Cuando te hagan sufrir y aún así sigas amando.
Cuando busques el bien de otros y no el tuyo.
Cuando veas progresar a alguien y no te de envidia.
Cuando seas humilde con los demás y no orgulloso.
Cuando no hagas nada que ofenda a tu prójimo.
Cuando no pierdas el control ante la ofensa.
Cuando te ofendan y aún así no guardes rencor.
Cuando seas justo en todas las áreas de tu vida.
Cuando lo único que salga de tus labios sean palabras de bendición y
palabras de verdad.
Cuando aprendas a creer no sólo en tus decisiones sino en las de los demás.
Cuando entiendas que hay que sembrar para recoger.
Cuando soportes las personas difíciles y las veas con ojos de amor.
Cuando practiques todo lo anterior y esto te produzca un enorme gozo.
(1 Corintios 13:4-7)
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