lunes, 16 de febrero de 2009
Para Pensar:Subir a la cima del Espíritu de Dios
>"Seguir las huellas"
>
>Cuando estés dentro de tu alma, esto es, cuando tengas la fe suficiente como
>para buscar los caminos, te convertirás entonces en un pescador de hombres.
>Hombres que serán células, o miembros del mismo cuerpo espiritual al que tú
>perteneces.
>
>En la medida en que ese cuerpo vaya creciendo, tú irás creciendo en él.
>Entonces tú serás parte del Alma Suprema que Dios ha establecido para "EL
>HOMBRE"
>
>Pero tú no puedes escalar un nivel sin antes haber abandonado el anterior.
>Mientras tú estés arraígado a las normas, principios y costumbres que
>durante
> toda tu vida han obrado sobre ti y te han gobernado, no podrás dar ni un
>solo un paso. No entenderás ni podrás ver la luz.
>Ante tus ojos habrá un velo. Un velo que será como una venda invisible que
>no
>te permitirá entender hacia donde te diriges, ni qué es lo que estás
>haciendo, ni qué
> es lo que estás buscando realmente.
>
>Es necesario que esa venda sea removida para que tú puedas ver con claridad
>cuál es el camino a seguir.
>Y entonces, aparecerán las huellas inconfundibles de la luz suprema del
>Divino Maestro. Del escogido, del señalado por Dios para mostrarte el
>camino.
>
>Con cada pisada que tú vayas dando dentro de las pisadas de él, irás
>acercándote, cada vez más, a la luz luminosa que será cada vez más radiante.
>Verás con más claridad todo lo que se encuentra allí. Tu alma entrará en el
>reposo absoluto, en el día del reposo de Dios.
>Un reposo que no es un día material y físico como el humano lo ve; sino un
>día de reposo en el Espíritu del Alma Suprema.
>
>Un día donde tu espíritu reposará confortado porque se habrá terminado el
>trabajo para ti, porque quien trabajará en ti será Dios
>
>El Espíritu Santo de Dios será quien te guiará.
>
>Echa tus redes al viento. Lanza la palabra y lanza tu ejemplo, pero más que
>la palabra, lo que podrá pescar hombres será tu conducta, tu manera de ser,
>la manifestación que tengas con relación a tus semejantes.
>
>Eso hará que los que estén a tu lado puedan ver en ti un trozo de la luz,
>una
>chispa de la luz ardiente que señala el camino hacia las alturas del
>Espíritu
>Santo
> de Dios.
>
>Síguela, síguela y no abandones el camino.
>Síguela cueste lo que cueste.
>Hagas lo que hagas siempre encontrarás la fuerza suficiente y la luz
>necesaria
>para poder mirar y comprender donde has de poner tus pies.
>
>¿Y dónde empieza esa fe?
>
>Esa fe empieza en el momento en que encuentras el lucero de la mañana.
>
>En el momento en que te puedas dar cuenta de todo lo que está sucediendo,
>por
> que ves las huellas de los ejemplos que han sido dejados antes que tú.
>Los ejemplos de los hombres de luz que caminaron por la misma senda.
>
>En sus palabras, en sus ejemplos, en su conducta, tendrás la visión de las
>nuevas cumbres.
>Cada cumbre será un monte que tendrás que escalar.
>
>Pero no te quedes en las laderas como los que temen el encuentro con Dios.
>Sube, sube a la empinada cima y allá, en las alturas del Espíritu,
>escucharás
>la voz suprema que te dirá las palabras que quieres escuchar, diciéndote:
>Ven
>Hijo mío.
>
>Todo esto lo podrás encontrar cuando abras tu corazón al Alma Suprema que
>vive
> en Dios.
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