La tradición cuenta que el Imperio Incaico fue fundado en el S. XI de nuestra Era. A partir del siglo XIII los Incas (Quechuas y Aimarás) se imponen a los demás pueblos y extienden sus dominios hasta el norte del Ecuador y hasta el suroeste argentino, la selva les impidió proyectarse hacia el este, en total el Imperio abarcaba 1.738.710 kilómetros cuadrados (actuales países de Perú, Ecuador, Bolivia, norte de Chile y norte de Argentina).
El Tiahuantinsuyo (las 4 partes del mundo) estaba dividido en 4 provincias o huamanis y su capital era El Cuzco (ombligo del mundo). Según la tradición de los Incas, la pareja formada por Manco Capac y Mama Oella salió del Lago Titicaca, enviada por el dios Pachacamac o Viracocha (dios civilizador), provista de un “bastón de oro” que debía hundir en el suelo ese lugar era el Cuzco. 14 incas (reyes) se sucedieron hasta Atahualpa, el último.
Viracocha también les ordenó enseñar a los hombres a cultivar la tierra, darles leyes, enseñarles la cría de ganado, la construcción de casas y ciudades.
El bastón de oro que desaparecía en el suelo, indicaba la tierra fértil, donde se clava sin esfuerzo la azada y toma posesión de la tierra con plantas alimenticias (maíz).
Los Incas en su apogeo dominaron a más de 15 millones de indios, con una organización casi perfecta, “los caminos del inca” comunicaban todo el imperio con el Cuzco en menos de 72 horas y los chasquis (indios mensajeros) trasladaban mensajes y ordenes las 24 horas del día.
Desarrollaron las ciencias (astrología, astronomía, matemática, etc.) y su conocimiento del Cosmos asombra hoy a los estudiosos su dios principal era El Sol (Inti), pero más aún que los Astros, la tierra era honrada por este pueblo de agricultores: Pachamama, la Madre Tierra, la gran alimentadora, la que permite la vida.
Uno de los grandes enigmas de esta civilización americana es la ciudad de Machú-Pichú, enclavada en la montaña sobre un altísimo pico encima del río Urubamba. La espléndida ciudad de más de 200 palacios, capillas, viviendas, talleres y cultivos en terrazas, habría sido una ciudad sagrada dedicada al Sol, allí vivirían “mujeres escogidas” o “vírgenes del sol” y sacerdotes dedicados al estudio de los astros. Los científicos no se explican como los incas pudieron construir esta magnifica ciudad a miles de metros de altura, sin ayuda de bestias de carga, vehículos con ruedas, poleas o herramientas de hierro y encastrar las piedras a la perfección sin utilizar “argamasa” u otro elemento.
Modernas creencias especulan sobre la posibilidad de que hubieran sido realizadas con la ayuda de máquinas antigravitacionales o artefactos que fundieran la piedra, por visitantes de otros planetas.
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