Dice un amigo que existir no es lo mismo que vivir. Dice que existir es atravesar la vida a duras penas sorteando todo tipo de situaciones y problemas, reaccionando ante ellos e intentando hacer las cosas sin tener muy claro porque las hacemos, dejándonos llevar por la marea de las corrientes que el entorno nos marca. Vivir, por el contrario, es dejarse llevar por la corriente de la vida creadora que nace del interior de uno mismo, imbuido en la mágica energía de todo lo que existe, y que conecta todo con todo, y sabiendo que el único instante que cuenta es el instante presente, desde donde, además, es el único instante que representa a la misma eternidad. Esta descripción del vivir suena a palabras bonitas cuando se reciben desde la cabeza, y a verdad rotunda cuando se sienten desde el interior del ser que somos. Párate un momento a ver cual de las dos opciones fue la primera en resonar.
Es posible que muchos de vosotros hayáis oído hablar de la antigua sabiduría tolteca que Don Miguel Ruiz plasmó en sus famosos “Cuatro Acuerdos”, cuatro reglas para la vida que marcan la diferencia entre existir y vivir, entre pensar y analizar la vida, o sentir y fluir con ella. La mente piensa y analiza, el ser interior que somos siente y fluye.
Dice el primer acuerdo que no te puedes tomar nada de forma personal. Nada te pueden decir o hacer como para que te lo puedas tomar como si de algo personal contra ti se tratara y tuvieras que enfadarte o reaccionar por ello. Nada es lo suficientemente importante en esta vida como para permitir que te pueda sacar de tu centro, de tu felicidad y de tu bienestar, y esto solo sucede cuando consideramos que algo que nos digan, o nos hagan, tiene poder para ello, es decir, nos lo tomamos como algo personal contra uno mismo. Cuando no le das poder a nada externo a ti para que modifique tu estado de paz y armonía interna, nada ni nadie tiene control sobre nosotros, y por lo tanto, automáticamente, su efecto se diluye en tu realidad (no tiene porque hacerlo en la realidad de los demás). Tu accionar, que no reaccionar, luego, sobre la situación en la que te encuentres, nace de tu poder para tomar la mejor decisión respecto al evento o persona con la que tengas que lidiar, siempre y cuando mantengas la convicción de que no debemos tomarnos nada personalmente. Además, en la mayoría de los casos, las personas manifiestan hacia fuera lo que llevan dentro, y por tanto, no están accionando contra ti, sino reaccionando y proyectando alguna faceta de su mundo interior que, posiblemente, a ti ni te viene ni te va. El mismo reaccionar de esa persona que te tomas como algo personal, habría sido proyectado de igual forma sobre otra que nada tenga que ver contigo, quizás pensando esa otra persona que también era algo personal contra ella cuando no era más que lo que, quien lo manifestaba, reflejaba de su realidad interior.
Dice el segundo acuerdo que nada se puede suponer. Porque si supones puedes llegar a conclusiones erróneas. Nadie tiene nunca todos los datos de cualquier situación, evento o experiencia de forma que puedas comprenderla, entenderla o gestionarla como si tuya se tratara. Nunca supongas nada, pues te estarías inventando, intentando rellenar los datos que te faltan, con aquellos que tu posees en tu interior. El “creo que dijo esto…” o el “creo que quiere decir lo otro”… no tiene base real. Y dos personas oyendo lo mismo supondrán dos cosas totalmente diferentes, posiblemente siendo ninguna de ellas correcta respecto al origen de lo que generó la suposición. Tu mundo es diferente al mundo de la persona que dijo esto o lo otro, y no tienes ni idea de que componentes a nivel de arquetipos, programas y patrones mentales tiene esa persona que la llevan a actuar o decir lo que hace o dice. De forma que, a no ser que puedas estar en la mente de esa otra persona, y sentir exactamente lo que quería hacer o decir, nunca puedes suponer nada, pues las suposiciones siempre serán equivocadas. En el mundo de los toltecas no se adivinan las cosas, sino que se preguntan y aclaran sin suponer nunca nada. El ego – personalidad artificial supone, el ser o yo interior se cerciona antes de accionar.
Dice el tercer acuerdo que nunca se debe intentar hacer las cosas lo mejor posible. Alguien que existe INTENTA hacer las cosas lo mejor posible, alguien que vive, nunca intenta nada, sino que LO HACE lo mejor posible. Intentar es para aquellos que necesitamos una excusa para huir de nuestra responsabilidad ante los hechos, personas o situaciones, pues si simplemente lo intentas y no sale, puedes salvar la cara, pero eso no te hace estar vivo, eso solo te hace existir un rato más, pues para vivir, hay que dar lo mejor de uno mismo en cada momento y hacer las cosas lo mejor que podamos. Nunca te equivocas si, lo que haces, lo haces siempre con toda la carne en el asador, sin medias tintas, y sin intentar nada. Uno de aquellos guías con los que hablamos de vez en cuando nos dejó una frase marcada a fuego en la memoria, tras una de las tantas sesiones que ya hemos compartido con el: “uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, y las cosas se hacen y punto, no se intentan, se hacen y punto”. Fue una “sacudida” cuando también yo eludía, de alguna forma, mi propia responsabilidad.
No se como suena esto cuando lo lees, pero si que se como suena y como nos caló a los compañeros cuando nos lo dijo. Cuando haces las cosas lo mejor que puedes, das el 100% de ti mismo, y no importa ese 100% a que se refiere, si es mucho o es poco, si es más o menos que el 100% de otra persona, pues eso da igual, porque tu eres tu y solo puedes ser tu, así que si das el 100% de lo que eres en cada momento, estás dando todo tu ser, potencial y energía a algo o alguien. Nada más se le pide a nadie en este mundo para avanzar por el camino de cada uno, y de cara al bien común de todos los demás.
Y dice el cuarto acuerdo que hay que ser impecable con las palabras y los hechos. Las palabras tienen poder, manipulan, hieren, reconfortan, crean ilusiones, expectativas, traen esperanza, generan dolor. Quien domina el arte de la palabra domina el arte de influenciar sobre los demás, y el arte de llevar la felicidad o causar tristeza. Las palabras son creadoras, pues es energía consciente con una intención detrás que sale de la persona que las pronuncia, y las palabras pueden ser dardos envenenados o ungüentos para el alma. Los antiguos toltecas, representados quizás, para muchos de nosotros, por el Don Juan de Castaneda, basaban el arte de la impecabilidad en no decir o hacer nada que no tuviera un objetivo concreto y basado en lo que justo tocaba hacer o decir en ese momento. No se puede desperdiciar energía tontamente en las cosas, y por eso uno tiene que ser impecable, pues solo el uso correcto de la energía del ser humano, produce el surplus de la misma necesario para el crecimiento espiritual, ya que ninguna función interna puede activarse sin la energía necesaria, y esa energía es interna a cada uno de nosotros, proveniente de la famosa triada de Gurdjieff de Carbono-Oxigeno-Nitrógeno (lo que comemos, lo que respiramos, lo que obtenemos energéticamente del entorno). La activación de los chakras superiores por encima del séptimo, de las funciones internas psíquicas y espirituales, del desarrollo de la conciencia y la potenciación del espíritu para el control de la mente predadora, dependen de que exista energía sobrante en el interior de cada uno y que no haya sido malgastada existiendo, reaccionando, o actuando de forma que perdamos fuerzas tontamente. Solo la impecabilidad de actos, pensamientos o palabras generan ese excedente energético, que luego, automáticamente, es dirigido hacia donde corresponde para el uso del resto de mecanismos inherentes al ser humano que no se activan porque no hay nada que pueda mantenerlos funcionando.
Recordad que el mundo está hecho para que nunca tengamos energía suficiente para nosotros mismos, y que la energía que consumimos tenga una calidad pésima (comida de baja calidad, aire contaminado, impresiones y entornos energéticos negativos), de forma que el consejo de ahorrar energía es aun más importante cuando piensas que, por mucho que te esfuerces, en el mundo occidental, todos sobrevivimos energéticamente, ya que no llegamos a absorber más que la dosis diaria de combustible que necesitamos para existir otro día más. Si no ahorras algo de lo que obtienes, no se puede dar el paso a vivir y desarrollarse.
Se impecable, no supongas nada, no te tomes nada de forma personal y hazlo siempre lo mejor que puedas. Cuatro consejos para un único modo de vivir.
Por David Topí
Nota de redacción:
Ingeniero de profesión, actualmente es un polifacético escritor, formador y terapeuta. Trabaja especialmente en divulgar, formar y acompañar a personas a través de procesos de desarrollo personal y espiritual, así como terapeuta sanaciones energéticas, usando la técnica de Sanación Akashica.
jueves, 31 de marzo de 2016
Pensamientos:
“Esto por encima de todo; se fiel a tu yo verdadero, y de ello seguirá, como la noche sigue al día, que nunca serás falso ante nadie” Willian Shakespeare
“Si tuviera libertad para contar lo que vi en el espacio, el mundo quedaría estupefacto” Georgy Greckko (cosmonauta ruso)
“Deja que tu corazón se expanda todo el tiempo, el Amor se necesita por todas partes”
“Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es crearse uno a si mismo indefinidamente.” H. Bergson.
“Si tuviera libertad para contar lo que vi en el espacio, el mundo quedaría estupefacto” Georgy Greckko (cosmonauta ruso)
“Deja que tu corazón se expanda todo el tiempo, el Amor se necesita por todas partes”
“Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es crearse uno a si mismo indefinidamente.” H. Bergson.
martes, 29 de marzo de 2016
LA FRASE:
"No se puede forzar a nadie a que crezca, despierte,
evolucione o aprenda, sin violar su libre albedrío. Solo
se pueden ofrecer herramientas, conocimientos y
apoyo para que cada uno tome las riendas de su vida
y decida que hacer con su camino evolutivo".
David Topí
domingo, 20 de marzo de 2016
Jesús ¿Cuándo nació?
Siempre hubo discrepancias con respecto al nacimiento de Jesús (Yeshua ben Joseph), las discrepancias sobre el verdadero día de su nacimiento son abundantes. Durante siglos los profetas habían anunciado al pueblo judío la llegada del Mesías, pero cuando se produjo, paso casi inadvertido. A tal punto que prácticamente no quedaron registros escritos de tal acontecimiento.
Sólo 2 de los cuatro evangelios hacen referencia a su nacimiento (Mateo y Lucas). Había que esperar hasta el S.VI DC para que un monje llamado “Dionisio el exiguo” estableciera, por orden papal y apelando a las matemáticas, el año exacto en que Jesús vio la luz. A partir de ese instante -525 DC- comenzó la Era cristiana, desplazando las viejas normas de datación. Pero Dionisio cometió varios errores de cálculo y lo hizo nacer después de su tiempo. En realidad Jesús nació 7 años antes de su propia Era. También resulta altamente improbable que haya sido el 25 de Diciembre, también se discute si fue en la ciudad de Belén.
Quizá haya que remontarse a los primeros años después de la “muerte” de Jesús, para entender porqué la Iglesia primitiva no se preocupó demasiado por estos temas. Para ellos, la fecha exacta del nacimiento no era una prioridad, lo importante era consolidar la Iglesia y celebrar la resurrección de Jesús, lo cuál lo convertía en el verdadero Mesías. Cuando Dionisio empezó su trabajo se utilizaba el calendario Juliano, que contaba los días a partir de la fundación de Roma.
Por el evangelio de Lucas (3:23) el monje supo que Jesús empezó su ministerio a los 30 años de edad (pero en qué año?). Pero Dionisio no tuvo en cuenta que “Jesús vino al mundo en tiempos del rey Herodes” (Mateo 2:1) y como sabemos que el rey Herodes murió el año 4 AC, Jesús debe haber nacido por lo menos 4 años antes de lo que dice el monje. Herodes ordenó matar a todos los niños menores de 2 años (Mateo 2:16), esto lleva a pensar que Jesús (que fue llevado a Egipto por sus padres para escapar de la matanza) tenia 1½ o 2 años. Eso quiere decir que ya estamos a final del año 7 AC. Además el clima de Israel no coincide con el relato bíblico (que hace pasar a los pastores la noche al aire libre), ya que en Diciembre es época de bajas temperaturas en la zona.
Lo cierto es que la Iglesia primitiva eligió el 25 de Diciembre para hacer coincidir la Navidad con las muy populares fiestas romanas dedicadas al Sol, de ésta forma competían con la principal fiesta pagana.
(Extractado de revista “Conozca Más” N° 86).
El Problema de los Calendarios:
Partiendo de los evangelios nos tropezamos con versiones distintas de un mismo hecho. Por ejemplo, en el relato de Lucas no hay visita de Reyes Magos, ni estrella de Belén, mientras que en el relato de Mateo sí hay Magos y una extraña estrella.
Jesús nació en verdad en una caverna. La idea del pesebre fue inventada por San Francisco de Asís en 1223, año en que se realizó la primera presentación del nacimiento.
Tampoco hay certeza del lugar donde nació Jesús, pues, aunque todo apunta a Belén Mateo y Lucas lo señalan el mismo Juan Pablo II en una audiencia destacó que no existe certeza de que Jesús haya nacido en Belén. En realidad, Jesús no parece oriundo de Belén, sino de Galilea, exactamente de Nazaret.
Sea como sea, el tema que nos ocupa ahora es la fecha del nacimiento. ¿Cuándo fue?
Según diversos estudios, Jesús habría nacido siete años antes del denominado año cero. Estamos hablando de un “desfase” de fechas. Carlomagno fue el primero en contribuir con este error al desear modificar el calendario, ya que no le agradaba tomar como referencia la fundación de Roma, sino el nacimiento de Cristo, que se hizo coincidir con el año de la muerte de Herodes. Grave imprecisión porque ello sucedió cuatro años más tarde del nacimiento de Cristo.
El segundo error fue en la época del Papa Gregorio el calendario que nos rige actualmente al realizarse un nueva modificación sin tener en cuenta el censo de Octavio Augusto en Judea, por lo cual se añadieron otros tres años de desfase.
Diversos estudios parecen demostrar que Jesús habría nacido entre el mes de marzo y abril, fechas más propicias, por cierto, para salir a pastar con el ganado en la antigua Palestina, lo cual hubiese sido por de más improbable en diciembre, en donde el invierno es duro. Curiosamente, en antiguos escritos de arcilla que contienen información astronómica de los sabios babilonios, se habla de una curiosa alineación planetaria o “Estelar” el 19 de marzo del año siete a.C. ¿La fecha real del nacimiento de Jesús?
El Mensaje:
Al margen de que el 25 de diciembre sea o no la fecha correcta del nacimiento de Jesús, y que creamos o no en su existencia. Siempre es positivo aprovechar la oportunidad para reflexionar sobre éstas palabras, ya que es de sabio tener la mente abierta y reconocer la sabiduría cuando ésta es dicha.
“Sed misericordiosos, para que obtengáis misericordia. Practicad la equidad y la longanimidad. Perdonad, para que se os perdone. Como hagáis, os será hecho. Como deis, os será dado. Encontraréis tanta bondad como bondadosos hayáis sido. No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”.
“Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”.
“Cosa más gloriosa, feliz y perfecta es dar que recibir”.
¡Feliz Navidad!
Sólo 2 de los cuatro evangelios hacen referencia a su nacimiento (Mateo y Lucas). Había que esperar hasta el S.VI DC para que un monje llamado “Dionisio el exiguo” estableciera, por orden papal y apelando a las matemáticas, el año exacto en que Jesús vio la luz. A partir de ese instante -525 DC- comenzó la Era cristiana, desplazando las viejas normas de datación. Pero Dionisio cometió varios errores de cálculo y lo hizo nacer después de su tiempo. En realidad Jesús nació 7 años antes de su propia Era. También resulta altamente improbable que haya sido el 25 de Diciembre, también se discute si fue en la ciudad de Belén.
Quizá haya que remontarse a los primeros años después de la “muerte” de Jesús, para entender porqué la Iglesia primitiva no se preocupó demasiado por estos temas. Para ellos, la fecha exacta del nacimiento no era una prioridad, lo importante era consolidar la Iglesia y celebrar la resurrección de Jesús, lo cuál lo convertía en el verdadero Mesías. Cuando Dionisio empezó su trabajo se utilizaba el calendario Juliano, que contaba los días a partir de la fundación de Roma.
Por el evangelio de Lucas (3:23) el monje supo que Jesús empezó su ministerio a los 30 años de edad (pero en qué año?). Pero Dionisio no tuvo en cuenta que “Jesús vino al mundo en tiempos del rey Herodes” (Mateo 2:1) y como sabemos que el rey Herodes murió el año 4 AC, Jesús debe haber nacido por lo menos 4 años antes de lo que dice el monje. Herodes ordenó matar a todos los niños menores de 2 años (Mateo 2:16), esto lleva a pensar que Jesús (que fue llevado a Egipto por sus padres para escapar de la matanza) tenia 1½ o 2 años. Eso quiere decir que ya estamos a final del año 7 AC. Además el clima de Israel no coincide con el relato bíblico (que hace pasar a los pastores la noche al aire libre), ya que en Diciembre es época de bajas temperaturas en la zona.
Lo cierto es que la Iglesia primitiva eligió el 25 de Diciembre para hacer coincidir la Navidad con las muy populares fiestas romanas dedicadas al Sol, de ésta forma competían con la principal fiesta pagana.
(Extractado de revista “Conozca Más” N° 86).
El Problema de los Calendarios:
Partiendo de los evangelios nos tropezamos con versiones distintas de un mismo hecho. Por ejemplo, en el relato de Lucas no hay visita de Reyes Magos, ni estrella de Belén, mientras que en el relato de Mateo sí hay Magos y una extraña estrella.
Jesús nació en verdad en una caverna. La idea del pesebre fue inventada por San Francisco de Asís en 1223, año en que se realizó la primera presentación del nacimiento.
Tampoco hay certeza del lugar donde nació Jesús, pues, aunque todo apunta a Belén Mateo y Lucas lo señalan el mismo Juan Pablo II en una audiencia destacó que no existe certeza de que Jesús haya nacido en Belén. En realidad, Jesús no parece oriundo de Belén, sino de Galilea, exactamente de Nazaret.
Sea como sea, el tema que nos ocupa ahora es la fecha del nacimiento. ¿Cuándo fue?
Según diversos estudios, Jesús habría nacido siete años antes del denominado año cero. Estamos hablando de un “desfase” de fechas. Carlomagno fue el primero en contribuir con este error al desear modificar el calendario, ya que no le agradaba tomar como referencia la fundación de Roma, sino el nacimiento de Cristo, que se hizo coincidir con el año de la muerte de Herodes. Grave imprecisión porque ello sucedió cuatro años más tarde del nacimiento de Cristo.
El segundo error fue en la época del Papa Gregorio el calendario que nos rige actualmente al realizarse un nueva modificación sin tener en cuenta el censo de Octavio Augusto en Judea, por lo cual se añadieron otros tres años de desfase.
Diversos estudios parecen demostrar que Jesús habría nacido entre el mes de marzo y abril, fechas más propicias, por cierto, para salir a pastar con el ganado en la antigua Palestina, lo cual hubiese sido por de más improbable en diciembre, en donde el invierno es duro. Curiosamente, en antiguos escritos de arcilla que contienen información astronómica de los sabios babilonios, se habla de una curiosa alineación planetaria o “Estelar” el 19 de marzo del año siete a.C. ¿La fecha real del nacimiento de Jesús?
El Mensaje:
Al margen de que el 25 de diciembre sea o no la fecha correcta del nacimiento de Jesús, y que creamos o no en su existencia. Siempre es positivo aprovechar la oportunidad para reflexionar sobre éstas palabras, ya que es de sabio tener la mente abierta y reconocer la sabiduría cuando ésta es dicha.
“Sed misericordiosos, para que obtengáis misericordia. Practicad la equidad y la longanimidad. Perdonad, para que se os perdone. Como hagáis, os será hecho. Como deis, os será dado. Encontraréis tanta bondad como bondadosos hayáis sido. No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”.
“Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”.
“Cosa más gloriosa, feliz y perfecta es dar que recibir”.
¡Feliz Navidad!
El Decadron:
Los Maestros de la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores, se rigen por un conjunto de de diez elevadas Leyes que orientan la Evolución del Mundo Intraterreno. Ellas son:
1ª. Ley: El verdadero estudiante de la Vida, empieza estudiándose a sí mismo.
2ª. Ley: La Luz verdadera alumbra o ciega, según la actitud del estudiante.
3ª. Ley: El verdadero soldado de la Luz, batalla AMANDO al enemigo.
4ª. Ley: La verdadera protección, radica en el CONTROL del miedo interior.
5ª. Ley: El verdadero Maestro, enseña con el ejemplo.
6ª. Ley: El verdadero mensajero, es aquel que sólo trasmite el MENSAJE.
7ª. Ley: La Fe verdadera se sustenta en el conocimiento.
8ª. Ley: La sagrada doctrina se torna más sagrada, si se es consecuente con ella.
9ª. Ley: El verdadero Templo es aquel que se construye a base de sentimientos, pensamientos y actitudes.
10ª. Ley: El verdadero místico es aquel que pone en práctica los Principios del Cielo y que muere constantemente por AMOR al prójimo.
1ª. Ley: El verdadero estudiante de la Vida, empieza estudiándose a sí mismo.
2ª. Ley: La Luz verdadera alumbra o ciega, según la actitud del estudiante.
3ª. Ley: El verdadero soldado de la Luz, batalla AMANDO al enemigo.
4ª. Ley: La verdadera protección, radica en el CONTROL del miedo interior.
5ª. Ley: El verdadero Maestro, enseña con el ejemplo.
6ª. Ley: El verdadero mensajero, es aquel que sólo trasmite el MENSAJE.
7ª. Ley: La Fe verdadera se sustenta en el conocimiento.
8ª. Ley: La sagrada doctrina se torna más sagrada, si se es consecuente con ella.
9ª. Ley: El verdadero Templo es aquel que se construye a base de sentimientos, pensamientos y actitudes.
10ª. Ley: El verdadero místico es aquel que pone en práctica los Principios del Cielo y que muere constantemente por AMOR al prójimo.
martes, 15 de marzo de 2016
Para pensar: Las cuatro verdades de Buda
El budismo, es reconocido como una religión, doctrina o filosofía de alto
valor y poder muy arraigada en el mundo desde hace centurias. Es religión
de peso en China, Japón, Corea, gran parte de Asia y Estados Unidos,
donde cuenta con cerca de 350.000 adeptos. El budismo nace en la India.
Su fundador fue Siddhartha Gautama cuya vida no es claramente conocida.
Se ha dicho que Siddhartha nació cerca del 560 a.C al norte de la India, hijo
de Suddhodana, quien gobernaba la región que hoy conocemos como
Nepal. Este hombre, por sugerencia de un adivino, resguardó a su hijo de
las experiencias del mundo exterior y lo mantuvo en palacios entre
lujos y placeres, hasta que un día Siddhartha salió del palacio y vio viejos,
enfermos, mendigos y muertos. Fue impactado por esos encuentros y
comprendió que todos pasaban por esas etapas. Entonces decidió buscar
una salida al sufrimiento humano. Estudió los grandes libros del induismo,
estuvo con maestros diversos y llevó su vida a los límites de la privación y
el ascetismo. Fue así como optó por buscar la serenidad de la mente y se
volcó hacia la meditación, lo que le permitió experimentar cierto día,
mientras editaba a los pies de un árbol, el grado más alto de conciencia
espiritual, la Iluminación. Desde allí se le conoció como Buda, "el
iluminado," y se dedicó a enseñar los métodos de superación del
sufrimiento, y legó enseñanzas espirituales entre las que figuran la prédica
del “Justo Medio”, que es una visión de equilibrio y evitación de conductas
extremistas, y el centro de su enseñanza que se basa en las llamadas “cuatro
Nobles Verdades del Buda, cuyo contenido, en términos básicos es el
siguiente:
La primera verdad, no enseña que el sufrimiento en sus diversas
manifestaciones es parte común e inseparable de la vida humana. Para
Buda, el nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, convivir con lo
indeseable, separarse de lo deseable y no obtener lo que se desea, la muerte
de los seres
queridos es sufrimiento o su enfermedad es sufrimiento, siempre presente
como un limitador de la felicidad completa.
La segunda verdad nos dice que el origen del sufrimiento, radica en
nuestra tendencia a vivir atrapados por cinco venenos que nos empujan a
buscar placer en todas partes, para caer luego en la insatisfacción de no
encontrarlo, sino pasajera mente, pues todo es impermanente. Estos son:
odio, apego, ignorancia, orgullo y envidia.
La tercera verdad afirma que el sufrimiento puede ser extinguido de la
vida humana, en esta vida, a través del control o eliminación definitiva del
apego Hay que suprimir los cinco venenos y realizar acciones virtuosas,
creando buen karma. Además, es requerido aprender que las cosas no están
llenas de sustancia como pensamos sino que son insustanciales, por lo que
hay que aprender a experimentar el vacío hasta llegar a conocer lo que se
oculta en el fondo de todo, la realidad última, el lugar más brillante al que
podamos acceder, el corazón del Dharma. (La física moderna nos dice que
nada es sólido, que todo es energía y que el espacio entre los átomos es
99% espacio vacío).
La cuarta verdad señala que para extinguir el sufrimiento, debemos seguir
un método de cambio y realización, que se conoce como el Óctuple
Camino o camino de las ocho ramas. Este camino implica el desarrollo de
cualidades y actitudes particulares:
- Recta comprensión: Comprender el sufrimiento, sus causas y curas
- Recto pensamiento: No ceder a los deseos ni al odio. Vivir con amor y
sin violencia.
- Recta Palabra: Comprender el poder de la palabra. Evitar calumnias,
habladurías y mentiras.
- Recta acción: Actuar con moderación y evitar acciones negativas como
matar, robar, herir, violar.
- Recto trabajo: Ganarse la vida de formas dignas que no lastimen a otros.
- Recto esfuerzo: Abordar los retos diarios de manera positiva.
- Atención correcta ; Vivir conscientes de los eventos mentales,
emocionales, corporales y externos.
- Concentración correcta: Desarrollar las facultades mentales que conducen
al despertar.El budismo enseña se comprende mejor si captamos el significado de
reencarnación, karma, Samsara y Nirvana. La reencarnación implica que
vivimos muchas vidas y que todo lo que hacemos tiene efectos en esta vida
y en las próximas. Samsara, significa que todo está en un ciclo de
nacimiento y renacimiento permanente, y que de un nacimiento a otro,
recibimos el karma que nos corresponde. Nirvana, significa " extinción" de
la existencia. Es un estado del ser en el que ya no hay karma ni se requiere
volver a nacer. Palabras más, palabras menos, son estos los preceptos que
han hecho de Buda una de las figuras más respetadas y seguidas del mundo
en toda la historia, pese a que su prédica nunca se centró en buscar
seguidores ni en inducir veneración hacia ningún Dios. Por el contrario, el
Budismo ha echado raíces en el mundo occidental porque invita a practicar
y descubrir, más que a creer. Es una metodología con mucho de científico,
que enseña cómo comprender y superar el sufrimiento y alcanzar el
desarrollo integral.
valor y poder muy arraigada en el mundo desde hace centurias. Es religión
de peso en China, Japón, Corea, gran parte de Asia y Estados Unidos,
donde cuenta con cerca de 350.000 adeptos. El budismo nace en la India.
Su fundador fue Siddhartha Gautama cuya vida no es claramente conocida.
Se ha dicho que Siddhartha nació cerca del 560 a.C al norte de la India, hijo
de Suddhodana, quien gobernaba la región que hoy conocemos como
Nepal. Este hombre, por sugerencia de un adivino, resguardó a su hijo de
las experiencias del mundo exterior y lo mantuvo en palacios entre
lujos y placeres, hasta que un día Siddhartha salió del palacio y vio viejos,
enfermos, mendigos y muertos. Fue impactado por esos encuentros y
comprendió que todos pasaban por esas etapas. Entonces decidió buscar
una salida al sufrimiento humano. Estudió los grandes libros del induismo,
estuvo con maestros diversos y llevó su vida a los límites de la privación y
el ascetismo. Fue así como optó por buscar la serenidad de la mente y se
volcó hacia la meditación, lo que le permitió experimentar cierto día,
mientras editaba a los pies de un árbol, el grado más alto de conciencia
espiritual, la Iluminación. Desde allí se le conoció como Buda, "el
iluminado," y se dedicó a enseñar los métodos de superación del
sufrimiento, y legó enseñanzas espirituales entre las que figuran la prédica
del “Justo Medio”, que es una visión de equilibrio y evitación de conductas
extremistas, y el centro de su enseñanza que se basa en las llamadas “cuatro
Nobles Verdades del Buda, cuyo contenido, en términos básicos es el
siguiente:
La primera verdad, no enseña que el sufrimiento en sus diversas
manifestaciones es parte común e inseparable de la vida humana. Para
Buda, el nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, convivir con lo
indeseable, separarse de lo deseable y no obtener lo que se desea, la muerte
de los seres
queridos es sufrimiento o su enfermedad es sufrimiento, siempre presente
como un limitador de la felicidad completa.
La segunda verdad nos dice que el origen del sufrimiento, radica en
nuestra tendencia a vivir atrapados por cinco venenos que nos empujan a
buscar placer en todas partes, para caer luego en la insatisfacción de no
encontrarlo, sino pasajera mente, pues todo es impermanente. Estos son:
odio, apego, ignorancia, orgullo y envidia.
La tercera verdad afirma que el sufrimiento puede ser extinguido de la
vida humana, en esta vida, a través del control o eliminación definitiva del
apego Hay que suprimir los cinco venenos y realizar acciones virtuosas,
creando buen karma. Además, es requerido aprender que las cosas no están
llenas de sustancia como pensamos sino que son insustanciales, por lo que
hay que aprender a experimentar el vacío hasta llegar a conocer lo que se
oculta en el fondo de todo, la realidad última, el lugar más brillante al que
podamos acceder, el corazón del Dharma. (La física moderna nos dice que
nada es sólido, que todo es energía y que el espacio entre los átomos es
99% espacio vacío).
La cuarta verdad señala que para extinguir el sufrimiento, debemos seguir
un método de cambio y realización, que se conoce como el Óctuple
Camino o camino de las ocho ramas. Este camino implica el desarrollo de
cualidades y actitudes particulares:
- Recta comprensión: Comprender el sufrimiento, sus causas y curas
- Recto pensamiento: No ceder a los deseos ni al odio. Vivir con amor y
sin violencia.
- Recta Palabra: Comprender el poder de la palabra. Evitar calumnias,
habladurías y mentiras.
- Recta acción: Actuar con moderación y evitar acciones negativas como
matar, robar, herir, violar.
- Recto trabajo: Ganarse la vida de formas dignas que no lastimen a otros.
- Recto esfuerzo: Abordar los retos diarios de manera positiva.
- Atención correcta ; Vivir conscientes de los eventos mentales,
emocionales, corporales y externos.
- Concentración correcta: Desarrollar las facultades mentales que conducen
al despertar.El budismo enseña se comprende mejor si captamos el significado de
reencarnación, karma, Samsara y Nirvana. La reencarnación implica que
vivimos muchas vidas y que todo lo que hacemos tiene efectos en esta vida
y en las próximas. Samsara, significa que todo está en un ciclo de
nacimiento y renacimiento permanente, y que de un nacimiento a otro,
recibimos el karma que nos corresponde. Nirvana, significa " extinción" de
la existencia. Es un estado del ser en el que ya no hay karma ni se requiere
volver a nacer. Palabras más, palabras menos, son estos los preceptos que
han hecho de Buda una de las figuras más respetadas y seguidas del mundo
en toda la historia, pese a que su prédica nunca se centró en buscar
seguidores ni en inducir veneración hacia ningún Dios. Por el contrario, el
Budismo ha echado raíces en el mundo occidental porque invita a practicar
y descubrir, más que a creer. Es una metodología con mucho de científico,
que enseña cómo comprender y superar el sufrimiento y alcanzar el
desarrollo integral.
Pura poesía: Escucha a tu corazón

..Escucha a tu corazón, muévete de acuerdo con tu corazón,
sea lo que sea que esté en juego:
..Una condición de simplicidad absoluta que cuesta nada menos
que "todo"...
..Ser sencillo es arduo, porque ser sencillo cuesta todo lo que tienes.
Tienes que perderlo todo para ser sencillo.
..Por eso la gente ha elegido ser compleja y ha olvidado cómo ser
sencilla.
..Sin embargo, sólo un corazón sencillo vibra con Dios mano a mano.
..Sólo un corazón sencillo canta con Dios con profunda armonía.
..Para llegar a este punto tendrás que encontrar tu corazón, tu propia
vibración, tu propio latido.
La experiencia de reposar en el corazón mientras meditas, no es algo que se
pueda buscar o forzar.
Viene con naturalidad, a medida que crecemos más y más en armonía con
los ritmos de nuestros propios silencios interiores.
Permítete ser más suave y más receptivo ahora, porque un gozo
inexpresable te está esperando, precisamente a la vuelta de la esquina.
Nadie más puede indicártelo y cuando lo encuentres no serás capaz de
hallar las palabras para
expresarlo a los demás,
pero está ahí, en lo profundo
de tu corazón, maduro y listo
para ser
descubierto.
"... es solamente a partir de
nuestra armonía interior que
lograremos expandirla a
todo nuestro entorno..."
(Autor desconocido )
MENSAJE de los HERMANOS MAYORES
– ¿Cómo podrían definir ustedes aquellas leyes o principios universales?
– Hoy hay suficiente conocimiento en la Tierra sobre el tema como para
empezar a aplicar conscientemente dichas leyes y principios, sólo que el
problema es que el conocimiento compromete. Y es que la enseñanza de
aquellas leyes es una herencia que les ha sido dada desde la época de las
colonias extraterrestres y atlantes en Egipto.
La primera ley consiste en que uno puede crear lo que cree.. Si orientan
su mente con una actitud positiva hacia la consecución de cualquier
realización, ésta llegará a materializarse. Pero si por el contrario se dejan
llevar por el pesimismo y la negatividad, todo a vuestro alrededor será
reflejo de aquello. En esta primera ley deben trabajar la concentración, la
voluntad y la sabiduría.
La segunda ley consiste en que todo es un reflejo del universo que nos
rodea, por lo que al ser parte consciente de la creación, ustedes
también pueden y deben ser cocreadores de todo aquello que pueda ser
edificante y positivo. Y es que también por ser el universo un acto de
amor del Todopoderoso, vuestras existencias deben estar inspiradas y
marcadas por el amor. Las leyes que regulan el universo son las mismas
que intervienen en la vida de un individuo, por lo cual conociéndose uno a
sí mismo se puede llegar a conocer el universo y de la misma manera,
afectarlo para bien o para mal. En esta segunda ley deben trabajar el
despertar de la conciencia, el discernimiento y la intuición.
La tercera ley es que el vehículo de acción o el medio de concreción de
la creación es la palabra. La palabra es vibración y poder sobre la
formas, porque decreta y materializa las cosas alrededor de uno y en uno.
Es más: la palabra es la que da forma a las cosas. Por la palabra se puede
construir y hasta destruir. La palabra es una llave que puede abrir puertas
entre las dimensiones, así como puede aperturar las conciencias y los
corazones de los semejantes, pero sólo si ésta es bien empleada por alguien
puro de corazón. Los grandes problemas de vuestra actual humanidad se
resumen en la carencia de comunicación; en la abundancia de mensajes sin
poder; de palabras sin una vibración superior. La carencia de un ejemplo
de vida y la falta de consecución de las enseñanzas ha hecho a las palabras:
vanas y vacías. Por ello sólo se enseña bien cuando las palabras van
acompañadas por el ejemplo. Cuando restablezcan el contacto interno y
como consecuencia recuperen el contacto con vuestros más cercanos,
volviendo a ser honestos y sinceros en vuestros pensamientos y palabras, el
universo se hará oír en ustedes y hablará a través de vuestras almas con la
fuerza del poder para abrir mentes y corazones. En esta tercera ley hay que
trabajar con la respiración, inteligencia y la pureza.
La cuarta ley consiste en que toda realización cuesta esfuerzo y genera
una fuerza de oposición, pudiendo medirse el valor e importancia de lo
que se hace por el grado de dificultad antes, durante o después. Por
ello, no deben amilanarse cuando las cosas se les complican pareciendo no
tener solución, por cuanto todo lo que realmente vale, exige una máxima
dedicación y suele ser un camino lleno de escollos, que va probando palmo
a palmo vuestra voluntad y convicción. El mundo ideal no existe, por lo
tanto hay que crearlo todos los días y en todo lugar con la conciencia
despierta y actitudes positivas que influyan sobre el ambiente y las demás
personas. Por ello no caigan en el error de algunos que piensan en huir del
planeta porque consideran que ya es tarde. Nosotros les podemos asegurar
que aún no es tarde para cambiar y para que todo se transforme, pero todo
variará si antes ustedes modifican sus patrones conductales. En esta cuarta
ley deben trabajar la perseverancia, la tolerancia y la convicción.
La quinta ley permite entender que en el proceso de crecimiento todos
habremos de pasar muchas veces de la luz a la oscuridad y viceversa.
Se habrá de atravesar por períodos de cambio y de estancamiento. Y
siempre uno precederá al otro, lo que nos hará estar permanentemente en
guardia.
El contraste de estados nos enseñará a valorar y a dominar los momentos
internos cambiantes, pudiendo desarrollar cada vez un mayor equilibrio o
capacidad como para modificar a voluntad la situación, o hacer más
llevaderos los momentos difíciles. Al final cada uno debe llegar a conocer
sus propios ritmos internos para dominarlos, llegando con ello a afectar las
fluctuaciones del ambiente externo. En esta quinta ley se deberá trabajar
la fe, la paciencia y la esperanza.
La sexta ley indica que todo es consecuencia de las necesidades de
nuestro actual aprendizaje y de las decisiones, pensamientos y actos
con los que sembramos la vida, así como también por los procesos
pendientes de existencias pasadas. Y es que cada vida se nos ofrece
como una nueva aventura pero con mayor experiencia. Experiencia
alcanzada de otras vidas, que se manifiesta en nuestra particular forma de
enfrentar las propuestas que se nos van presentando; todo ello, como parte
de un proceso de crecimiento hacia una expansión de conciencia, donde
nada es dejado al azar; y donde también, no está dicha nunca la última
palabra. En esto no hay programas individuales o colectivos incompletos,
ni programas definitivos e inamovibles. No se han descuidado los detalles
pero todo puede variar. Todo se puede modificar para bien o para mal,
dependiendo fundamentalmente de nuestra actitud frente a la vida. Pero
eso sí, la evolución es personal e intransferible, aunque paradójicamente
ésta sólo se puede realizar en permanente interacción con los demás.
La cosecha de nuestra vida es el producto de la siembra de nuestras
acciones. En esta sexta ley se ha de trabajar el servicio con
discernimiento, bondad y decisión.
La séptima ley nos enseña que todo en el universo busca su
complementación, y que hasta en la dualidad, los opuestos son
necesarios para el crecimiento de ambos. Por ello, necesitamos del otro
para vernos reflejados en él y así superarnos cada día, logrando la madurez
en nuestras vidas.
En esta séptima ley habremos de trabajar la comprensión, la tolerancia,
el respeto y el amor.
– ¿Y cómo se puede trabajar la comprensión y la tolerancia?
– Aprendiendo a comunicarse, para así poderse entender y lograr con ello
aceptarse. Pero preguntarán:¿Y cómo aprendes a comunicarte? Pues
intentándolo, experimentando formas y diversas alternativas, hasta que las
barreras desaparezcan y uno aprenda a desnudar su alma, mostrándose tal
cual uno es. Para esto no necesitan llegar a ser telépatas, simplemente seres
humanos que intentan sentirse y hacerse sentir. Además recuerden que lo
importante es procurar hacer sentir bien a los demás, tratándolos como uno
quisiera ser tratado.
– ¿Cuándo y cómo podemos trabajar con estas leyes o principios?
– Sin darse cuenta ya lo están haciendo. Ningún principio funciona aislado
o independiente de los demás. Por ello, en cada acto de la vida están
aplicando todo esto, el asunto es ¿qué tan conscientes lo hacen? y ¿qué tan
positivamente para ustedes y para los demás?
– Hoy hay suficiente conocimiento en la Tierra sobre el tema como para
empezar a aplicar conscientemente dichas leyes y principios, sólo que el
problema es que el conocimiento compromete. Y es que la enseñanza de
aquellas leyes es una herencia que les ha sido dada desde la época de las
colonias extraterrestres y atlantes en Egipto.
La primera ley consiste en que uno puede crear lo que cree.. Si orientan
su mente con una actitud positiva hacia la consecución de cualquier
realización, ésta llegará a materializarse. Pero si por el contrario se dejan
llevar por el pesimismo y la negatividad, todo a vuestro alrededor será
reflejo de aquello. En esta primera ley deben trabajar la concentración, la
voluntad y la sabiduría.
La segunda ley consiste en que todo es un reflejo del universo que nos
rodea, por lo que al ser parte consciente de la creación, ustedes
también pueden y deben ser cocreadores de todo aquello que pueda ser
edificante y positivo. Y es que también por ser el universo un acto de
amor del Todopoderoso, vuestras existencias deben estar inspiradas y
marcadas por el amor. Las leyes que regulan el universo son las mismas
que intervienen en la vida de un individuo, por lo cual conociéndose uno a
sí mismo se puede llegar a conocer el universo y de la misma manera,
afectarlo para bien o para mal. En esta segunda ley deben trabajar el
despertar de la conciencia, el discernimiento y la intuición.
La tercera ley es que el vehículo de acción o el medio de concreción de
la creación es la palabra. La palabra es vibración y poder sobre la
formas, porque decreta y materializa las cosas alrededor de uno y en uno.
Es más: la palabra es la que da forma a las cosas. Por la palabra se puede
construir y hasta destruir. La palabra es una llave que puede abrir puertas
entre las dimensiones, así como puede aperturar las conciencias y los
corazones de los semejantes, pero sólo si ésta es bien empleada por alguien
puro de corazón. Los grandes problemas de vuestra actual humanidad se
resumen en la carencia de comunicación; en la abundancia de mensajes sin
poder; de palabras sin una vibración superior. La carencia de un ejemplo
de vida y la falta de consecución de las enseñanzas ha hecho a las palabras:
vanas y vacías. Por ello sólo se enseña bien cuando las palabras van
acompañadas por el ejemplo. Cuando restablezcan el contacto interno y
como consecuencia recuperen el contacto con vuestros más cercanos,
volviendo a ser honestos y sinceros en vuestros pensamientos y palabras, el
universo se hará oír en ustedes y hablará a través de vuestras almas con la
fuerza del poder para abrir mentes y corazones. En esta tercera ley hay que
trabajar con la respiración, inteligencia y la pureza.
La cuarta ley consiste en que toda realización cuesta esfuerzo y genera
una fuerza de oposición, pudiendo medirse el valor e importancia de lo
que se hace por el grado de dificultad antes, durante o después. Por
ello, no deben amilanarse cuando las cosas se les complican pareciendo no
tener solución, por cuanto todo lo que realmente vale, exige una máxima
dedicación y suele ser un camino lleno de escollos, que va probando palmo
a palmo vuestra voluntad y convicción. El mundo ideal no existe, por lo
tanto hay que crearlo todos los días y en todo lugar con la conciencia
despierta y actitudes positivas que influyan sobre el ambiente y las demás
personas. Por ello no caigan en el error de algunos que piensan en huir del
planeta porque consideran que ya es tarde. Nosotros les podemos asegurar
que aún no es tarde para cambiar y para que todo se transforme, pero todo
variará si antes ustedes modifican sus patrones conductales. En esta cuarta
ley deben trabajar la perseverancia, la tolerancia y la convicción.
La quinta ley permite entender que en el proceso de crecimiento todos
habremos de pasar muchas veces de la luz a la oscuridad y viceversa.
Se habrá de atravesar por períodos de cambio y de estancamiento. Y
siempre uno precederá al otro, lo que nos hará estar permanentemente en
guardia.
El contraste de estados nos enseñará a valorar y a dominar los momentos
internos cambiantes, pudiendo desarrollar cada vez un mayor equilibrio o
capacidad como para modificar a voluntad la situación, o hacer más
llevaderos los momentos difíciles. Al final cada uno debe llegar a conocer
sus propios ritmos internos para dominarlos, llegando con ello a afectar las
fluctuaciones del ambiente externo. En esta quinta ley se deberá trabajar
la fe, la paciencia y la esperanza.
La sexta ley indica que todo es consecuencia de las necesidades de
nuestro actual aprendizaje y de las decisiones, pensamientos y actos
con los que sembramos la vida, así como también por los procesos
pendientes de existencias pasadas. Y es que cada vida se nos ofrece
como una nueva aventura pero con mayor experiencia. Experiencia
alcanzada de otras vidas, que se manifiesta en nuestra particular forma de
enfrentar las propuestas que se nos van presentando; todo ello, como parte
de un proceso de crecimiento hacia una expansión de conciencia, donde
nada es dejado al azar; y donde también, no está dicha nunca la última
palabra. En esto no hay programas individuales o colectivos incompletos,
ni programas definitivos e inamovibles. No se han descuidado los detalles
pero todo puede variar. Todo se puede modificar para bien o para mal,
dependiendo fundamentalmente de nuestra actitud frente a la vida. Pero
eso sí, la evolución es personal e intransferible, aunque paradójicamente
ésta sólo se puede realizar en permanente interacción con los demás.
La cosecha de nuestra vida es el producto de la siembra de nuestras
acciones. En esta sexta ley se ha de trabajar el servicio con
discernimiento, bondad y decisión.
La séptima ley nos enseña que todo en el universo busca su
complementación, y que hasta en la dualidad, los opuestos son
necesarios para el crecimiento de ambos. Por ello, necesitamos del otro
para vernos reflejados en él y así superarnos cada día, logrando la madurez
en nuestras vidas.
En esta séptima ley habremos de trabajar la comprensión, la tolerancia,
el respeto y el amor.
– ¿Y cómo se puede trabajar la comprensión y la tolerancia?
– Aprendiendo a comunicarse, para así poderse entender y lograr con ello
aceptarse. Pero preguntarán:¿Y cómo aprendes a comunicarte? Pues
intentándolo, experimentando formas y diversas alternativas, hasta que las
barreras desaparezcan y uno aprenda a desnudar su alma, mostrándose tal
cual uno es. Para esto no necesitan llegar a ser telépatas, simplemente seres
humanos que intentan sentirse y hacerse sentir. Además recuerden que lo
importante es procurar hacer sentir bien a los demás, tratándolos como uno
quisiera ser tratado.
– ¿Cuándo y cómo podemos trabajar con estas leyes o principios?
– Sin darse cuenta ya lo están haciendo. Ningún principio funciona aislado
o independiente de los demás. Por ello, en cada acto de la vida están
aplicando todo esto, el asunto es ¿qué tan conscientes lo hacen? y ¿qué tan
positivamente para ustedes y para los demás?
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