La palabra Karma es un término sánscrito que significa, literalmente, acción. La ley del Karma explica la existencia de todos los fenómenos bajo la ley de causa y efecto. Esto significa que cualquier cosa que sucede, cualquier acción emprendida de palabra, obra o pensamiento, conlleva un necesario efecto que se manifestará cuando las condiciones sean las oportunas.
Si disparásemos una flecha, ésta recorrería cierta distancia hasta finalmente caer al suelo. La gravedad y otras condiciones son las circunstancias que posibilitan que caiga cuando sea oportuno. Que durante cierto tiempo no veamos ya la flecha, no puede mantenernos en la ilusión de que ésta no caerá nunca. Con todas nuestras acciones ocurre exactamente igual, siendo desconocido para nosotros cuándo ni cómo ocurrirán sus efectos. Puede ser que la flecha caiga en el suelo, en un árbol, o que mate a alguien, etc, dependiendo de donde o cuando la hayamos lanzado.
Del mismo modo, nuestras acciones provocan unos efectos a veces visibles a corto plazo y otras veces sin saber cuando llegarán. A veces se pueden especular con ellos, pero definitivamente no sabemos cómo ni cuándo aparecerán al estar todas las acciones de todas las cosas enredadas en una red infinita de acontecimientos.
Como nada ocurre sin una causa, entonces se puede pensar que somos seres sin libre voluntad. Este es un duro dilema para todo practicante que cada cual ha de descubrir. Si bien se puede decir que aunque todo lo que hacemos está sujeto al Karma de causas pasadas, nosotros generamos Karma nuevo una y otra vez a causa de nuestras acciones y pensamientos.
Buda enseñó el Karma en aplicación para cada uno. Eso quiere decir que si una manzana cae de un árbol, también se debe según la física a la ley de causa y efecto, sin embargo desde el budismo es incorrecto decir que es el "Karma" del árbol o de la manzana. Es decir, el Karma tiene mucho que ver con los movimientos de nuestra voluntad. El árbol o la manzana no lo tienen. Esa tal vez sea la clave para entender que nosotros sí tenemos libertad de decisión.
El Azar no existe
Se dice que cuando nos pasa algo malo es un Karma, y cuando es algo bueno un dharma, de ésta manera identificamos los efectos de todo lo que sucede, es decir, abandonamos ya la idea de la suerte para todo lo que nos sucede; buena suerte, mala suerte.
Ahora empezamos a conocer una nueva teoría fascinante que explica con claridad el porque suceden cosas positivas y negativas en la vida de todo ser humano, desde luego, tendremos que comprender que la ley del Karma no solamente opera en una sola encarnación sino que está ligada a encarnaciones anteriores, todas las causas pueden provenir de esta encarnación o de encarnaciones pasadas, ahora veremos porque: "La Ley del Karma nos da la oportunidad de depurarnos para eliminar todas las acciones negativas que hemos realizado, se nos dan muchas oportunidades para hacerlo, en cada vida es una experiencia y una oportunidad para que esta deuda finalmente se pague". Muchos de nosotros traemos deudas contraídas en encarnaciones pasadas y por ello no se nos explica claramente el porque estamos sufriendo alguna situación, cuando en nuestra actuación aparentemente no la hemos generado, sin embargo, hay deudas pendientes no reconocidas conscientemente que se tienen que pagar tarde o temprano.
Las deudas kármicas y dhármicas de toda la humanidad están ligadas entre sí, todos nos ayudamos en forma inconsciente a pagarlas, así vemos familias enteras que están pagando Karmas colectivos o individuales, como es el caso de un niño enfermo por nacimiento o mutilado por accidente, en donde el pequeño está pagando su propio Karma con sufrimiento físico, y los padres también están pagando con un profundo dolor moral su propio Karma.(continuará)
(Henri Gelencser)
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