martes, 21 de marzo de 2023

El Ovni Secreto de Dashur (1ªparte)

 


 

 Hacer una revisión exhaustiva de la bibliografía ufológica que existe en nuestro idiomaescon toda seguridad una tarea quimérica. Sin quererlo dejaríamos en el tintero obras que en su momento tuvieron alguna significación para la comprensión de este enigma contemporáneo. Aun a pesar de ello, nos aventuraremos a ofrecer a nuestros lectores el siguiente caso de la captura de un OVNI, recopilado en su momento (1978) por Jean Pierre Jorde, valiente investigador del fenómeno OVNI "Los comandos israelíes se lanzaron contra el ejército egipcio en una lucha desesperada por conquistar un OVNI hallado bajo las pirámides, por lo menos así se dijo en una comunicación confidencial. También se publicó la noticia en el periódico californiano "La Nación", quien dio a conocer la nota a nivel mundial. A mediados de febrero de 1978, un grupo de arqueólogos israelíes iniciaron las excavaciones cerca de la gran pirámide de Snofru, en Dashur. Esta pirámide y las que la rodean, jamás habían sido abiertas para tales búsquedas, debido a que se encuentran en un campo de operaciones militares de Egipto, en una zona considerada de mucho secreto. Sin embargo, debido a la política de amistad que desarrollaban en ese momento Egipto e Israel, el presidente Anwar Sadat decidió conceder el permiso, como gesto de buena voluntad. Los investigadores se encontraban trabajando y a a unos quince metros de profundidad, en una zona completamente virgen de exploraciones, al norte de la pirámide, cuando de pronto la pata de un trípode que sostenía una máquina fotográfica hizo contacto con una piedra "blanda" en el desierto arenoso. Era algún material plástico de relleno, que cedió ante la presión y peso de la cámara.

Extraño hallazgo
EI fotógrafo se inclinó para mirar por el hueco que recién había descubierto por accidente. Y encontró bajo sus pies una caverna. Tras una furiosa limpieza con picos y palas para ampliar el agujero, los arqueólogos pudieron ver un miste- rioso objeto. Evidentemente, no era un artefacto de los antiguos egipcios. Tenía cerca de 120 centímetros de diámetro y forma de disco. Al centro, en su parte más gruesa, debía tener unos tres metros y era de un metal suave y brillante que no parecía afectado por el paso del tiempo. Ni tumbas, ni estatuas, ni ofrendas sagradas rodeaban el extraño artefacto que se sostenía sobre tres patas. Al examinar la caverna con detenimiento, dos de los arqueólogos que descendieron por la cavidad constataron la existencia de tableros y equipos electrónicos que se encontraban en perfectas condiciones. Para Israel, país preparado siempre para la guerra, aquello representaba una buena dotación de armas sofisticadas y ultramodernas que podían llegar a ser de su propiedad. Los arqueólogos, luego de deliberar, decidieron que era necesario comunicar la noticia del hallazgo a su gobierno, en forma secreta y rápida, para que los egipcios no se enteraran de ello y de momento no procedieran a confiscar estos elementos encontrados en su suelo. Se decidió que el fotógrafo, que había logrado innumerables tomas del extraño artefacto, llevaría el rollo de películas a Tel Aviv, para mostrarlo a las autoridades. Mientras tanto, los otros miembros del grupo continuaron cavando bajo una lona para evitar que ojos curiosos descubrieran el secreto. Habian llegado a la conclusión de que se trataba de una nave espacial oculta bajo la pirámide de Snofru. En tanto, las fotos llegaban al Ministerio de Defensa de Israel, donde se reunió el Zahal (grupo militar ultrasecreto). Participaron en la sesión, que se prolongó hasta la madrugada, los expertos que planearon la "operación Entebbe". El tema de la discusión fue: cómo apropiarse del objeto, que les daría sin duda una enorme superioridad bélica, y cómo evitar que cayera en manos egipcias. Y allí, mientras paralelamente los mandatarios de ambas naciones intercambiaban efusivos saludos, promesas de paz y ayuda mutua... los israelíes planeaban la realización de una operación comando, similar a Entebbe, en pleno cora- zón de Egipto. Sólo lo más selecto de las fuerzas armadas israelíes se enteró de las características de la acción militar, que se decidió el 1 de marzo.


Detalles de la Acción
Tres aviones Hércules 103 E serían utilizados como transportadores y un Hércules 103 H, conocido como Hipopótamo, estaría destinado únicamente a cargar un camión de arrastre de diez toneladas. Uno de los 103 E transportaría un hospital de campaña, mientras el otro contendría jeeps, armas ligeras, y cincuenta comandos cada uno. Además, un escuadrón de aviones F4 daría la cobertura aérea necesaria para la operación. El camión de arrastre era un gigantesco cóctel molotov, ya que en cada una de sus partes exteriores se colocaron tanques de gasolina cubiertos por planchas protectoras de acero. Hubiera bastado una granada bien dirigida para que aquel camión se transformara en una bomba. Tras la cabina del chofer se instalaron dos ganchos fuertes con sus correspondientes motores para jalar y, finalmente, a la plataforma se le agregó una rampa muy larga. También los jeeps fueron equipados exactamente igual, con tanques extras de gasolina. A las tres de la madrugada, se dio la orden "Zanek" en los aeropuertos de Tel Aviv, Ben Gurión y tres más secretos de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, todo fue calificado como "una operación de rutina". La ruta que debían seguir pasaba sobre el surest del Sinaí y el Mar Rojo, adentrándose directamente hacia el bajo Egipto. Un quinto avión Hércules volaha tras la flota por si alguno de los transportes quedaban fuera de combate. El plan era atacar violentamente y en forma decisiva, para terminar la operación en un promedio de dos horas y volver a Israel con la mayor rapidez posible. El camión, por su parte, debía abrirse paso atravesando los alrededores del Mar Rojo, y cortando por la península de Sinaí para dirigirse a casa. Tras el camión irían los cuatro jeeps y los hombres que quedaran vivos después de la batalla, cuidando la preciosa carga. No habría paradas. El avión o vehículo que se quedara atrás o se rompiera, debía ser abandonado al momento. Los agentes secretos en territorio egipcio, habían sido instruidos para conseguir lanchones para cruzar el Nilo, la parte más peligrosa de la operación. El factor sorpresa era el más importante, ya que tenían que entrar y salir antes de que el Cairo tuviera el tiempo necesario para enviar fuerzas a interceptarlos. El Sinaí debía ser alcanzado antes de que les cortaran la retirada.

(continuará)

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