martes, 25 de diciembre de 2012

Biografía de un Ser Humano excepcional



Yeshua ben Joseph (Jesús) era un terrestre-extra o sea un ser humano extraordinario que progreso con gran esfuerzo durante su existencia en la Tierra. Fue una persona de éste planeta que a través de múltiples encarnaciones alcanzó un alto nivel de evolución. Ya no necesitaba encarnar, sin embargo, por amor a la humanidad aceptó volver como el “Maitreya” (el Buda de la compasión) para compartir su iluminación y guiar a la humanidad hacia la paz y la verdadera felicidad a través del amor y del servicio. Jesús tenía que conmover a otros iniciando una reacción en cadena de espiritualidad, motivándolos con su ejemplo y actitud a intentarlo también.
Jesús nació un 19 de Marzo, pero 7 años antes de la actual era cristiana, bajo el signo de Piscis. Nació en una gruta de Belén donde hubieron de refugiarse porque a Maria le sobrevinieron dolores de parto. Allí una nave de la Confederación hizo su aparición y de ella descendieron unos seres de 6° dimensión y realizaron una “cesárea cósmica”, de tal manera que María continuó siendo virgen después del nacimiento de Jesús.
Recién a los 2 años de haber nacido, llegaron los que conocemos como “Los Reyes Magos”.
Al volver de Egipto y ya con 7 años, Jesús se halla en Qúmram estudiando a la par de Juan, aprenden matemática, el estudio de las estrellas, de las profecías, los misterios, fundamentalmente una educación y orientación basada en la búsqueda de la verdadera pureza, la perfección y bondad.
A los 14 años ambos dejaron la comunidad y Jesús y su familia se instalaron en forma definitiva en Nazareth, donde existía una pequeña aldea de familias esenias que tenían talleres y atendían con sus servicios a otros pueblos cercanos, entre estos talleres estaba el de carpintería y ebanistería de José. Allí Jesús alternó el trabajo con su padre y sus hermanos, con esporádicas convivencias con los Esenios, algunos viajes con su tío José de Arimatea (mercader de metales) a Mesopotamia, Persia, Afganistán, la India e incluso a las orillas de Bretaña.
Durante este tiempo tuvo repetidos contactos y encuentros con los Vigilantes y Guardianes extraterrestres, la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores, Maestros de diversas religiones y escuelas, pueblos exóticos e innumerables experiencias a nivel Astral y Espiritual.
No fue ni antes del bautizo (cuando Jesús oficializa su condición de esenio) ni en el bautizo, sino que fue gradualmente después, cuando empezó a reunir a sus discípulos que Jesús incorporó al Hijo de Dios, aquel que conocen como el Arcángel Miguel, un ser ultraterrestre de la categoría de los llamados “Resplandecientes Padres Creadores de Universos”, que no son Dios, sino una manifestación de él.
El Hijo del Hombre brindó sus siete cuerpos para que un octavo superior (Miguel) contribuyera a marcar el camino de la humanidad.
Jesús predicó la doctrina del amor durante 3 años y llevó su mensaje hasta las últimas consecuencias, transformando su martirio en un triunfo espiritual de insospechadas consecuencias para la humanidad.
Jesús pudo soportar la inmisericorde flagelación, así como toda la angustia, el desaliento y el miedo previos a la crucifixión porque no estaba solo, pero no por ello dejaba de sentir y sufrir, o es menos meritorio su sacrificio.
Pero el Hijo de Dios, si dejo al Hijo del Hombre en el momento de la crucifixión, es durante la agonía de la cruz que Jesús se sintió sólo y abandonado, y es en ese momento cuando el Hijo de Dios se retira del Hijo del Hombre para que el ser material pueda morir y él mismo, procure con gran esfuerzo y supremo mérito sellar su gran triunfo espiritual alcanzando la 7° Dimensión de conciencia, que es la conciencia de la esencia de un acto de amor de inimaginable repercusión cósmica. Jesús alcanzó ese nivel cuando en vez de maldecir a sus captores o a quienes lo traicionaron, intercedió el perdón por todos ellos en un trascendental y definitivo acto de amor.
Este triunfo sobrehumano le dio la fortaleza espiritual, que posteriormente le permitió la resurrección física y la posterior elevación en naves extraterrestres hacia la galaxia M31 o Andrómeda, allí fuera del tiempo de la Tierra, conectó con el Real Tiempo del Universo. Y al enlazar ambos tiempos, el Hijo del Hombre se encuentra en una dimensión superior a la que los demás habitantes del universo material no han llegado.
Luego de resucitar el maestro convivió con sus discípulos 40 días más, distribuyendo roles y responsabilidades. A Juan, el llamado “discípulo amado” por ser el hijo espiritual de Jesús, lo dejó encargado de la Hermandad Blanca de la Tierra y fue el único que no tuvo muerte violenta, reencarnando una y otra vez en el planeta.
Jesús, el Hijo del Hombre, va a volver, su retorno está muy próximo y depende de la raza humana, de lo que haga la humanidad para bien o para mal y para sellar la cristificación colectiva, con el salto cuantitativo y cualitativo hacia la 4 ° Dimensión.

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