La energía del punto cero es en física la energía más baja que un sistema físico mecano-cuántico puede poseer, y es la energía del estado fundamental del sistema. El concepto de la energía del punto cero fue propuesto por Albert Einstein y Otto Stern en1913, y fue llamada en un principio "energía residual". La expresión es una traducción del alemán Nullpunktsenergie. Todos los sistemas mecano-cuánticos tienen energía de punto cero. La expresión surge como referencia al estado base del Oscilador armónico cuántico y sus oscilaciones nulas[cita requerida]. En la teoría de campos cuántica, es un sinónimo de la energía del vacío o de la energía oscura, una cantidad de energía que se asocia con la vacuidad del espacio vacío. En cosmología, la energía del vacío es tomada como la base para la constante cosmológica. A nivel experimental, la energía del punto cero genera el efecto Casimir, y es directamente observable en dispositivos nanométricos.
Debido a que la energía del punto cero es la energía más baja que un sistema puede tener, no puede ser eliminada de dicho sistema. Un término relacionado es el campo del punto cero que es el estado de energía más bajo para un campo, su estado base, que no es cero.
Pese a la definición, el concepto de energía del punto cero y la posibilidad de extraer "energía gratuita" del vacío han atraído la atención de inventores independientes.
En física clásica, la energía de un sistema es relativa, y se define únicamente en relación a algún estado dado (a menudo llamado estado de referencia). Típicamente, uno puede asociar a un sistema sin movimiento una energía cero, aunque hacerlo es puramente arbitrario.
En física cuántica, es natural asociar la energía con el valor esperado de un cierto operador, el Hamiltoniano del sistema. Para casi todos los sistemas mecano-cuánticos, el valor esperado más bajo posible que este operador puede tener no es cero; a este valor más bajo posible se le denomina energía del punto cero. (Nota: Si añadimos una constante arbitraria al Hamiltoniano, obtenemos otra teoría que es físicamente equivalente al Hamiltoniano previo. A causa de esto, sólo la energía relativa es observable, no la energía absoluta. Sin embargo, esto no cambia el hecho de que el momento mínimo es no nulo).
El origen de una energía mínima no nula puede ser intuitivamente comprendido en términos del principio de indeterminación de Heisenberg. Este principio establece que la posición y el momentum de una partícula en mecánica cuántica no pueden ser conocidos con precisión simultáneamente. Si la partícula es confinada a un pozo de potencial, entonces su posición es como mínimo parcialmente conocida: debe estar en el pozo. Por ello, uno puede deducir que en el pozo, la partícula no puede tener momento cero, pues de lo contrario se violaría el principio de incertidumbre. Porque la energía cinética de una partícula en movimiento es proporcional al cuadrado de su velocidad, no puede ser cero tampoco. Este ejemplo, sin embargo, no es aplicable a una partícula libre - la energía cinética de la cual si puede ser cero.
La evidencia experimental más simple de la existencia de la energía del punto cero en la teoría cuántica de campos es el Efecto Casimir. Este efecto fue propuesto en 1948 por el físico holandés Hendrik B. G. Casimir, quien analizó el campo electromagnéticocuantizado entre dos placas metálicas paralelas sin carga eléctrica. Una pequeña fuerza puede medirse entre las placas, que es directamente atribuible a un cambio en la energía del punto cero del campo electromagnético entre las placas.
Aunque el efecto Casimir al principio fue difícil de medir, porque sus efectos pueden verse únicamente a distancias muy pequeñas, el efecto es muy importante en nanotecnología. No sólo es el efecto Casimir fácilmente medido en dispositivos nanotecnológicos especialmente diseñados, sino que se debe tener en cuenta cada vez más en el diseño y en el proceso de manufactura de los mismos. Puede ejercer fuerzas significativas y tensiones sobre los dispositivos nanotecnológicos, causando que se doblen, tuerzan, o incluso que se rompan.
Otras evidencias experimentales incluyen la emisión espontánea de luz (fotones) por átomos y núcleos, el efecto Lamb de las posiciones de los niveles de energía de los átomos, los valores anómalos de la tasa giromagnética del electrón, etc.
viernes, 25 de abril de 2014
jueves, 17 de abril de 2014
El Colapso del Sistema Capitalista
Catástrofes seriales: Japón y la señales del Apocalipsis nuclear.
Con Japón es como si hubiera estallado un aviso delApocalipsis. Pero no se trata de la Biblia ni de la ira de Dios. Se trata de una acción-reacción matemática emergente de la acción depredadora del sistema capitalista a escala global. Se trata de un principio de acumulación de factores. Una ecuación numérica. Sumas y restas, de acciones irracionales de un sistema de dominación mundial que llevan a un desenlace interactivo. Líneas convergentes del Apocalipsis (económico, social y medio ambiental) que avanzan hacia un solo desenlace: La destrucción del planeta con nosotros sobre él.
Japón detonó un milagro. Sacó la palabra "Apocalipsis" del descalificado mundo de las "profecías bíblicas" y lo puso en boca de la prensa internacional y de los centros imperiales del poder mundial.
En consecuencia, el Apocalipsis ya no emerge de una "teoría conspirativa" sino de la voz "autorizada" de la Unión Europea quien acaba de calificar la crisis japonesa como un "Apocalipsis nuclear".
Y su efecto masivo es notable: La sociedad mundial (alienada y nivelada por un solo mensaje mediático a escala global) habla y opina sobre el "Apocalipsis" como si fuera un espectáculo deportivo o un concierto musical de ídolos de la farándula.
Y como siempre, con Japón el sistema reduce y atomiza la comprensión totalizada de las catástrofes encadenadas como emergente de un sistema capitalista irracional que controla el mundo.
No se presenta ni analiza el potencial "Apocalipsis nuclear" japonés como una suma de factores (la depredación capitalista irracional del Planeta) que llevan a un desenlace interactivo y encadenado de destrucción del mundo con nosotros adentro, sino que se de lo presenta como un "desastre natural" combinado con "errores humanos".
Japón marca un ejemplo claro de unidad interactiva de catástrofe medioambiental (terremoto y tsunami) con catástrofe nuclear (la crisis de las usinas atómicas), que dan como resultante una catástrofe económica (la crisis de la tercera economía) cuyo impacto en una economía global todavía en "terapia de recuperación" del colapso del 2008, es difícil de mensurar.
No se trata de una profecía bíblica ni de una teoría conspirativa. Se trata de un emergente matemático: El planeta Tierra regido por el sistema capitalista está en crisis.
Y la crisis (completamente mensurable y analizable) no es un fenómeno aislado. Es un fenómeno interactivo y totalizado: Económico, político, social y medio ambiental.
El clima estalla encadenadamente en diversos frentes, la economía mundial colapsa y se derrumba el modelo económico financiero a escala planetaria, los desocupados, marginados y hambrientos ya ascienden a la mitad de la población humana, y los conflictos intercapitalistas por los mercados y recursos estratégicos están generando y elevando un clima de tensión militar mundial alimentado por una carrera armamentista nuclear.
Terremotos, lluvias de una intensidad inusitada en todo el hemisferio sur, nevadas históricas en el este norteamericano y el norte europeo, sequías devastadoras en las mismas regiones donde las inundaciones arrasan a poblaciones enteras.
Aludes, incendios forestales, crecidas de ríos y océanos, deshielos monumentales, hambrunas masivas, derrames de petróleo extendiéndose como una mancha asesina de la vida, como la que ya se instaló en el sur de EEUU.
No se trata de procesos aislados, sino de un colapso sistémico.
Y de un resultante: La destrucción y el suicidio colectivo de la humanidad programada solo para consumir y votar presidentes en la más completa ignorancia del sistema que rige y ordena su vida.
El sistema capitalista, como acción y como resultante es irracional, no planificado y (salvo la búsqueda de rentabilidad y de concentración de riqueza en pocas manos) carece de lógica estratégica para preservar y proteger racionalmente al planeta de su propia acción depredadora y destructiva.
Para la mayoría de los científicos esos fenómenos catastróficos son la consecuencia natural de la contaminación y la destrucción del planeta. Para otros es una señal mística del "fin del mundo".
Los científicos y funcionarios que "alertan" sobre la catástrofe ambiental, no la relacionan con la propiedad privada capitalista, con la búsqueda de rentabilidad y concentración de riqueza en pocas manos, con la sociedad de consumo y con las trasnacionales y bancos que controlan los recursos naturales y los sistemas económicos productivos sin planificación, y sólo orientados a la ganancia privada en todo el planeta.
En todas las cumbres sobre "cambio climático" sólo se habla de "impacto ambiental", de "emisiones contaminantes" que destruyen el planeta, sin profundizar en las raíces y causalidades del sistema capitalista que las produce. Esta omisión (cómplice y conciente) permite hablar de la "víctima" (el planeta y la mayoría de la humanidad) sin identificar al "criminal" (los grupos y empresas capitalistas que concentran activos y fortunas personales depredando y destruyendo irracionalmente el planeta).
La irracionalidad (la no consideración de emergentes o de efectos colaterales nocivos y/o destructivos) convierte a las empresas capitalistas en depredadoras del medio ambiente (ríos, fauna, y animales incluidos) por la sencilla razón de que no actúan siguiendo intereses sociales generales (la preservación del planeta y de las especies), sino en la búsqueda de intereses particulares (la preservación de la rentabilidad y la concentración de riqueza privada).
En este contexto, las cumbres para hablar del calentamiento global y de los cataclismos en ascenso, siempre terminan en un fracaso a causa de los intereses enfrentados y las guerras por los mercados que predominan en el sistema capitalista.
Qué tienen que ver entre sí las catástrofes medioambientales seriales (entre ellas los terremotos) con la crisis económica, la crisis social y la crisis nuclear?
En primer lugar, todas ellas se interrelacionan a partir de su pertenencia y vertebración dentro de un sistema: El capitalismo.
En resumen, las crisis (algunas reales y otras potenciales) son la expresión, en distintos escenarios y niveles, de una sola gran crisis: La del sistema capitalista que rige el mundo desde hace 500 años concebido como "civilización única".
Y el planeta (con nosotros sobre él, y en manos de la demencia nivelada del sistema capitalista) solo acumula Apocalipsis matemático implícito en su naturaleza depredadora y criminal.
Se trata de reconvertir los planos bíblicos de la Profecía: Donde dice "Dios", hay que decir "Sistema", y donde dice "Diablo", hay que decir "Capitalismo. Por todos los caminos se llega al Apocalipsis.
El sistema capitalista está fundado sobre las matemáticas (suma, multiplicación y resta) y un axioma original para construir la plusvalía: Comprar barato, vender caro, y generar rentabilidad privada con el trabajo social.
Aunque para ello tenga que condenar al hambre y a la pobreza a una masa mayoritaria (y creciente) de seres humanos y destruir el planeta que los contiene.
Y los cuatro jinetes del Apocalipsis que signan los emergentes y la decadencia (todavía controlada) del sistema dominante también llegan por acumulación matemática.
El Apocalipsis social llega por acumulación matemática de hambrientos, desocupados y pobres a escala mundial.
El Apocalipsis medioambiental llega por acumulación matemática de destrucción medio ambiental a escala planetaria.
El Apocalipsis nuclear llega por acumulación matemática de conflictos militares (intercapitalistas) por la supervivencia de las potencias dentro del sistema.
En su dinámica histórica concentradora de riqueza en pocas manos (y como producto de la propiedad privada explotada sin planificación) el capitalismo ha depredado los ríos, la fauna y los bosques, produciendo las condiciones para un "Apocalipsis medioambiental" de la mano del calentamiento global y de la extinción de los recursos naturales esenciales.
En un segundo frente, las guerras intercapitalistas por la conquista de mercados y el negocio con el armamentismo han creado las condiciones para un "Apocalipsis nuclear" de la mano de los arsenales atómicos que las potencias centrales acumulan como "efecto disuasivo" contra sus rivales, y cuya utilización efectiva nadie puede prever en el futuro.
Y hay un tercer frente que se suma: La plaga del hambre, de la exclusión social y del desempleo que ya se extiende como una epidemia por las áreas empobrecidas del planeta generando las condiciones para un "Apocalipsis social".
No hace falta mucha imaginación (el fenómeno ya se verifica en la realidad) para mensurar el factor apocalíptico masivo que representaría para el sistema el avance de ejércitos de hambrientos buscando comida para supervivir en las grandes urbes, enfrentando con la violencia a la represión militar o policial.
En resumen, el Apocalipsis no es una profecía bíblica o una teoría conspirativa, forma parte de tu propia realidad existencial y planetaria que el sistema esconde para mantenerte en la ignorancia.
Cuando escuches sobre un nuevo terremoto o una tragedia masiva, solo estarás viendo una nueva parte descompuesta del Apocalipsis. Hasta que llegue el desenlace.
Y no será la obra de Dios o del Diablo, sino un emergente (extremo) del sistema. Pura lógica matemática.
(IAR Noticias)
Con Japón es como si hubiera estallado un aviso delApocalipsis. Pero no se trata de la Biblia ni de la ira de Dios. Se trata de una acción-reacción matemática emergente de la acción depredadora del sistema capitalista a escala global. Se trata de un principio de acumulación de factores. Una ecuación numérica. Sumas y restas, de acciones irracionales de un sistema de dominación mundial que llevan a un desenlace interactivo. Líneas convergentes del Apocalipsis (económico, social y medio ambiental) que avanzan hacia un solo desenlace: La destrucción del planeta con nosotros sobre él.
Japón detonó un milagro. Sacó la palabra "Apocalipsis" del descalificado mundo de las "profecías bíblicas" y lo puso en boca de la prensa internacional y de los centros imperiales del poder mundial.
En consecuencia, el Apocalipsis ya no emerge de una "teoría conspirativa" sino de la voz "autorizada" de la Unión Europea quien acaba de calificar la crisis japonesa como un "Apocalipsis nuclear".
Y su efecto masivo es notable: La sociedad mundial (alienada y nivelada por un solo mensaje mediático a escala global) habla y opina sobre el "Apocalipsis" como si fuera un espectáculo deportivo o un concierto musical de ídolos de la farándula.
Y como siempre, con Japón el sistema reduce y atomiza la comprensión totalizada de las catástrofes encadenadas como emergente de un sistema capitalista irracional que controla el mundo.
No se presenta ni analiza el potencial "Apocalipsis nuclear" japonés como una suma de factores (la depredación capitalista irracional del Planeta) que llevan a un desenlace interactivo y encadenado de destrucción del mundo con nosotros adentro, sino que se de lo presenta como un "desastre natural" combinado con "errores humanos".
Japón marca un ejemplo claro de unidad interactiva de catástrofe medioambiental (terremoto y tsunami) con catástrofe nuclear (la crisis de las usinas atómicas), que dan como resultante una catástrofe económica (la crisis de la tercera economía) cuyo impacto en una economía global todavía en "terapia de recuperación" del colapso del 2008, es difícil de mensurar.
No se trata de una profecía bíblica ni de una teoría conspirativa. Se trata de un emergente matemático: El planeta Tierra regido por el sistema capitalista está en crisis.
Y la crisis (completamente mensurable y analizable) no es un fenómeno aislado. Es un fenómeno interactivo y totalizado: Económico, político, social y medio ambiental.
El clima estalla encadenadamente en diversos frentes, la economía mundial colapsa y se derrumba el modelo económico financiero a escala planetaria, los desocupados, marginados y hambrientos ya ascienden a la mitad de la población humana, y los conflictos intercapitalistas por los mercados y recursos estratégicos están generando y elevando un clima de tensión militar mundial alimentado por una carrera armamentista nuclear.
Terremotos, lluvias de una intensidad inusitada en todo el hemisferio sur, nevadas históricas en el este norteamericano y el norte europeo, sequías devastadoras en las mismas regiones donde las inundaciones arrasan a poblaciones enteras.
Aludes, incendios forestales, crecidas de ríos y océanos, deshielos monumentales, hambrunas masivas, derrames de petróleo extendiéndose como una mancha asesina de la vida, como la que ya se instaló en el sur de EEUU.
No se trata de procesos aislados, sino de un colapso sistémico.
Y de un resultante: La destrucción y el suicidio colectivo de la humanidad programada solo para consumir y votar presidentes en la más completa ignorancia del sistema que rige y ordena su vida.
El sistema capitalista, como acción y como resultante es irracional, no planificado y (salvo la búsqueda de rentabilidad y de concentración de riqueza en pocas manos) carece de lógica estratégica para preservar y proteger racionalmente al planeta de su propia acción depredadora y destructiva.
Para la mayoría de los científicos esos fenómenos catastróficos son la consecuencia natural de la contaminación y la destrucción del planeta. Para otros es una señal mística del "fin del mundo".
Los científicos y funcionarios que "alertan" sobre la catástrofe ambiental, no la relacionan con la propiedad privada capitalista, con la búsqueda de rentabilidad y concentración de riqueza en pocas manos, con la sociedad de consumo y con las trasnacionales y bancos que controlan los recursos naturales y los sistemas económicos productivos sin planificación, y sólo orientados a la ganancia privada en todo el planeta.
En todas las cumbres sobre "cambio climático" sólo se habla de "impacto ambiental", de "emisiones contaminantes" que destruyen el planeta, sin profundizar en las raíces y causalidades del sistema capitalista que las produce. Esta omisión (cómplice y conciente) permite hablar de la "víctima" (el planeta y la mayoría de la humanidad) sin identificar al "criminal" (los grupos y empresas capitalistas que concentran activos y fortunas personales depredando y destruyendo irracionalmente el planeta).
La irracionalidad (la no consideración de emergentes o de efectos colaterales nocivos y/o destructivos) convierte a las empresas capitalistas en depredadoras del medio ambiente (ríos, fauna, y animales incluidos) por la sencilla razón de que no actúan siguiendo intereses sociales generales (la preservación del planeta y de las especies), sino en la búsqueda de intereses particulares (la preservación de la rentabilidad y la concentración de riqueza privada).
En este contexto, las cumbres para hablar del calentamiento global y de los cataclismos en ascenso, siempre terminan en un fracaso a causa de los intereses enfrentados y las guerras por los mercados que predominan en el sistema capitalista.
Qué tienen que ver entre sí las catástrofes medioambientales seriales (entre ellas los terremotos) con la crisis económica, la crisis social y la crisis nuclear?
En primer lugar, todas ellas se interrelacionan a partir de su pertenencia y vertebración dentro de un sistema: El capitalismo.
En resumen, las crisis (algunas reales y otras potenciales) son la expresión, en distintos escenarios y niveles, de una sola gran crisis: La del sistema capitalista que rige el mundo desde hace 500 años concebido como "civilización única".
Y el planeta (con nosotros sobre él, y en manos de la demencia nivelada del sistema capitalista) solo acumula Apocalipsis matemático implícito en su naturaleza depredadora y criminal.
Se trata de reconvertir los planos bíblicos de la Profecía: Donde dice "Dios", hay que decir "Sistema", y donde dice "Diablo", hay que decir "Capitalismo. Por todos los caminos se llega al Apocalipsis.
El sistema capitalista está fundado sobre las matemáticas (suma, multiplicación y resta) y un axioma original para construir la plusvalía: Comprar barato, vender caro, y generar rentabilidad privada con el trabajo social.
Aunque para ello tenga que condenar al hambre y a la pobreza a una masa mayoritaria (y creciente) de seres humanos y destruir el planeta que los contiene.
Y los cuatro jinetes del Apocalipsis que signan los emergentes y la decadencia (todavía controlada) del sistema dominante también llegan por acumulación matemática.
El Apocalipsis social llega por acumulación matemática de hambrientos, desocupados y pobres a escala mundial.
El Apocalipsis medioambiental llega por acumulación matemática de destrucción medio ambiental a escala planetaria.
El Apocalipsis nuclear llega por acumulación matemática de conflictos militares (intercapitalistas) por la supervivencia de las potencias dentro del sistema.
En su dinámica histórica concentradora de riqueza en pocas manos (y como producto de la propiedad privada explotada sin planificación) el capitalismo ha depredado los ríos, la fauna y los bosques, produciendo las condiciones para un "Apocalipsis medioambiental" de la mano del calentamiento global y de la extinción de los recursos naturales esenciales.
En un segundo frente, las guerras intercapitalistas por la conquista de mercados y el negocio con el armamentismo han creado las condiciones para un "Apocalipsis nuclear" de la mano de los arsenales atómicos que las potencias centrales acumulan como "efecto disuasivo" contra sus rivales, y cuya utilización efectiva nadie puede prever en el futuro.
Y hay un tercer frente que se suma: La plaga del hambre, de la exclusión social y del desempleo que ya se extiende como una epidemia por las áreas empobrecidas del planeta generando las condiciones para un "Apocalipsis social".
No hace falta mucha imaginación (el fenómeno ya se verifica en la realidad) para mensurar el factor apocalíptico masivo que representaría para el sistema el avance de ejércitos de hambrientos buscando comida para supervivir en las grandes urbes, enfrentando con la violencia a la represión militar o policial.
En resumen, el Apocalipsis no es una profecía bíblica o una teoría conspirativa, forma parte de tu propia realidad existencial y planetaria que el sistema esconde para mantenerte en la ignorancia.
Cuando escuches sobre un nuevo terremoto o una tragedia masiva, solo estarás viendo una nueva parte descompuesta del Apocalipsis. Hasta que llegue el desenlace.
Y no será la obra de Dios o del Diablo, sino un emergente (extremo) del sistema. Pura lógica matemática.
(IAR Noticias)
Editorial: Octubre 2012
En este tiempo que estamos viviendo como Humanidad hay decisiones personales muy graves por tomar, no esperes al momento del desespero que ahí ya no podrás hacer casi nada; el mundo no se va a acabar, solo la manera como estamos acostumbrados a vivenciarlo y esto puede ser tanto más doloroso mientras más desprevenido y confundido estés; es una lastima que en esto no ayuden los medios masivos de propaganda y difusión por la sencilla razón de que hacen parte del bando que se opone a que la Humanidad tome conciencia de lo que es y de lo que le corresponde; el gran cambio es de carácter espiritual y los poderosos que gestan guerras y bancarrotas son exactamente lo contrario; qué les va a importar que ciudades enteras costeras se hundan en el mar, no les dirán a esas gentes que evacuen porque allí ellos tienen sus intereses por ejemplo en la industria de la construcción; ¿No pienses que van a anunciar cuándo cerrarán los bancos aunque ellos mismos lo han pronosticado? no, porque la gente sacaría en masa sus depósitos y nos encontraríamos con otra realidad: no tienen esa liquidez en efectivo para entregarle a cada quien lo suyo, ya sucedió en Argentina y México.
Hablamos de cambio climático, de las guerras en ciernes, de la estafa a los estados a cuenta de la crisis financiera, de manchas solares, de magnetismo terrestre, de la desesperación social en especial en las grandes ciudades, de la disolución de monedas, de las tecnologías limpias atrapadas y perseguidas, de las ayudas que estamos recibiendo, de las esperanzas que tenemos de superar este gran escollo como Humanidad pero no como sistema materialista. Dejemos los fanatismos, el sistema de creencias inútil, debes saber que tú y solo tú eres dueño de tus decisiones, las mismas que nadie tomará por ti.
¡Qué la Fe, el Amor y la Paz nos acompañen! Hnos. Del Boletín
OVNIS EN LA ANTIGÜEDAD
La historia de los avistamientos de objetos volantes no identificados y de la variada fenomenología que los acompaña, puede dividirse en dos grandes etapas: una que engloba los avistamientos habidos desde épocas prehistóricas hasta nuestro siglo XX, y otra que recoge los avistamientos contabilizados en la época tecnológica, desde aquellos nueve discos volantes que avistara Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 junto al monte Rainier, en Washington, hasta hoy.
En el artículo que sigue voy a resumir la fenomenología de la primera de estas dos etapas. Aquella en que ninguno de los objetos avistados podía proceder de la humanidad terrestre conocida.
SIEMPRE HAN ESTADO
Desde los albores de la humanidad como tal, el hombre acepta como lógica la existencia de fuerzas inteligentes, de seres supuestamente no humanos —dioses, ángeles, demonios y un sinfín de intermediarios— que intervienen directamente en el curso de nuestra vida sobre este planeta.
Los textos y legados que en el curso de los tiempos han ido reflejando el acontecer de la historia de la humanidad están salpicados de testimonios que ilustran la presencia permanente de objetos volantes que evolucionan de forma inteligente a baja altura sobre la superficie terrestre. La lista de tales avistamientos en todo el mundo y en todas las épocas prueba que la actuación y la intervención de una o de varias inteligencias distintas de la nuestra forman parte integrante y continuada de la historia de la humanidad.
Si prestamos oidos al bioquímico inglés Francis Crick -Premio Nobel en 1962 por haber descubierto la estructura del ADN-, habríamos sido creados por una supercivilización del espacio que en una época remota infectó al planeta Tierra con un microorganismo destinado a desarrollarse en el tiempo hasta llegar a ser lo que hoy somos los seres humanos. Otros científicos secundan este supuesto, como por ejemplo Vsevolod Troitsky, de la Academia de Ciencias de la URSS, para quien la Tierra es un campo de experimentación de nuevas formas de vida, controlado por seres superiores y desconocidos para nosotros.
Los más antiguos legados de la humanidad parecen refrendar estos supuestos. Aportaré solamente dos ejemplos.
En el Popol Vuh, el Libro del Consejo de los indios quichés, de la gran familia maya, se dice: «Y los Maestros Gigantes hablaron, así como los Dominadores, los Poderosos del Cielo: Es tiempo de concentrarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre construído, de nuestro hombre formado, como nuestro sostén, nuestro nutridor, nuestro invocador, nuestro conmemorador. Haced pues que seamos invocados, que seamos adorados, que seamos conmemorados, por el hombre construido, el hombre formado, el hombre maniquí, el hombre moldeado.»
Algo similar recoge la Epopeya de la Creación, cuando pone en boca del dios creador y solar babilonio Marduk las siguientes palabras: «Produciré un sumiso Primitivo; 'Hombre' será su nombre. Crearé un Obrero Primitivo. En él recaerá el servicio de los dioses, para que ellos puedan descansar tranquilos.»
miércoles, 2 de abril de 2014
Pura poesía:
Puedes creer
puedes soñar
abre tus alas
aquí está tu libertad
y no pierdas tiempo
escucha al viento
canta por lo que vendrá
no es tan difícil
que aprendas a volar.
Patricia Sosa
puedes soñar
abre tus alas
aquí está tu libertad
y no pierdas tiempo
escucha al viento
canta por lo que vendrá
no es tan difícil
que aprendas a volar.
Patricia Sosa
Editorial: Agosto 2012
Cuando llegue este boletín a sus manos estimado lector, seguramente la temperatura estará unos grados más alta que en el mes de Julio, el invierno se hace más benévolo y los días más llevaderos.
Empezaremos a salir más de nuestra casa y esto nos permitirá “contactarnos” con otras personas, la “misión” continúa su curso y esto nos apertura mayores posibilidades de trasmitir el mensaje del Cristo.
Deberemos utilizar todos los medios que podamos para que la mayor cantidad de gente pueda recibir el mensaje y ésta no es poca responsabilidad; recordemos lo que los guías nos han dicho:”La misión de ustedes va más allá de la responsabilidad que tienen los gobernantes de las grandes naciones, por cuanto están llamados consciente y responsablemente a dar ánimos en medio de la mayor desolación, a mantenerse firmes cuando todos desfallecen a vuestro alrededor, a conservar y vivir la fe cuando todos dudan en un futuro planetario; en otras palabras: a ser luz en la oscuridad”(Oxalc).
Que todos los hermanos reflexionen sobre lo que ha sido y ya no será y sobre como debemos transitar lo que nos queda de ésta vida a partir del conocimiento del mensaje que se nos ha dado.
¡Qu'la FE, el AMOR y la PAZ nos acompañen a todos! ¡Qué así sea! Hnos. Del boletìn
Sabías que.....
*SUSTENTATOR.COM es una dirección de internet que te da ideas para aplicar respetando el Planeta y generando conciencia ecológica.
*Científicos de varias Universidades de Europa y EEUU, junto a la NASA confirmaron el orígen extraterrestre de la vida en la Tierra
*Los gobiernos de México y Guatemala han decidido hacer públicas diversas pruebas que han permanecido ocultas hasta ahora y que confirman visita de extraterrestres a la civilización Maya.
*El cineasta Juan Rulfo (hijo del escritor) prepara un un documental con las pruebas definitivas de que los extraterrestres se conectaron con los Mayas.
*El sonido es una forma de energía constituida por vibraciones o longitudes de onda, ciertas longitudes de onda tienen el poder de curar y de elevar las vibraciones de la persona a un estado de conciencia superior, esos sonidos se llaman Mantras y pueden ser palabras o frases.
2012 y EL RAYO DE SINCRONIZACIÓN GALÁCTICA, según JOSÉ ARGÜELLES
José Argüelles es Doctor en Historia del Arte y Estética por la Universidad de Chicago, y ha enseñado en la Universidad de Princeton y en el Instituto de Arte de San Francisco. Su hallazgo, que se ha convertido en un tópico, es el señalamiento de una “Convergencia Armónica” en los cielos en 1987, como inicio de un período que alcanzará su culmen en 2012, conforme al Calendario Maya que él hizo popular en su libro “El Factor Maya”.
En “El factor maya”, José Argüelles presentó lo que él denomina como “Rayo de Sincronización Galáctica”, una especie de onda temporal. Lo aclara en un artículo de “Earthshift Series”, en el que se condensa una entrevista que le efectuó Tami Simon en 1987.
Explica José Argüelles: “Históricamente sabemos que la civilización maya se desarrolló en América Central, parte del actual México y la península del Yucatán. Sabemos que su civilización clásica, como hemos dado en llamarla, duró unos quinientos años, entre 400 y 830 d.C., aproximadamente. Cuando hablo de los mayas, me refiero específicamente a su civilización clásica. Ha habido muchas exposiciones de arte maya en todas las grandes ciudades de los estado Unidos y muchas personas se han planteado preguntas como ¿Quiénes eran los mayas? ¿Por qué desapareció su civilización tan rápidamente en torno al año 830 d.C.? ¿Cómo tenían el calendario más sofisticado que hemos conocido en este planeta cuando parecían un pueblo de la edad de piedra?. No usaban bestias de carga, no conocían la metalurgia ni empleaban la rueda. ¿Quién era ese pueblo que produjo el calendario y un asombroso sistema matemático? Los mayas plantean un gran enigma para la mayoría de la gente. Las respuestas de los arqueólogos no bastan, y el misterio continúa”.
José Argüelles informa de que se le despertó la idea cuando en 1985 contactó con él un maya llamado Hunbatz Men, le explicó algunos datos sobre astrología maya y le dijo que el sistema estelar terrestre es el séptimo que los mayas han cartografiado y navegado, lo cual le hizo pensar a Argüelles que el origen maya es extraterrestre: “los mayas vinieron aquí en un momento muy específico e hicieron sus observaciones, dejando atrás datos sobre la naturaleza del rayo galáctico que nuestro planeta Tierra está atravesando desde el año 3113 a.C. Una vez que calibraron la relación de la Tierra con el rayo galáctico, con los demás planetas y con el Sol, dieron por concluido su trabajo. Si los mayas clásicos no empezaron a construir sus templos y ciudades hasta entre 100 y 300 d.C., ¿por qué usaban un calendario preciso que comenzaba en el equivalente al 13 de agosto del año 3113 a.C.? Solemos referirnos a este calendario con el nombre de Gran Ciclo, y abarca desde el año 3113 a.C. hasta 2012 d.C.”. José Argüelles asumió que los mayas utilizaban también un sistema matemático previo que adaptaron a un calendario terrestre: “En realidad, el calendario estaba midiendo algún tipo de onda armónica, algún tipo de rayo u onda larga que tenía ciclos de fluctuación particulares, y asombrosas propiedades armónicas. Rápidamente entendí que el Gran Ciclo no es tanto una medida del tiempo como la medida del tránsito de este planeta a través de un rayo que tiene 5125 años de anchura, o 5125 años de diámetro. Naturalmente, resulta difícil ser conscientes de que estamos atravesando un rayo generado desde el núcleo galáctico y del que nuestro Sol, la estrella local, es el intermediario”.
La situación actual la describe José Argüelles así: “Según el calendario maya, estamos a poco más de veinticinco años (en 1987) de salir del rayo en el que hemos estado desde 3113 a.C.. Cuando consideramos el calendario como la representación del rayo, vemos que el rayo está dividido en trece subciclos, llamados baktuns, y que el baktun actual, que es el treceavo subciclo de este rayo, empezó en 1618 y se extiende hasta 2012. Cada uno de estos ciclos dura aproximadamente 394 años, de modo que estamos cerca de su fin... Mientras nuestro planeta atravesaba el rayo ha ido creando, por medio de los seres humanos, la civilización tecnológica que vemos a nuestro alrededor. A lo largo de los últimos doscientos años este proceso se ha acelerado. Hemos descubierto el mundo con nuestra tecnología”. Gracias a la tecnología, señala Argüelles, los modernos sistemas de comunicación han reducido el tamaño del mundo y se hace posible que la información sea muy veloz y a veces instantánea. Esto mismo posibilita que haya una mente de masa que es muy manipulable por los gobiernos y las instituciones: “los gobiernos, las instituciones y los medios de comunicación emiten continuamente información negativa, energía negativa, de modo que la mente de la masa se alimenta de esta energía negativa. Los gobiernos y las instituciones apoyan esta creación de negatividad y, por tanto, la totalidad de la humanidad está en manos de un tipo muy nocivo de hipnosis cultural o trance civilizacional”.
La Noticia: Se han sobrepasado ya tres de los nueve límites planetarios para controlar la salud del ecosistema terrestre
Científicos de todo el mundo liderados por Johan Rockström del Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo, Suecia, identificaron nueve procesos que consideran claves en los sistemas terrestres, los que determinaron límites planetarios que intentan establecer un “espacio operativo seguro para la humanidad”. Estos límites planetarios son valores máximos que la humanidad no debe transgredir para evitar cambios ambientales globales catastróficos.
Son necesarias nuevas aproximaciones para ayudar a la humanidad a hacer frente al cambio climático y otras amenazas medioambientales mundiales que se darán en el siglo XXI. Un grupo de 28 prestigiosos científicos internacionales han propuesto los lazos biofísicos mundiales, identificados en la base del conocimiento científico dentro del Sistema Tierra, que pueden definir 'un espacio operativo planetario seguro' que permitirá a la humanidad continuar con el desarrollo y prosperidad para las próximas generaciones. Esta nueva aproximación al desarrollo sostenible se trata en el próximo número de la publicación científica Nature, donde los científicos han llevado a cabo su primera intención de identificar y cuantificar un conjunto de nueve límites planetarios.
"La presión humana dentro del Sistema Tierra ha llegado a un nivel en el que los abruptos cambios mundiales medioambientales ya no se pueden excluir. Para seguir viviendo y llevando a cabo operaciones de forma segura, la humanidad tiene que alejarse de los umbrales de 'cableados' del entorno de la Tierra, y respetar la naturaleza climática, geofísica, atmosférica y los procesos ecológicos del planeta", comentó el principal autor, el profesor Johan Rockstrom, director del Stockholm Resilience Centre de la Stockholm University. "Transgredir los límites planetarios podría ser devastador para la humanidad, pero si los respetamos tendremos un futuro brillante para los próximos siglos", añadió.
El grupo de científicos incluye a Hans Joachim Schellnhuber, Will Steffen, Katherine Richardson, Jonathan Foley y el ganador del Premio Nobel Paul Crutzen, quienes han intentado cuantificar los límites biofísicos seguros fuera de lo que, ellos creen, el Sistema Tierra no funcionaría en un estado estable, el estado en el que las civilizaciones han prosperado.
Los científicos identificaron primero los procesos y umbral potencial biofísico del Sistema Tierra, que si se rebasada, podría generar un cambio medioambiental inaceptable para la humanidad. Después propusieron los límites que deberán respetarse a fin de reducir el riesgo de cruzar estos umbrales.
Se han identificado nueve límites, incluyendo el cambio climático, ozono estratosférico, cambio en el uso de la tierra, uso del agua dulce, diversidad biológica, acidificación de los océanos, entradas de nitrógeno y fósforo en la biosfera y océanos, cargas de aerosoles y contaminación química. El ensayo indica que tres de estos límites (cambio climático, diversidad biológica y entradas de nitrógeno y fósforo en la biosfera y océanos) podrían haberse superado ya. Además, enfatiza que los límites están fuertemente conectados: cruzar un límite podría suponer una seria amenaza a la capacidad de mantener los niveles a salvo de los otros.
Son necesarias nuevas aproximaciones para ayudar a la humanidad a hacer frente al cambio climático y otras amenazas medioambientales mundiales que se darán en el siglo XXI. Un grupo de 28 prestigiosos científicos internacionales han propuesto los lazos biofísicos mundiales, identificados en la base del conocimiento científico dentro del Sistema Tierra, que pueden definir 'un espacio operativo planetario seguro' que permitirá a la humanidad continuar con el desarrollo y prosperidad para las próximas generaciones. Esta nueva aproximación al desarrollo sostenible se trata en el próximo número de la publicación científica Nature, donde los científicos han llevado a cabo su primera intención de identificar y cuantificar un conjunto de nueve límites planetarios.
"La presión humana dentro del Sistema Tierra ha llegado a un nivel en el que los abruptos cambios mundiales medioambientales ya no se pueden excluir. Para seguir viviendo y llevando a cabo operaciones de forma segura, la humanidad tiene que alejarse de los umbrales de 'cableados' del entorno de la Tierra, y respetar la naturaleza climática, geofísica, atmosférica y los procesos ecológicos del planeta", comentó el principal autor, el profesor Johan Rockstrom, director del Stockholm Resilience Centre de la Stockholm University. "Transgredir los límites planetarios podría ser devastador para la humanidad, pero si los respetamos tendremos un futuro brillante para los próximos siglos", añadió.
El grupo de científicos incluye a Hans Joachim Schellnhuber, Will Steffen, Katherine Richardson, Jonathan Foley y el ganador del Premio Nobel Paul Crutzen, quienes han intentado cuantificar los límites biofísicos seguros fuera de lo que, ellos creen, el Sistema Tierra no funcionaría en un estado estable, el estado en el que las civilizaciones han prosperado.
Los científicos identificaron primero los procesos y umbral potencial biofísico del Sistema Tierra, que si se rebasada, podría generar un cambio medioambiental inaceptable para la humanidad. Después propusieron los límites que deberán respetarse a fin de reducir el riesgo de cruzar estos umbrales.
Se han identificado nueve límites, incluyendo el cambio climático, ozono estratosférico, cambio en el uso de la tierra, uso del agua dulce, diversidad biológica, acidificación de los océanos, entradas de nitrógeno y fósforo en la biosfera y océanos, cargas de aerosoles y contaminación química. El ensayo indica que tres de estos límites (cambio climático, diversidad biológica y entradas de nitrógeno y fósforo en la biosfera y océanos) podrían haberse superado ya. Además, enfatiza que los límites están fuertemente conectados: cruzar un límite podría suponer una seria amenaza a la capacidad de mantener los niveles a salvo de los otros.
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