jueves, 4 de abril de 2013
Lo dijo Sixto: entrevista realizada en España en 2009
Sin duda el contactismo es una de las vertientes más desconcertantes del fenómeno ovni. Existen personas que aseguran mantener contacto con seres extraterrestres. Entre estos se encuentra el peruano Sixto Paz, quien asegura haber tenido experiencias increíbles.
Le pregunto quién puede llegar a ser un contactado y ésta es su respuesta: «Los contactados son aquellas personas que han llegado a establecer una comunicación con visitantes de otros mundos ya sea física, mental o astralmente, esto es en sueños. Y como existen los testimonios de millones de personas de toda condición social, formación profesional, sexo y raza en todos los rincones del planeta al respecto, podemos decir que cualquier persona podría llegar a establecer ese contacto. Depende más de esos seres que de nosotros el que llegue a producirse. Son ellos, 'los visitantes', los que seleccionan a quienes desean contactar, pero eso no quiere decir que uno mismo no se pueda predisponer y facilitar las cosas».
Respecto a lo que buscan estos seres en las personas con las que contactan, tiene clara la respuesta. «Estos seres buscan gente sencilla, sensibilizada, valiente y con una apertura mental, lo cual significa amplio criterio, a la vez que tenga vocación de servicio y esté dispuesta a canalizar y compartir un mensaje de reflexión para la humanidad. Pero no sólamente se dirigen a gente común, también lo han hecho con militares, científicos y astronautas».
¿Por qué si a los extraterrestres supuestamente les interesa convencernos de su existencia, no se presentan de una forma más directa, contundente y masiva?
Oleadas de ovnis
«Ciertamente ha habido en el pasado manifestaciones públicas directas y contundentes de los ovnis, que han sido registradas por la prensa y convenientemente olvidadas, como son los muy publicitados casos de la oleada ovni durante varios días sobre la ciudad de Washington en julio de 1952 o el descenso de una nave a plena luz del día en un parque público en Voronez, a 500 kilómetros al sur de Moscú, en 1989. Pero por lo que puede verse, a estos seres no les interesa el convencernos de que ellos existen (si no ya se habrían manifestado de otra forma), sino que más bien consideran que no se deben forzar nuestros procesos ni interferir más de lo que ya lo hicieron en el pasado, y más bien lo conveniente es alentar indirectamente al despertar de la conciencia humana, para no restarnos mérito alguno en nuestra evolución, ni producir, con una posible manifestación directa una crisis».
La pregunta entonces es ¿por qué no conocemos esa realidad tan tangible? ¿Por qué los gobiernos ocultan o ignoran esa trascendental información? Para Sixto es evidente: «No lo ignoran, lo que ocurre es que lo ocultan por intereses creados. A los militares les da lo mismo que sean extraterrestres o extranjeros, desde el momento que un objeto volador no identificado invade tú espacio aéreo sin que tú lo puedas controlar, es un problema de seguridad nacional. Sería ponerse en evidencia de lo vulnerables que somos, y de la falta de sentido del derroche que se hace en grandes negocios tras las armas. Si desaparecen los ejércitos desaparecerían las fronteras, se acabaría el negocio de la venta de armas por cuanto no habría demanda alguna. Sin fronteras no habría deuda externa, que es un mecanismo de opresión de los pueblos; se acabaría el contrabando, se reduciría la clase política en el mundo, etc. De darse a conocer la realidad de la presencia extraterrestre traería consigo una crisis económica y también una crisis de fe, porque las religiones tendrían que explicar el porqué de su silencio, si es que afirman contar con revelaciones de lo Alto».
Este argumento -continúa Paz- coincide con la sorprendente noticia publicada recientemente, en la que se recogían las declaraciones del astrónomo jefe de la Santa Sede, José Gabriel Funes, asesor del Papa Benedicto XVI sobre temas científicos. Funes afirmaba que «la creación divina quizá no se paró en la Tierra, por lo que puede haber vida inteligente en alguna otras partes del Universo». Y añadía: «incluso podía contemplarse la hipótesis de que la vida de otros mundos pueda estar más evolucionada que la humana, sin que esta posibilidad ponga en entredicho la fe en la creación, en la encarnación y en la redención. Es posible creer en Dios y en los extraterrestres», afirmó Funes.
No me resisto a preguntarle a Sixto por el mensaje de estos seres y esta fue su respuesta: «Los extraterrestres me han revelado que nosotros somos simiente estelar, sujetos a una gran expectativa cósmica, y a un examen colectivo que pocos estarían en capacidad de pasar. Una suerte de maestros potenciales que primero tienen que terminar de aprender a ser discípulos. Venimos de una permanente interacción con el universo, aunque el contacto trascendental y más importante esta en nuestro universo interior, y vamos hacia un gran cambio de transformación positiva que abarcará a toda la Humanidad. Existe más de un tiempo en el universo material, y el nuestro sería uno alternativo, creado artificialmente para desarrollar un Plan Cósmico. Todos los lugares están siendo activados y conectados entre sí por portales interdimensionales que se abren cada vez que entran en sintonía con la vibración del planeta y se sincronizan en relación al tiempo real y al tiempo alternativo».
Diciembre del 2012
Respecto a cuándo llegará ese momento Sixto Paz señala que será el expresado en las profecías mayas: el 21 de diciembre del 2012, momento en que tendrá lugar la sincronización de los tiempos. La historia del pueblo maya se ha basado en el llamado Calendario de la Cuenta Larga, que comenzó el 13 de agosto del 3114 antes de Cristo. Así, cada 144.000 días se cierra un ciclo que trae aparejado un gran cambio sobre el planeta. El fin del Gran Ciclo Maya se cierra con 13 ciclos de 144.000 días que nos conducen hasta el 21 de diciembre del 2012 y que casualmente coincide con el mismo número reflejado en el Apocalipsis (14.1), donde puede leerse: 'Después miré, y he aquí que el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y de su Padre escrito en la frente... Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero'.
Entonces ¿qué podemos hacer para cambiar esas profecías? Según los extraterrestres -explica Paz- el futuro es ley de causa y efecto, las profecías no han sido dadas para que ocurran sino para que no se cumplan. Es advertir para corregir. El futuro no es algo inamovible, si no, ¿dónde estaría nuestro libre albedrío? Con respecto a las profecías positivas, por el contrario, debemos colaborar para que se den. Hay que creerlo para crearlo. La mente humana es poderosa, y si muchos nos ponemos de acuerdo con una misma intención y con fe, podemos lograrlo. Pero lo importante es cambiar nuestra actitud frente a la vida. Debemos ser más optimistas, positivos y constructivos. Nuestro mundo no soporta más. El cambio debe producirse ya, pero todo empieza en uno y con uno, luego sigue con la familia de cada quien, y así sigue el factor dominó, la reacción en cadena, añade.
Así que ya lo saben, pónganse las pilas y comiencen por su entorno más cercano, incluido usted mismo.
castillaoculta@hotmail.com
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