Una serie de casos investigados por científicos apuntan a que durante una experiencia cercana a la muerte (ECM), el espíritu se desprende del cuerpo físico.
Una de las pruebas de la realidad de las ECM son una serie de casos –más abundantes de lo que desearían los escépticos–, en los cuales quienes viven esta experiencia describen conversaciones y escenas que estaban teniendo lugar tanto en la sala de operaciones como en el exterior, llegando a ofrecer datos tan concretos y certeros que no hay más remedio que admitir que verdaderamente su conciencia se desprendió del cuerpo físico.
Uno de los casos de este tipo más interesantes es el investigado por la estudiosa de las ECM Kimberly Clark Sharp, quien pudo entrevistar a una mujer llamada María que entró en urgencias de un hospital de la ciudad estadounidense de Seattle aquejada de un grave paro cardíaco. Cuando los médicos lograron reanimarla, contó que había vivido una experiencia cercana a la muerte. Dijo que desde fuera de su cuerpo había observado cómo la devolvían a la vida, y que incluso había salido del hospital. Pero añadió un detalle en teoría intrascendente que resultó ser de suma importancia. Aseguró que en el alféizar de una ventana del tercer piso del hospital había una zapatilla que describió con todo lujo de detalles: era de hombre, del pie izquierdo, azul oscura, desgastada a la altura del dedo pequeño y con los cordones atados de una forma peculiar bajo el talón. Sorprendentemente, acertó en todos lo detalles.
Casos incontestables
El médico Pim van Lommel narra otro sorprendente caso en su artículo publicado en la revista científica The Lancet. El protagonista es un hombre que también entró al hospital con un paro cardíaco. Cuando se encontraba en un coma profundo, salió de su cuerpo y pudo ver cómo guardaban su dentadura postiza en el cajón de uno de los carros del pasillo. Una semana después, cuando el paciente contó que había vivido una ECM, ofreciendo detalles concretos de su proceso de reanimación que no podía conocer, también dijo que sabía dónde se encontraba su dentadura postiza. Ante la sorpresa general, la encontró.
Tampoco podemos olvidar en este apurado repaso el caso del médico cirujano Eben Alexander, que ha trabajado en instituciones tan prestigiosas como la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EE UU). En 2008 sufrió un coma a consecuencia de una infección de meninges. Estuvo al borde de la muerte, pero finalmente reaccionó adecuadamente a los antibióticos que le fueron administrados.
Poco después descubrió que su guía en el Más Allá había sido una hermana suya que había fallecido, y cuya existencia sus padres le habían ocultado
Al recuperarse, recordó perfectamente que, durante su ECM, había sido plenamente consciente de encontrarse en un lugar idílico de bienestar perpetuo y bellos paisajes. Volaba a lomos de una enorme mariposa en compañía de una joven de diecinueve años, que le decía que pronto se curaría y regresaría a su existencia terrenal. Y así sucedió.
Poco después de su recuperación definitiva, descubrió que sus padres lo habían adoptado, de modo que se puso a buscar a sus progenitores biológicos, a los que acabó hallando. Éstos le confesaron que tenía una hermana que había fallecido años atrás, precisamente a los diecinueve años. Cuando le mostraron la foto de la chica, reconoció sin duda a la muchacha que lo estuvo acompañando mientras permaneció en aquel idílico paraje durante su ECM.
Año Cero
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