miércoles, 19 de noviembre de 2014

Los elementales del aire


Silfos y sílfides:
La misión de estos seres es la de mantener el aire a salvo de la contaminación. Rigen huracanes, remolinos, vientos y todo movimiento de las masas de aire. Por eso, pueden provocar cataclismos si algún humano los ofende.
Este tipo de criaturas se caracteriza por un estado de ánimo algo cambiante. Los silfos en especial, prefieren vivir solos en lugares abandonados u ostentosos.
Las sifides, de género femenino, velan por las nubes y las lluvias. Son bellas y suelen manifestar su belleza ante los seres humanos. También pueden ser musas inspiradoras para los artistas porque pueden poner en funcionamiento mentes bloqueadas de quienes trabajan con la imaginación. Son definitivamente benévolas y de todos los elementales, las más próximas a los ángeles.

Geniecillos de las tormentas:
Reciben otros nombres tales comonuberus o 'geniecillos de las nubes'. Temido por los aldeanos por su capacidad para generar niebla, las leyendas relatan historias de acuerdos con las sífides ya que ambos tienen influencia de la producción de lluvias. La diferencia entre ambos reside en que las sífides buscan la armonía, los nuberus pueden llegar a generar grandes cataclismos, fatales, especialmente para los campesinos. Cuando una silfide y un nubero llegan a concretar un pacto, no hay nada que temer: la naturaleza conservará el equilibrio.

Hadas:
La raíz etimológica del vocablo 'hada' se encuentra en el latín 'fata' (destino) por lo cual, puede
interpretarse que estos seres intervienen activamente en el curso de las cosas, teniendo alguna influencia en el destino de los humanos. Se dice incluso que cuando un hada decide entablar relación con un humano, suele elegir a una persona alegre y generalmente enamorado. En general, suelen estar de buen humor, pero si se sienten ofendidas pueden llegar a ser muy vengativas.
Las hadas son siempre de sexo femenino y muy bellas, aunque esto no les resta fuerza física. Se caracterizan por una legendaria voluntad y curiosidad, lo que hace de ellas seres de gran iniciativa. Como otros seres elementales poseen poderes extraordinarios. En general, un hada suele ocuparse de proteger y ayudar a otras criaturas elementales.
La mayoría de las hadas, pertenecen al aire, aunque también las hay, unas pocas, que habitan las aguas y la tierra. Algunos ejemplos son las hadas de agua de Gales, llamadas Gwragedd Annwn, que habitan los lagos.
Las hadas suelen vivir en organizaciones jerárquicas. Entre ellas suele haber una reina de las hadas que ejerce el poder. Algunas otras pertenecen a la aristocracia y poseen así un rango más alto que otras.
Según las leyendas, las hadas adoran cantar y bailar con sus dulces y melodiosas voces armando círculos (coros o anillos de las hadas). Si un hombre, tentando por la danza de las hadas, irrumpe en esos círculos mágicos, corre grave riesgo de quedar hechizado bajo la magia tormentosa de las hadas. Se dice que solo otro humano puede rescatarlo poniendo con firmeza un pie dentro del anillo y otra fuera, tirando fuertemente de él para liberarlo del encanto.
Las hadas del aire, al igual que las hadas terrestres, disfrutan de posarse sobre los hongos en el bosque. Vuelan con sus hermosas alas entre las flores y sorprenden a los caminantes con luces fugaces y silbidos agudos.

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