viernes, 30 de diciembre de 2022

SABÍAS QUË....

 

 

 


 

Erich Von Daniken, en “Los carros de los Dioses” (1969), cree que en el pasado remoto, hace unos 30.000 o 50.000 años, el Planeta Tierra fue visitado por seres del espacio exterior, quienes tal vez crearon la Humanidad tal como la conocemos; después de propagar su simiente e importar conocimientos, partieron hacia las estrellas. El hombre primitivo los recordaba como “Los Dioses” que crearon la vida y enseñaron el método de civilización.
La historia de su visita a la Tierra se narra en mitos antiguos, en los confusos recuerdos de los pueblos que experimentaron esos contactos (Sumerios, Mayas, Egipcios, Incas, etc.).
El libro del Génesis, por ejemplo, informa acerca de la creación de la Tierra con absoluta exactitud geológica: ¿Cómo sabían los cronistas que los minerales precedieron a los vegetales y éstos a los animales?.
 

Ellos hacen el hombre “a nuestra imagen y semejanza”. Y cuando “los hijos de Dios vieron que las hijas del hombre eran bellas, las tomaron por esposas y las hijas del hombre les dieron hijos. Y los hijos se convirtieron en hombres”. Sus padres eran recordados como “los gigantes”, esos seres aparecen en la mitología de todo el Planeta, desde Oriente a Occidente, en las sagas de Tiahuanaco y en las epopeyas de los Esquimales. Deben haber existido.
 

Algo parecía faltar en la historia del desarrollo humano. El hombre evolucionó lentamente en millones de años. Entonces, de repente, dio enormes zancadas, un gran salto hacia adelante. Se convirtió en productor de herramientas, en agricultor, en pastor, en constructor de ciudades. El tamaño de su mente se duplicó; como si el cerebro humano hubiera recibido un estallido de radiación cósmica.
Existen pruebas de su presencia en la Tierra, por ejemplo, entre los elementos dejados por los Dioses hay baterías secas de electricidad que funcionan según el principio galvánico, se las exhibe en el Museo de Bagdad. Los perfectos cortes de las piedras que sirvieron para construir “La Gran Pirámide” o la Ciudadela de “Machu Pichu”, solo pudieron realizarse con herramientas de precisión.

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