viernes, 15 de abril de 2022

Operación "Paperclip", nazis al servicio de Estados Unidos

 

 

 



La Operación Paperclip tuvo sus orígenes cuando la Segunda Guerra Mundial aún estaba en marcha y fue el nombre en clave de un programa militar ultrasecreto ideado por los servicios de inteligencia estadounidenses para extraditar científicos nazis a Estados Unidos.

Originariamente denominada Operación Overcast, nombre en clave de la operación que tenía como objetivo la extradición a los Estados Unidos de todos los científicos nazis especializados en las denominadas "armas maravillosas", el 6 de julio de 1945, el Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos emitió un memorando ultrasecreto y tan explosivo que ni siquiera el presidente Truman fue conocedor del mismo. Titulado Explotación de especialistas alemanes en ciencia y tecnología en los Estados Unidos, este memorando detallaba un programa ultrasecreto para "la obtención, utilización y control de especialistas". En otras palabras, se trataba de un plan encaminado a reclutar científicos nazis y llevarlos a los Estados Unidos. La Inteligencia Militar del Departamento de Guerra, una unidad conocida como G-2, recibió el control total del programa al que cambió su nombre original por el de "Paperclip", por los clips que sujetaban los dossieres de los científicos seleccionados.

Los "escogidos" del Gobierno

Aunque el presidente Truman dio la autorización para llevar a cabo esta operación, el mandatario también incluyó una cláusula por la que no debía ser extraditado ningún científico que hubiera participado activamente en acciones militares del partido nazi o en las políticas genocidas de Adolf Hitler. Estos debían ser excluidos. Debido a que muchos de los "escogidos" no reunían estos requisitos, fue necesario "modificar" algunos de sus datos personales y minimizar los detalles más comprometedores de su vida anterior para que pudieran ser reclutados.

Debido a que muchos de los "escogidos" no reunían estos requisitos, fue necesario "modificar" algunos de sus datos personales y eliminar detalles comprometedores.

La operación se puso en marcha en plena batalla de Berlín y pocos días antes del suicidio de Hitler. Los primeros contactos los llevó a cabo el científico Wernher von Braun, que se ganó el interés y el favor de los estadounidenses cuando les comunicó que en el campo de concentración de Dora-Mittelbau habían centenares de cohetes V-1 y V-2 en proceso de montaje. Como las tropas estadounidenses se hallaban en la región les fue muy fácil hacerse con miles de toneladas de fases de cohetes, componentes, motores, combustible, explosivos, maquinaria y herramientas, además de 140 toneladas de documentos. A pesar de que la zona estaba férreamente vigilada por los soviéticos, cuando éstos llegaron allí no encontraron ni un solo tornillo.

Fervientes nazis silenciados

El personaje clave en la 'Operación Paperclip' fue un abogado llamado Allen Welsh Dulles, que mantenía estrechos vínculos con la familia Rockefeller y que por aquel entonces vivía en la ciudad suiza de Berna. Gracias a la neutralidad tradicional de Suiza, en Berna Dulles pudo contactar con alemanes dispuestos a proporcionar información confidencial; una manera de acercarse al bando vencedor en caso de que Alemania finalmente cayese derrotada. Fritz Kolbe, un operador antinazi que se había movido en ámbitos diplomáticos, fue el principal colaborador del abogado norteamericano. La información que entregó incluía una lista de espías nazis infiltrados en las filas aliadas, así como los planos del Messerschmitt Me 262, el primer avión con turborreactores utilizado a finales de la contienda.

La persona clave en la 'Operación Paperclip' fue un abogado llamado Allen Welsh Dulles, que mantenía estrechos vínculos con la familia Rockefeller.

Al finalizar la guerra, Allen Welsh Dulles, junto a la Joint Inteligence Objective Agency (JIOA), fue el encargado de revisar los dossieres con los nombres de científicos, ingenieros, médicos y técnicos alemanes que acabarían pisando suelo norteamericano. Algunos de estos científicos fueron Georg Rickhey y Arthur Rudolph, ambos ingenieros supervisores en la producción de las bombas V1 y V2. Rudolph fue descrito por los funcionarios estadounidenses como un "nazi ardiente". Había supervisado personalmente el trabajo de los trabajadores-esclavos y estuvo presente durante sus ejecuciones. Tanto los oficiales alemanes como los norteamericanos lo clasificaron como un criminal de guerra. Sin embargo, estas acusaciones fueron silenciadas en su archivo oficial, y Rudolph llegó a trabajar para la NASA.

"Empleados Especiales"

Otros científicos alemanes reclutados en la 'Operación Paperclip' fueron Walter Paul Emil Schreiber, médico infectólogo especializado en guerras bacteriológicas (que terminó sus días en Argentina), y el ingeniero químico Magnus von Braun, que acabó siendo un alto ejecutivo de Chrysler. Por contra, quien no disponía de dossier informativo fue su hermano Wernher, pero pudo acceder al proyecto gracias a que formó parte de las excepciones y Dulles decidió llevarlo a Estados Unidos por sus grandes conocimientos aeronáuticos. Una anécdota cuenta que cuando Von Braun llegó al país, lo primero que vio fue un póster del Tío Sam y exclamó: "¡Esto es lo que necesitaba!, un tío rico".

Una anécdota cuenta que cuando Von Braun llegó a Estados Unidos, lo primero que vio fue un póster del Tío Sam y exclamó: "¡Esto es lo que necesitaba!, un tío rico".

Junto a Von Braun, el resto de científicos y sus familias fueron traslados, bajo un enorme secretismo, a Fort Hunt (Virginia), donde firmaron un contrato de trabajo con la denominación de "empleados especiales del Departamento de Guerra". A su llegada, Von Braun fue interrogado en profundidad para saber qué conocimientos e información podía aportar. Los norteamericanos querían saber cuáles habían sido sus planes de desarrollo de tecnología de cohetes y qué clase de información habían compartido los alemanes con sus aliados japoneses.

¡Nazis en la NASA!

Muy pronto, la CIA pudo disponer de agentes curtidos en asuntos soviéticos y el país con empresas aeronáuticas o armamentísticas, como Lockheed, Martin Company, American Marietta Corporation (posteriormente Martin-Marietta), North American Aviation y, luego, la NASA, que contaron en sus filas con todos aquellos cientificos "acogidos" por el gobierno estadounidense.

En vista de los conflictos que amenazaban Occidente, y a una más que posible guerra, Dulles, jefe de la CIA desde 1952, necesitaba disponer de un agente especialista en los trasfondos soviéticos. Para ello contó con los servicios de Reinhard Gehlen. Durante la Segunda Guerra Mundial, Gehlen fue jefe de la contrainteligencia alemana en el frente ruso y junto con otros excamaradas alemanes creó la Organización Gehlen, uno de los ejes de las operaciones secretas de la OTAN. Una de las operaciones más famosas fue la llamada Operación Gladio. Ésta se llevó a cabo básicamente en Italia, donde el Partido Comunista era muy poderoso. Entre sus organizadores se sospecha que estuvo el agente italiano Licio Gelli, el legendario jefe de la logia masónica P2 implicado años después en el escándalo del Banco Ambrosiano.



Detractores de los "acogidos"

Por su parte, los soviéticos no se quedaron atrás y contaron asimismo con los servicios de Helmut Gröttrup, un ingeniero eléctrico alemán que trabajó durante la Segunda Guerra Mundial como ayudante de Wernher von Braun en el proyecto del cohete V-2. Y fue de esta manera, en plena posguerra, cuando comenzó la carrera de misiles entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Eran los prolegómenos de la carrera espacial que culminaría con la creación de los cohetes Saturno V, diseñados por Von Braun y su equipo y que en 1969 llevarían al hombre a la Luna.

Pero la 'Operación Paperclip' tuvo también detractores. Voces que creían que algunos de los científicos "acogidos" en Estados Unidos habían sido cómplices o partícipes directos en crímenes contra la humanidad, y que ese motivo hacía imposible su estancia en el país o su nacionalización. De Von Braun se llegó a decir que tenía que haber estado al corriente de lo que ocurría en la fábrica subterránea de Nördhausen, donde se construyeron los cohetes V2 y donde murieron miles de trabajadores forzosos. También está el caso del científico Georg Rickhey, que fue procesado en los Juicios de Dachau por crímenes de guerra en 1947, pero que fue absuelto por falta de pruebas. Cabe destacar el caso del fisiólogo Hubertus Strughold, relacionado con pruebas escritas con los terribles experimentos médicos del campo de Dachau, contra el que ni siquiera se llegaron a presentar cargos.


nationalgeographic

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