En cronología seguro que a todos les suena el término era. Es una formula de cómputo del tiempo que atiende a criterios diversos y se aplica tanto en historia como en geología, pudiendo constituir sistemas independientes. Así, hablamos de la Era Primaria (o Secundaria, Terciaria y Cuaternaria) cuando hablamos de prehistoria, igual que lo hacemos más genéricamente de la era atómica si nos referimos al período de descubrimiento de la energía nuclear de la segunda mitad del siglo XX, de la era espacial si atendemos al esfuerzo del Hombre por salir de la estratosfera, etc. Pero ¿a que nunca han oído la expresión Era Axial? Vamos a ver qué es.
Se trata de un término acuñado en 1949 por Karl Jaspers, el famoso filósofo alemán, en su libro Vom Ursprung und Ziel der Geschichte (Origen y meta de la Historia). Jaspers, que era psiquiatra de formación, había tratado a menudo en sus obras el empirismo como método científico e introdujo el concepto de trascendencia, aquello que existe más allá de la realidad espacio-temporal y, por tanto, ajeno a la objetividad del pensamiento humano. Éste, el pensamiento humano, habría eclosionado en un momento concreto de la Antigüedad que, además, se dio de manera simultánea y por separado en varios rincones diferentes del planeta: el mundo clásico mediterráneo, China, Persia e India. Y a ese período tan especial lo llamó la Era Axial.
Es decir, entre los siglos VIII y III a.C. -aproximadamente- se sucedieron generaciones de filósofos y pensadores en sitios muy lejanos entre sí, sin contacto entre ellos, tal como ya habían apuntado otros autores dieciochescos y decimonónicos. Uno de ellos, el abogado y folklorista escocés John Stuart Stuart-Glennie, incluso definió ese hecho en 1873 como una revolución moral que fijaba los fundamentos espirituales de la Humanidad pero trascendiendo lo meramente religioso (Jaspers, de hecho, tuvo bastante influencia en la teología moderna, aunque él rechazó que se le vinculase con una fe concreta).
No obstante, la Era Axial estaría caracterizada por su liminalidad, expresión antropológica usada por el etnógrafo francés Arnold Van Gennep en su obra Les rites de passage (Los ritos de paso) para describir la etapa previa a un rito iniciático y que implica estar a medio camino de un proceso.
En este caso, sería el cambio de visión del mundo al abandonar las viejas certezas pero sin alcanzar aún las nuevas. Ello fue posible gracias a una serie de sabios que, en sus países o áreas de influencia, viajaban explicando sus ideas, debatían unos con otros y atraían discípulos que continuaban su línea de pensamiento. Esos lugares, los antes reseñados, experimentaron un contexto político, social y económico similar en la misma época, de ahí que las circunstancias resultaran favorables: ciudades estado enfrentadas, invención de la moneda, surgimiento de los mercados…
Fue cuando surgieron en Levante los profetas judíos, como Elías, Isaías, Jeremías o Ezequiel. También los filósofos griegos con sus escuelas: presocráticos como Parménides o Heráclito; sofistas como Sócrates; y otros como Platón, Aristóteles, Arquímedes, etc. Jaspers cita, asimismo, a Homero. En Persia nació el zoroastrismo (de Zoroastro) y en China, tras los períodos de Primavera y Otoño y el de los Estados Beligerantes, taoísmo y confucianismo se enfrentaron a las llamadas Cien Escuelas de Pensamiento. Finalmente, en la India y su entorno se desarrollaron el hinduismo (los Upanishads védicos), el budismo (Siddartha Gautama) y el jainismo (Parshvanatha y Mahavira), entre otras.
Todas tenían elementos en común como la toma de conciencia del Hombre y sus limitaciones, la crítica a costumbres y opiniones establecidas, el proselitismo, el debate de ideas y el caos consiguiente a ese choque doctrinal, del que surgieron las posteriores corrientes de pensamiento, muchas de las cuales han llegado hasta la actualidad. Buen ejemplo de ello son el platonismo y el neoplatonismo, con su influencia sobre la filosofía medieval y la moderna, del que bebe el cristianismo. De hecho, en sus obras Meno, Fedón y Fedro, el propio Platón denominó anamnesis a la recuperación de un conocimiento innato que tendría el Hombre y el proceso de aprendizaje consistiría precisamente en redescubrirlo. Igualmente, las demás grandes religiones nacieron en ese período.
El concepto de Era Axial se asentó entre numerosos pensadores de diversos ámbitos, que lo aceptaron y trataron en su respectivas disciplinas. Es el caso, por ejemplo, del filósofo Eric Voegelin y su libro Order and history. In search of order (Orden e historia. En busca del orden), en el que habla del «gran salto del ser». O del antropólogo David Graeber con Debt. The first 5.000 years (En deuda. Una historia alternativa de la economía). O de la historiadora Karen Armstrong, que en su The great transformation. The beginning of our religious traditions (La gran transformación. El comienzo de nuestras tradiciones religiosas) añade una Segunda Era Axial, la de Newton, Freud y Einstein).
Wikipedia
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