"Tenemos que tener cuidado, pues ella, la Madre, toma formas muy diversas como por ejemplo la del jaguar o la de la serpiente, para cortarnos el paso, probándonos el valor y la fe. También actúa a través del agua y el viento, lanzando contra nosotros los elementos. Pero no olvidemos, que al ser madre, también lo es de nosotros; no actuemos como extraños en ella, sintámonos mas bien sus hijos, respetando a nuestros hermanos y así, ellos nos respetarán a nosotros".
El guardián de la ribera
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