Uno de los casos más contundentes y espectaculares, corresponde a la llegada de los norteamericanos a la luna. El Apolo XI (primer nave tripulada de la NASA con destino a la luna) era tripulado por Neil Amstrong, Michael Collins, y Edwin Aldrin.
Por todos es sabido que en el momento de alunizar el modulo, estos tripulantes mantenían una comunicación con el control central de Houston. Por ese medio se produjo una inquietante conversación, mantenida por Amstrong y Aldrin con el control terrestre. Este dialogo fue conocido fuera de las esferas oficiales, inclusive el prestigioso periódico “Washington Post” publicó la trascripción de la comunicación, la cual nunca fue desmentida. A continuación ofrecemos algunos fragmentos del dialogo:
Apolo
XI:
... estos tipos son enormes señor ¡! (dice la voz asustada y
continua) ¡son enormes!
Houston:
¿qué les sucede a ustedes?
Apolo
XI:
están bajo la superficie...
...
Apolo
XI:
... (más calmos) estamos bien aquí, pero hemos descubierto algunos
visitantes... si, han estado aquí cierto tiempo, a juzgar por sus
instalaciones.
Houston:
misión central al habla, refuta el ultimo mensaje!!.
Apolo
XI:
les estoy diciendo que aquí hay otras naves espaciales. Están unas
al lado de las otras, en fila, del lado más alejado del borde del
cráter.
...
Houston:
... ¿qué significa el alboroto por escenas de Ovnis?,
explique
Apolo
XI:
están posados aquí, están en la luna, observándonos!!!
...
Apolo
XI:
... cualquiera que fuera su forma, eran naves espaciales, no hay
dudas.
Recordemos
que estos astronautas, para integrar estas importantes misiones,
debieron someterse a las más duras pruebas de entrenamiento.
Asimilaron los conocimientos de astronomía que le serian de utilidad
posteriormente, ninguno podía engañarse a sí mismo confundiendo
hechos conocidos con OVNIS.
Al parecer, las fotos tomadas por
los astronautas en la luna, evidenciaban de tal manera la presencia
extraterrestre, que esto obligó a la NASA a montar en un estudio una
simulación del alunizaje para obtener fotos que pudieran ser
mostrados al publico sin generar una psicosis colectiva.
Pero este caso, si bien es de los más significativos, no es el único entre los astronautas y pilotos.

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