En 1996 en la localidad de Oliver Castle, un grupo de investigadores
que están permanentemente escudriñando el paisaje, lograron
videograbar un grupos de extrañas esferas luminosas que hacían
movimientos circulares y espirales, revoloteando sobre los campos de
trigo, y en fracciones de segundo aparece impresa la figura en forma
como de átomo y de gran tamaño. Estas esferas aparecieron de
improviso como si procedieran de otra dimensión, mientras en el
ambiente se escuchaba un ruido como metálico, probablemente la nave
que estaba en el lugar pero invisible al ojo humano.
En el año
2000 entre los diseños que se manifestaron apareció una figura
colosal a escasos ciento cincuenta metros del radiotelescopio de
Chilbolton. Este gigantesca antena forma parte del Proyecto Ozma-Seti
de búsqueda de vida extraterrestre, y se encuentra ubicado en la
localidad de Hampshire. Allí, en las narices mismas de los
científicos y militares apareció un diseño compuesto de círculos
concéntricos y otros laterales que los cortan tangencialmente que
estaría simbolizando la teoría de la física cuántica de los
“Agujeros de Gusano”, una suerte de canales interdimensionales
por los que teóricamente se viajaría a través del tiempo del
espacio plegando el universo. No había lugar a duda de que no era un
fraude por cuanto su sola confección habría demandado el esfuerzo
de muchas personas durante varios días , lo cual no hubiese podido
ser ocultado por la cercanía a las instalaciones científicas.
Al
año siguiente en los primeros días del mes de Agosto, apareció en
la colina de Milk Hill el diseño más grande hasta ahora y que
congrega la mayor cantidad de círculos. Una figura de 240 metros
diámetro y 409 círculos en una espiral galáctica que nos recuerda
la imagen de una nebulosa espiral en la armonía de las
esferas.
Posteriormente, el 17 de agosto apareció nuevamente en
las inmediaciones del radiotelescopio de Chilbolton dos figuras
inéditas. Una de un rostro gigantesco y tridimensional, y la otra de
una figura codificada rectangular. El rostro solo era visible desde
el cielo y a gran altura, siendo lo más curioso su semejanza con el
Rostro de Sidonia, un aparente rostro esculpido en una montaña
descubierto por la Sonda Vikingo en 1976 en la zona marciana de
Sidonia.
La otra figura era la respuesta a un mensaje
enviado desde la Tierra el 16 de noviembre de 1974.