miércoles, 2 de abril de 2014

2012 y EL RAYO DE SINCRONIZACIÓN GALÁCTICA, según JOSÉ ARGÜELLES


            José Argüelles es Doctor en Historia del Arte y Estética por la Universidad de Chicago, y ha enseñado en la Universidad de Princeton y en el Instituto de Arte de San Francisco.  Su hallazgo, que se  ha convertido en un tópico, es el señalamiento de una “Convergencia Armónica” en los cielos en 1987, como inicio de un período que alcanzará su culmen en 2012, conforme al Calendario Maya que él hizo popular en su libro “El Factor Maya”.
            En “El factor maya”, José Argüelles presentó lo que él denomina como “Rayo de Sincronización Galáctica”, una especie de onda temporal. Lo aclara en un artículo de “Earthshift Series”, en el que se condensa una entrevista que le efectuó Tami Simon en 1987.
            Explica José Argüelles: “Históricamente sabemos que la civilización maya se desarrolló en América Central, parte del actual México y la península del Yucatán. Sabemos que su civilización clásica, como hemos dado en llamarla, duró unos quinientos años, entre 400 y 830 d.C., aproximadamente. Cuando hablo de los mayas, me refiero específicamente a su civilización clásica. Ha habido muchas exposiciones de arte maya  en todas las grandes ciudades de los estado Unidos y muchas personas se han planteado preguntas como ¿Quiénes eran los mayas? ¿Por qué desapareció su civilización tan rápidamente en torno al año 830 d.C.? ¿Cómo tenían el calendario más sofisticado que hemos conocido en este planeta cuando parecían un pueblo de la edad de piedra?. No usaban bestias de carga, no conocían la metalurgia ni empleaban la rueda. ¿Quién era ese pueblo que produjo el calendario y un asombroso sistema matemático? Los mayas plantean un gran enigma para la mayoría de la gente. Las respuestas de los arqueólogos no bastan, y el misterio continúa”.
            José Argüelles informa de que se le despertó la idea cuando en 1985 contactó con él un maya llamado Hunbatz Men, le explicó algunos datos sobre astrología maya y le dijo que el sistema estelar terrestre es el séptimo que los mayas han cartografiado y navegado, lo cual le hizo pensar a Argüelles que el origen maya es extraterrestre: “los mayas vinieron aquí en un momento muy específico e hicieron sus observaciones, dejando atrás datos sobre la naturaleza del rayo galáctico que nuestro planeta Tierra está atravesando desde el año 3113 a.C. Una vez que calibraron la relación de la Tierra con el rayo galáctico, con los demás planetas y con el Sol, dieron por concluido su trabajo. Si los mayas clásicos no empezaron a construir sus templos y ciudades hasta entre 100 y 300 d.C., ¿por qué usaban un calendario preciso que comenzaba en el equivalente al 13 de agosto del año 3113 a.C.? Solemos referirnos a este calendario con el nombre de Gran Ciclo, y abarca desde el año 3113 a.C. hasta 2012 d.C.”. José Argüelles asumió que los mayas utilizaban también un sistema matemático previo que adaptaron a un calendario terrestre: “En realidad, el calendario estaba midiendo algún tipo de onda armónica, algún tipo de rayo u onda larga que tenía ciclos de fluctuación particulares, y asombrosas propiedades armónicas. Rápidamente entendí que el Gran Ciclo no es tanto una medida del tiempo como la medida del tránsito de este planeta a través de un rayo que tiene 5125 años de anchura, o 5125 años de diámetro. Naturalmente, resulta difícil ser conscientes de que estamos atravesando un rayo generado desde el núcleo galáctico y del que nuestro Sol, la estrella local, es el intermediario”.
            La situación actual la describe José Argüelles así: “Según el calendario maya, estamos a poco más de veinticinco años (en 1987) de salir del rayo en el que hemos estado desde 3113 a.C.. Cuando consideramos el calendario como la representación del rayo, vemos que el rayo está dividido en trece subciclos, llamados baktuns, y que el baktun actual, que es el treceavo subciclo de este rayo, empezó en 1618 y se extiende hasta 2012. Cada uno de estos ciclos dura aproximadamente 394 años, de modo que estamos cerca de su fin... Mientras nuestro planeta atravesaba el rayo ha ido creando, por medio de los seres humanos, la civilización tecnológica que vemos a nuestro  alrededor. A lo largo de los últimos doscientos años este proceso se ha acelerado. Hemos descubierto el mundo con nuestra tecnología”. Gracias a la tecnología, señala Argüelles, los modernos sistemas de comunicación han reducido el tamaño del mundo y se hace posible que la información sea muy veloz y a veces instantánea. Esto mismo posibilita que haya una mente de masa que es muy manipulable por los gobiernos y las instituciones: “los gobiernos, las instituciones y los medios de comunicación emiten continuamente información negativa, energía negativa, de modo que la mente de la masa se alimenta de esta energía negativa. Los gobiernos y las instituciones apoyan esta creación de negatividad y, por tanto, la totalidad de la humanidad está en manos de un tipo  muy nocivo de hipnosis cultural o trance civilizacional”.

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