosmos... regresará como boomerang al lugar desde donde parta...
No juguéis más..., no os hagáis mas daño a vosotros y al planeta!...
Venimos a amaros y serviros, para impedir vuestra completa destrucción, hacia la que vais casi irremediablemente... Si no os ponéis ya un límite..., todo será destruido: vuestro planeta hoy se está sacudiendo con temblores y terremotos..., ¿acaso no os dais cuenta que la Tierra vibra como una mujer con convulsiones de “parto”?...
No podéis alterar el equilibrio planetario-solar y galáctico... ¡entendedlo!... porque estáis en condiciones de hacerlo con vuestra demencia..., pero no lo permitiremos... paz!”.
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