sábado, 23 de diciembre de 2017

EL MAPA OCULTO DE LA TIERRA. (2ª y última entrega)

LA RED

Estos 15 círculos máximos, 12 pentágonos con 10 triángulos M. R. cada uno, y 62 intersecciones, forman la malla energética que rodea la Tierra, pero dada la extensión de esos M. R. de más de 4.000.000 de kilómetros cuadrados (dos tercios de Australia), hay pocas oportunidades de que algunos de estos focos y líneas se ubiquen en países. Se supone que los tres distintos tipos de cruces, los de pentágonos del dodecaedro, con cinco líneas, los triangulares del icosaedro con tres y los de los rombos, que comprenden 4 M. R., con dos, tienen propiedades distintas, y entre los del mismo tipo, incluso polaridades opuestas, lo que genera corrientes energéticas por las líneas que los unen. El tipo pentágono con 5 líneas que aparentan los rayos, es el más espectacular, y precisamente uno de ellos, se halla en el cogollo del famoso Triángulo de las Bermudas.
Naturalmente, ello si nos referimos a la red básica, pero si unimos entre si otros cruces de círculos máximos distintos, se forma otra tupida red de círculos máximos que llamaremos secundaria. En ella, entre los ángulos centrales de los pentágonos, como bisectrices, salen otros 5 círculos máximos. Los cruces de tres círculos de los triángulos icosaedricos contienen a su vez nueve más, y los cruces de dos líneas entre cuatro M. R., nada menos 10 círculos máximos más. Asemeja a una tela de araña de círculos que pasan por otros muchos lugares. Precisamente, algunos leys o "venas de dragón" -termino que se utiliza en Feng-Shui¨ para designar las líneas de fuerza de la Tierra- coinciden con ese trazado que parece secundario, pero puede ser más importante desde el punto de vista energético que la red básica de 15 círculos, ya que el número de círculos que pasan por un mismo nudo es mayor. El matemático Buckminster Fuller pasó la mayor parte de su vida investigando mediante técnicas microfotográficas una esfera el elástica sometida a tensión, como un globo hinchado, encontrando una elaborada y compleja malla de tensiones vectoriales similar a las líneas antes descritas.
En una escala inferior, encontraríamos otras líneas o leys de tercera clase, que unirían los nudos de la malla secundaria entre sí, o con los nudos de la principal. Estas líneas serían las que intervienen en otros leys o "venas de dragón" similares, tampoco despreciables. Así podríamos seguir con otras redes más finas, hasta el último escalón. Los capilares de este sistema serían la cuadrícula de Curry -oblicua con respecto a los meridianos, y cuyas líneas se encontrarían distanciadas unos 4 metros, con nudos positivos y negativos alternados- y la conocida como red de Hartmann, paralela a los meridianos y con una separación de 2 metros de Norte a Sur, y de 2,5 metros de Este a Oeste.

LOS EFECTOS DE LA RED
Nos hemos limitado a exponer los antecedentes históricos, la geometría, con la descripción de las líneas, las figuras que forma en la superficie terrestre, los distintos tipos de cruces, y los lugares en donde se ubican unos pocos de ellos, que creemos más significativos, y que se detallan en la parte gráfica. Pero ¿para que sirve todo esto? Cuando los antiguos egipcios se tomaron el trabajo de estudiar y plasmar esta red, sería para algo más tangible que una mera especulación filosófica. Ante todo los mejores estudios se han efectuado en nudos y líneas secundarias y terciarias que coinciden con los leys. En 1977, Paul Devereux emprendió el Proyecto Dragón, a través del cual un equipo multidisciplinar de científicos efectuó gran número mediciones de ultra e infrasonidos, campos magnéticos, ionización y radioactividad. Lo más inexplicable fueron las determinaciones de partículas b con un scintilómetro.
Estos registros eran totalmente distintos a los de las zonas circundantes, estaban modulados por las fases lunares, la salida y puesta del Sol, y eran mucho más intensos durante los equinoccios. También se han efectuado estudios en las redes de Curry y Hartmann para localizar puntos en los que las energías nocivas afectan a la salud de hombres y animales. Pero de la gran red, aparte de particularidades sobre de los lugares donde se ubican estos nudos, sabemos muy poco.Podríamos empezar por los aspectos negativos de algunos cruces y líneas. El más sonado es el del Triángulo de las Bermudas, que pudiera ser el causante de estas desapariciones inexplicables. Precisamente, el desvanecimiento de algunos de estos aviones y buques sin dejar el más mínimo rastro, sugiere la existencia esporádica de portales dimensionales que los han trasladado a un universo paralelo. Ello sería el grado más intenso de una curvatura local exagerada del espacio/tiempo. En los grados más suaves, se limitan a alterar o enloquecer los instrumentos de navegación de los aviones. Pero hay otros fenómenos dignos de ser tenidos en cuenta y que acarrean unas consecuencias mucho menos misteriosas pero graves. Es el caso de las CAT, Clear Air Turbulence (Turbulencias en Aire Tranquilo), perturbaciones no detectables por el radar y que han sido causa de cierto número de accidentes de aviación. Un aumento de la gravitación local de sólo un 5 o 10%, no afecta para nada al vuelo de un avión, que en virajes y baches soporta esfuerzos muy superiores, pero si este aumento persiste durante unas horas, atrae el aire de la zona, y lo va acelerando, creando una corriente descendente que pueden llegar a cientos de kilómetros por hora. Al no intervenir diferencias de temperaturas que afectan a la densidad del aire, no son detectables por el radar. Si un avión en su ruta, se mete en una de ellas, es arrastrado hacia el suelo a esa velocidad, sin que nada se pueda hacer para evitarlo, sólo mantener su control, esperar a que esta corriente sea estrecha y salir pronto por el otro lado. Con mala suerte puede perder hasta 10.000 pies de altura. La estructura del avión normalmente aguanta, pero los pasajeros, si no van con el cinturón, son proyectados contra el techo. Esto es lo que pudo ocurrir hace unos quince años durante un vuelo charter de la compañía Aviaco. un DC-8 en ruta desde Santiago de Chile a Paramaribo, repentinamente y sin que apareciera previamente nada sospechoso en la pantalla del radar, experimentó una súbita pérdida de sustentación. Unos cuantos pasajeros que no llevaban el cinturón salieron despedidos hacia el techo, rompiéndolo. Una azafata, que tras servir las bebidas a los pasajeros acababa de sentarse en el trasportín, rompió el panel superior con la cabeza. Los carros de bebidas saltaron por los aires, así como las balsas salvavidas, que rompieron sus sujeciones y salieron despedidas de sus alojamientos. Mientras el avión caía, todos se quedaron pegados al techo gritando y pataleando. Cuando salió de esta turbulencia, en la que descendió 3.000 metros de altura, todos cayeron violentamente. La azafata, cuyo asiento se había plegado contra el suelo estuvo varios meses de baja a causa de las heridas sufridas durante este incidente. Para colmo de desgracias, las aguas fecales de los depósitos del WC, se salieron por las tazas y después de impregnar el techo se desparramaron por el interior del aparato. El avión seguramente pasó por el cruce de dos líneas situado a unos 330 kilómetros al norte de Manaos, en la misma línea ecuatorial. En el Ecuador se ubican oblicuamente diez nudos de este tipo y actúa como una línea que los conecta energéticamente, potenciando su fuerza. Parece que estos nudos se activan esporádicamente ,quizás por causas cósmicas, y en otras ocasiones los aviones pueden haber pasado por el mismo lugar, sin notar nada.

Otro incidente similar fue protagonizado el pasado mes de diciembre por un Boeing 747 de las Líneas Aéreas Japonesas (JAL) que se encontraba en vuelo entre Tokio y las islas Hawai. A las dos horas de haber despegado, el aparato penetró en una de estas  áreas, perdiendo súbitamente sustentación y cayendo diez mil pies de altura. El pánico cundió de inmediato entre el pasaje y la tripulación. En ese momento los pasajeros se encontraban comiendo en sus asientos. Muchos de ellos que tenían suelto el cinturón para comer con mayor comodidad, salieron despedidos contra los compartimentos portaequipajes. Como consecuencia del incidente, numerosas personas resultaron heridas y una mujer murió al ser golpeada en la cabeza por una maleta. La situación alcanzó tal gravedad que el piloto se vio obligado a regresar al aeropuerto de la capital nipona. Precisamente, por la zona que transitaba el aparato se puede apreciar el trazo de dos de los anillos, que convergen en un nudo de cinco a unos 1.000 kilómetros al sur de Tokio.
Menos suerte tuvo en 1968 un Boeing 707 de la BOAC, que se desintegró en el aire al introducirse en una CAT. Ocurrió también en Japón, en los aledaños del Monte Fuji, por donde pasa una línea de la red principal que parte del nudo situado al sur del país. Además, parece que estos fenómenos son más frecuentes cerca de volcanes.

En cuanto a los aspectos positivos, es posible que las energías que emiten estas zonas, incluso las líneas enteras, favorezcan algunos aspectos físicos y mentales de los humanos (estados alterados de conciencia) e incluso de animales y vegetales. Algunos han sido cunas de civilizaciones ahora desaparecidas. Muchos lugares sagrados que desde tiempos inmemoriales han albergado santuarios y edificios religiosos en los que se percibe una fuerza insólita, están relacionados con estos puntos o cruces. Por otra parte, estas corrientes energéticas se pueden manipular, desviándolas hacia lugares que precisan de ellas. Es lo que hacían los hombres prehistóricos con sus menhires, quizás para aumentar la fertilidad de las tierras, la salud del ganado, influir en el clima, lluvias, u otros fines útiles. En Escocía, la comunidad de Findhorn cosecha verduras de tamaños descomunales en un suelo malo, con un clima atroz y sin necesidad de utilizar abonos. Lo achacan a su particular e íntima conexión espiritual con las plantas y con los entes, que según ellos las protegen. Pero sin descartar ésta, puede haber otras causas. El meridiano energético que pasando por España va del Sahara argelino al Polo Norte, roza la rivera oeste del lago Ness, otro enclave misterioso. Podemos suponer un ramal energético, quizás artificial, que siguiendo la falla que da origen a este lago, llegue hasta Findhorn. Además, se halla a sólo 80 kilómetros del nudo de dos líneas que puede irradiar una potente corriente secundaria. .En relación a lugares sagrados, una línea secundaria que parte del nudo argelino -la bisectriz del ángulo que forma su meridiano con la que pasa por Budapest es un círculo que lo con otro nudo situado al noreste de Siberia, cerca del Mar de Okhotsk, por donde pasa el meridiano que también atraviesa el Monte Fuji.
A los japoneses les choca la ubicación de Montserrat, justamente en esta línea que quizás por ignorancia catalogamos como secundaria.
La predisposición a la apertura de portales interdimensionales en algunos de estos lugares puede estar asociada a la aparición de ovnis, lo que hace que los avistamientos sean más numerosos. Se trata de un hecho perfectamente constatado y tenido en cuenta en las estadística ufológicas. Esta misma facilidad de conexión con dimensiones situadas en niveles más elevados, según algunos expertos en energía libre, facilitaría el funcionamiento de algunos de estos generadores que captan la energía del punto cero, desde un nivel dimensional superior, y que por ahora funcionan de manera irregular, esporádica, y cuando se trasladan fallan estrepitosamente, lo que impide su utilización práctica. Para lograr un funcionamiento regular habría que ubicarlos en alguno de estos lugares-portal. También podemos pensar que algunos ovnis utilizan este truco, y por eso se les ve en esos lugares. Ello, junto con las ventajas de tipo humano ya mencionadas, podría llevar en un futuro a una revalorización de estos terrenos donde se ubican estos nudos o líneas.
El pulso del planeta, es especialmente sensible en estos lugares, lo que permite diagnosticar la salud de "Gaia, ahora bastante maltrecha, y al mismo tiempo aplicar en dichas zonas las medidas correctoras adecuadas, como la acupuntura, que primero determina la energía de los puntos, y luego corrige los desequilibrios entre las polaridades. Todo ello, requiere un conocimiento mucho más profundo de la red, con sus niveles secundarios y terciarios. Aplicando la geometría esférica, no sería difícil diseñar un programa informático que uniendo todos estos puntos por círculos máximos, nos trazase las líneas de una determinada región del mapa en los tres niveles mencionados, y nos señalase las coordenadas de los puntos de cruce más activos, que habría que comprobar sobre el terreno.
Pero ésta es una tarea para el futuro.

BIBLIOGRAFÍA:
William S. Becker y Bethe Hagens: The rings of Gaia, in The Power of Place.
Chirstoper Bird: The planetary grid.
Bruce L. Cathie: The bridge to infinity.
Platón: Dialógos.

por Alberto Borrás Gabarró

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