jueves, 12 de diciembre de 2013

PURA POESIA: LA VIDA EL ARTE DEL ENCUENTRO:

Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la
maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a
lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que
así lo nombro.

Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la
montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera
que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con
algunas palabras.

Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos
para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país
llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad
(fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por
nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que
sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a
complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una
buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una
buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos. Eso lo aprendí de mi
madre que fue la primera buena noticia que conocí. Se llamaba Sara y nunca
pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la
felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y
eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para
hacer otra cosa.

De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar
de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (ó al hombre) que ya
no amas, al trabajo que te desagrada, a las cosas que te encadenan, a la
tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los
que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que
heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se
ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad
del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de
Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que
debemos dar hasta que duela.

Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa,
sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella
nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del
mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que
será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el
revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio
permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada
rincón. Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía
no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la
copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día. Vive
de instante en instante porque eso es la vida.

Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se
gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es
tan simple, ¿porqué te preocupas tanto?. No te sientas aparte y olvidado,
todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud
dentro de uno.

Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo
mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar
como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te
trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe,
perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre
nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está
siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no
digas ;no puedo ni en broma; porque el inconsciente no tiene sentido de humor,
lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la
culpa, responsables de nuestras enfermedades. Perdona a todos y perdónate, no
hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos.
Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la
culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea)
y cómplice de lo que te disgusta. Culpar a los demás es no aceptar la
responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella. El bien y el mal viven
dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que
tengan que enfrentarse.

Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es
en vano. No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y
esa camisa que llevas ya son ganancia. Cuida el presente porque en él vivirás
el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será,
y sucederá naturalmente.

ANONIMO

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