sábado, 12 de noviembre de 2011

¿La Tierra hueca?



A medida que la mente humana se iba desarrollando, fueron surgiendo incontables especulaciones sobre el universo. El mundo subterráneo, entonces, se proyecto con tanto misterio como las estrellas. Mientras algunos mitos poblaban los cielos y las remotas cimas de las montañas con dioses, otros veían un mundo hueco bajo sus pies, un reino de deidades igualmente poderosas.
Con el tiempo se elaboraron sorprendentes relatos de una misteriosa Tierra interior poblada por gigantes, enanos malvados o reptiles prehistóricos.
Cuando la ciencia reemplazó a las leyendas en la explicación del mundo, el dominio subterráneo no fue olvidado. Un pionero fue el astrónomo inglés Edmond Halley (quien descubrió el cometa que lleva su nombre) que se comenzó a interesar por el magnetismo terrestre y comprobó que el norte magnético no estaba siempre en el mismo lugar. Estudiando las lecturas de la brújula dedujo que según las condiciones locales (Ej.: depósitos minerales magnéticos) la aguja cambiaba. Pero el verdadero enigma surgió cuando Halley examinaba lecturas registradas en tiempos pasados. Estás mostraron que la variación (la desviación natural que cambia de acuerdo con la longitud) estaba modificando lentamente. La única forma de explicarlo era suponiendo la existencia de mas de un campo magnético; y sugirió que la Tierra tenía una cáscara externa con un núcleo interno separado, cada uno de estos globos tiene su propio eje y sus polos Norte y Sur -Halley sugirió también que la aurora boreal es ocasionada por el escape de la luz del mundo subterráneo.
Pero no sería un científico europeo el que atrajera por 1° vez la atención internacional a un mundo dentro de la Tierra. John Cleves Symmes, nacido en New Jersey (EEUU), estudioso de las ciencias naturales y de la Tierra, escribió una carta en 1818 dirigida “a todo el mundo” y la envió a políticos, periodistas, publicaciones y sociedades académicas. En ella escribió: “Declaro que la Tierra es hueca, y habitable en su interior; contiene una cantidad de esferas concéntricas huecas, una dentro de otra y está abierta en los polos 12 o 16 grados; empeño mi vida en ésta verdad y estoy pronto para explorar su interior si el mundo me apoya y ayuda en la empresa”.
Pero en lugar de apoyo y ayuda, recibió risas y burlas, su teoría y su audacia fueron ridiculizadas. Sin embargo, un editor de periódicos de Ohio, Jeremias Reynolds, fue quien tomo la idea y propuso al gobierno de EEUU la realización de una expedición al polo Norte. Pero recién en 1838 y ya muerto Symmes, se pudo realizar la expedición bautizada con el nombre de su comandante Charles Wilkes. Ésta expedición duró 4 años y en lugar de encontrarse con una abertura polar, regresaron con la demostración de que esa área tan extensa, podía ser calificada como el 7° continente.
El tema volverá al tapete a mediados del S.XIX, y gracias a la influencia de los escritores de ficción. Edgar Alan Poe describe viajes fantásticos de barcos que terminan cayendo en un abismo en el polo Sur. Luego fue Julio Verne en su memorable “Viaje al centro de la Tierra”, donde relata el viaje de un excéntrico profesor de minerología que acababa de descifrar un documento rúnico proveniente de Islandia. Éste antiguo escrito resulto ser un conjunto de instrucciones para llegar al centro de la Tierra.
Otra obra de contenido semejante fue “La raza venidera”, novela de Lord Lytton publicada hacia 1873; el héroe de ésta novela entre por una mina y se encuentra con una raza de super-hombres que vivían en perfecta armonía y con máquinas que desarrollaban sus labores domésticas.
Al mismo tiempo que Lytton escribía su novela, otro escritor, Cyrus Read propuso que este misterioso reino no se encuentra debajo de nosotros, sino encima: “no estamos sobre el globo sino dentro de él”, dijo. Read propuso su teoría en un libro titulado: “La cosmogonía celular o la Tierra, una esfera cóncava”.
Al iniciarse el S.XX las teorías de la Tierra hueca se hicieron cada vez mas difíciles de sostener. Las exploraciones polares demostraban lo contrario.
Pero dos nuevos investigadores norteamericanos reflotaron la teoría de la Tierra hueca; Willian Reed y Marshall Gardner, hicieron nuevos aportes significativos: la temperatura del aire y el agua que se vuelve mas cálida al acercarse al polo Norte, la presencia de vida salvaje abundante (pájaros, mamíferos y mosquitos), el hecho de que los icebergs son de agua dulce y el descubrimiento de un mamut congelado en la Siberia (Rusia). Gardner afirmaba que la explicación al misterio del mamut era que no se habían extinguido, sino que se hallaban en el centro de la Tierra.
Pero fue sin duda el relato del aviador naval norteamericano, Richard E. Byrd, que en 1926, fue el 1° hombre en volar sobre el polo Norte y 3 años mas tarde (1929) voló sobre el polo Sur; quien informó haber recorrido cerca de 16 kilómetros cuadrados de un paisaje tropical, con ríos interiores y animales salvajes (Ej.: mamut).
Otro dato importante sobre el tema es el que se refiere a la mítica “montaña se San Nicolás” en Groenlandia, cuya historia está llena de leyendas y tradiciones. Bajo sus faldas (dicen las antiguas leyendas) se refugiaba San Nicolás, junto a un grupo de seres mitológicos, y hablan de un mundo subterráneo al que se accedería por el polo Norte.
Las historias de la Tierra hueca también nos llevan a la Hiperbórea, donde vivió una de las mas antiguas razas humanas (2ª Humanidad), seres altos, rubios, compasivos y muy espirituales, provenientes de Alfa Centauro (a 4.2 años de la Tierra). Irónicamente, Groenlandia significa “tierra verde”.
La creencia en un mundo dentro de la Tierra es demasiado persistente como para ser borrado por fotos satelitales o impresiones de computadora.
Sabemos que existen civilizaciones intraterrenas y ciudades enteras (Ej.: Erks en el cerro Uritorco) pero para verlas el ser humano tendrá que elevar su vibración y encontrar su verdadero camino en el Amor.
(Extracto de “Bibloteca Conozca Más: Serie Misterios Desconocidos”).

Editorial: Julio 2004

Los griegos muchas veces representaban el alma humana con la imagen de una diminuta mariposa. Ellos sostenían que el espíritu precisa atravesar períodos de quietud casi absoluta para evolucionar y alcanzar así su libertad. Los asirios, quienes también hicieron un paralelo entre la mutación del espíritu y el desarrollo de la oruga a mariposa, compararon éste proceso con el de una virgen que dará a luz a un nuevo ser.
Muchos de nosotros hemos escuchado decir que la Humanidad atraviesa un momento de transición y que la crisis que el ser humano experimenta es pasajera. Sin embargo, quienes se sienten atrapados por las circunstancias que los rodean, limitados en sus anhelos de paz, de amor y de felicidad tienen una gran dificultad para conectarse con esa verdad esencial y realizar el trabajo espiritual que los tiempos exigen.
Sólo aquellos que fortalezcan la voluntad y comprendan su misión, romperán el capullo y verán la Luz (como la mariposa). Sólo quienes confíen en que toda crisis nos enseña a crecer dejará el dolor para siempre.
La Tierra se acerca rápidamente a la 4ª dimensión y es el momento de romper el capullo que nos aprieta y transformarnos en mariposas de Luz, que irradien su energía y conocimiento para toda la Humanidad.
¡Ahora es el tiempo en que el tiempo es ahora!

El Chiste: Quien dijo?



– saquen una hoja.
Adán.

– lo importante es lo de adentro.
Jack, El Destripador.

– jamás podré estudiar derecho.
El Jorobado de Notredame.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El despertar del 3° ojo:



Existe una manifestación del plano físico a través de la cual percibimos realidades intangibles, intuimos el mundo circundante, nos conectamos telepáticamente y accedemos a la verdadera sabiduría espiritual. Aunque fue negado durante siglos por la ciencia, las antiguas civilizaciones ya conocían la existencia del tercer ojo: nuestro canal indiscutible de percepción extrasensorial.
Aunque es cada vez mas aceptada la existencia del tercer ojo, es común que los científicos lo pongan en duda; de la misma manera se negaba la existencia del aura, antes que la “cámara Kirlian” demostrara su existencia.
El tercer ojo, también conocido en la India como “ojo de Shiva”, es la manifestación de un sentido físico capaz de ejercer la percepción extrasensorial. Está situado en el cráneo a la altura del entrecejo, y la comprobación de su existencia, por cierto, no es una fantasía. Allí donde se halla se ubica la denominada glándula pineal, cuya función biológica aún no está clara para la medicina tradicional occidental.
En la tradición de las culturas antiguas, se consideraba que ésta glándula era el único órgano visual, hasta que comenzó a atrofiarse progresivamente.
Recientemente la ciencia ha comenzado a aceptar que, por ser esta glándula un elemento no demasiado funcional dentro de la perfecta maquinaria del cerebro humano, puede estar relacionada con los planos del funcionamiento espiritual o psíquico de las personas.
Algunas teorías sostienen que el ser humano primitivo ya sabía sobre la ubicación del tercer ojo. Prueba de ello es que los antropólogos han hallado algunos cráneos que datan de la edad de piedra, perforados a la altura exacta de donde se ubica la glándula pineal.
En la antigua tradición cultural egipcia también se manejaba un concepto bastante similar a lo que entendemos hoy por tercer ojo; el “ojo de Horus” era un órgano que solo poseían los sacerdotes y faraones; también se le conocía como “ojo del alma”. Este órgano espiritual era un medio de comunicación entre la divinidad y el faraón, y debían desarrollarlo a través de largas jornadas de meditación e introspección espiritual.
Los lamas tibetanos, desde tiempos inmemoriales sostienen una teoría según la cual, en el cuerpo físico, existe una vía de conexión armonizadora, que alinea las energías cósmicas con las vibraciones psíquicas de las personas.
A mediados de este siglo, un científico norteamericano llamado Aaron Lerner, descubrió que la glándula pineal es fotosensible; esto significa que reacciona, al igual que la retina ocular, al estímulo de la luz. Al parecer, la oscuridad provoca la actividad de la glándula, que reacciona produciendo una hormona llamada Melatonina. Ante la presencia de la luz, la producción de esta hormona merma.
Curiosamente en las antiguas culturas descubridoras del tercer ojo, se ejercitaba el desarrollo del mismo a través de experiencias relacionadas con los efectos de la luz (por ejemplo, la observación prolongada de cristales sumergidos en agua). La malatonina está relacionada con una fase importante de la psiquis de las personas, ya que interviene en el desarrollo de la sexualidad e influye en ciertos estados de armonía y alteración psicológica, concretamente afecta los estados depresivos. El desarrollo del tercer ojo en ocasiones es innato y en otras, se logra a través de entrenamiento y la experimentación psíquica, pero todos los seres humanos, en forma latente o activa, la poseemos por igual.
El tercer ojo es el centro de desarrollo de la sabiduría espiritual, de la expansión de las capacidades paranormales y del conocimiento del futuro a través de vivencias como, por ejemplo, la clarividencia y la precognición.
En muchas ocasiones, una suerte de sabiduría inconsciente nos orienta en nuestros actos y pensamientos, permitiéndonos obrar acertadamente ante las circunstancias que se nos presentan. Esta experiencia casi mágica, que llamamos intuición, es uno de los poderosos campos de acción en los que interviene el tercer ojo.
Si bien no es posible planificar de ante mano el ejercicio de la intuición, si es absolutamente factible abrir los canales de la psiquis conectados al tercer ojo, a fin de que el fluir intuitivo se haga presente con absoluta naturalidad.
La meditación es uno de los caminos que conducen a la sabiduría interior, que abre las vías dormidas de percepción que todos poseemos. Por eso mediante la práctica es posible abrir las compuertas de la potencialidad de tercer ojo, el ojo del alma. Nota de la revista Más Allá (2000).

Regreso de la vida material a la Espiritual: ¿Qué nos sucede cuando morimos?



En el momento de la muerte, el Alma, el Espíritu, vuelve al mundo que había abandonado momentáneamente, pero conserva su individualidad, nunca la pierde.
Al irse del mundo material, el Alma, lleva consigo el recuerdo y el deseo de ir a otro lugar mejor. Aquel recuerdo es grato o desagradable, según el uso que se haya hecho de la vida, y mientras más pura es el Alma, mejor comprende la futilidad de lo que deja en la Tierra. De ésta manera el Alma entra en la vida eterna, no el cuerpo que tiene una vida transitoria y pasajera, cuando el cuerpo muere el Alma entra en la vida eterna.
La separación del Alma y cuerpo se opera gradualmente y no vuela cómo un pájaro prisionero al que de súbito dejan en libertad. Los dos estados se tocan y confunden, de modo, que el espíritu se desprende poco a poco de los lazos, que se sueltan y no se rompen.
Durante la vida, el espíritu está ligado al cuerpo por la envoltura semimaterial y la muerte no es más que la destrucción del cuerpo; pero no la segunda envoltura que se separa de aquel. La observación prueba que en el instante de la muerte, el desprendimiento de esa envoltura semimaterial o periespíritu no es completo; sino que se opera gradualmente y con lentitud que varía en los individuos. En unos es bastante rápida y puede deducirse que con pocas horas de diferencia, el momento de la muerte es también el de la emancipación; pero en otros, sobre todo en aquellos cuya vida ha sido completamente material y sensual, el desprendimiento es mucho más lento y dura a veces días y semanas, lo que no implica al cuerpo la menor vitalidad ni la posibilidad de regreso a la vida, sino una simple afinidad entre cuerpo y espíritu; la cual está siempre en proporción a la preponderancia que, durante la vida, ha dado el espíritu a la materia.
En el momento de la muerte el Alma siente como se rompen los lazos que la unen al cuerpo, y entonces pone todos sus esfuerzos por romperlos completamente; según como haya sido su comportamiento en la vida material, se avergüenza de las cosas que ha hecho o encuentra alivio al dejar el cuerpo porque no tiene nada que recordar.
Al recorrer el túnel de luz el Alma es recibida por familiares y amigos que salen a recibirlo a la entrada al mundo espiritual, y lo ayudan a separarse definitivamente de la materia. Ve también a muchos a quien había perdido de vista durante su permanencia en la Tierra.
En el momento de la muerte, todo es al principio confuso y el alma necesita algún tiempo para reconocerse, pues está como aturdida y tratando de explicarse su situación. La lucidez de las ideas y las memorias del pasada le vuelven a medida que se extingue la influencia de la materia. La duración de esa turbación es variable puede durar minutos, horas, días, semanas o meses; y presenta circunstancias especiales, según el carácter de los individuos y sobre todo la clase de muerte.
En las muertes violentas (accidente, suicidio, etc.) el espíritu está sorprendido, admirado y no cree estar muerto; ve, sin embargo, su cuerpo, sabe que es suyo y no comprende que está separado de él; se acerca a las personas a quienes aprecia y no comprende porque no lo oyen. Lo que aumenta su ilusión es verse con un cuerpo semejante al anterior y cuya naturaleza etérea no ha tenido tiempo de estudiar aún; lo cree sólido y compacto como el primero que tenía y se sorprende de no poder palpar. Se da el caso de espíritus que asisten a su entierro como al de un extraño, hasta que comprende la realidad.
Libro de consulta: “El libro de los espíritus” de Allan Kardec

Mensajes de los hermanos en Misión:

+ “Si tiene que ser algo, que sea el Amor”.
+ “Cuando el Amor reine en el Mundo, la Paz se habrá logrado”.
+ “Lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón”.
+ “Descubre la recóndita cueva que hay en tu interior, y lo descubrirás todo. Desciende hasta tus raíces en la naturaleza y te encontraras a ti mismo. Nada ha cambiado, excepto mi actitud. Por eso, todo ha cambiado”.
+ “Hablar poco, de lo que se sabe, no hablar, de lo que no se sabe y nunca decir: yo hice, yo se, yo soy, ante las obras de las energías”. (Cura Tona).

Sabías que...



-El 26 de junio del 2004 la superficie de Titán, rojizo satélite de Saturno descubierto por el astrónomo holandés Christian Huygens en 1655, recibirá la sonda Huygens con un CD-Rom que contiene más de 100.000 mensajes de 50 naciones para los extraterrestres.
-El orbitador Cassini que lleva la sonda y quedará orbitando sobre Saturno contiene otro CD-Rom de EE.UU. con mensajes y 616.000 firmas de más de 82 naciones de la Tierra.
Para enviar los mensajes los más entusiastas fueron los jóvenes de entre 15 y 20 años y revela que más del 80% de los mensajes empiezan así: “Queridos extraterrestres...” o “Queridos E.T....”.
-El plan Cósmico en un principio centró la atención en 8 planetas con una característica particular (clase UR -de aura azul-) en los cuales se pudieran albergar civilizaciones que eventualmente fueran capaces de dar saltos evolutivos rápidos y sin igual, transformándose sus habitantes con el pasar del tiempo, en maestros de sus propios maestros

El misterio de Orión:



Durante miles de años, las grandes pirámides de Egipto se han erguido como testigos imponentes de un pasado pleno de enigmas sin resolver. Su sólo tamaño las ubica en una categoría aparte, por no hablar de la perfección de su geometría. Sigue siendo un misterio el modo que fueron construidas, aún hoy, pese a las ventajas de la tecnología moderna.
La gran pirámide ha fascinado a toda suerte de aventureros y ha atraído más atención que ningún otro edificio de la historia. A lo largo de los siglos se mantenía la sospecha de que ocultaba secretos en su interior.
Hoy podemos afirmar gracias a los estudios que los científicos han realizado, que la Gran Pirámide (y las otras pirámides de la meseta de Gizeh) tienen una importante significación religiosa que se relaciona con el origen de los egipcios y de su civilización.
Los egipcios creían en el sistema del orden cósmico y su transferencia a la tierra de Egipto, había sido establecida mucho tiempo atrás por los dioses. Egipto había sido gobernada por una raza de dioses durante muchos milenios, antes de que fuera confiado al linaje mortal, aunque divino, de los faraones. Los faraones eran el nexo sacerdotal con los dioses.
Los egipcios tenían un interés especial por la observación astronómica y con particular preferencia por Sirio y las estrellas de Orión (sus dioses habrían venido de allí). Gracias a los estudios realizados por Robert Bauval y Adrian Gilbert hoy sabemos que la construcción de las pirámides de Gizeh y de todo el complejo arquitectónico que forman junto a otras pirámides, respondieron a un minucioso y organizado “plan” de los sacerdotes egipcios. Las fotos satelitales de la zona muestran claramente que la “constelación de Orión” está representada en la meseta de Gizeh y las 3 pirámides son la representación en la Tierra del cinturón de Orión (lo que conocemos como las Tres Marías).
Hace 4.500 años, cerca de la actual ciudad de El Cairo, un grupo de arquitectos-sacerdotes-astrónomos planificó siete gigantescas estructuras piramidales, organizó los trabajos y finalizó los mismos en el transcurso de tres generaciones. Después de 100 años más de 8 millones de bloques de piedra, con un total de 22 millones de toneladas de rocas, habían sido encuadrados, transportados y alzados.
Las pirámides muestran unos alineamientos estelares, se alinean meridionalmente (de Norte a Sur) con las estrellas. La Gran Pirámide tiene 4 conductos que apuntan hacia importantes estrellas relacionadas con el culto del Renacimiento osiriano. Uno de estos puntos enfoca directamente el “cinturón de Orión” y específicamente, Al Nitak, la estrella más baja del cinturón de Orión. Haciendo la correlación entre está estrella y la Gran Pirámide, podemos ver el mismo padrón entre las pirámides de Gizeh y las 3 estrellas de la Constelación de Orión.
Todo éste conocimiento estaba registrado en los “Libros Sagrados”, libros que se adjudican al dios Thot (El Atlante) al que los griegos llamaron Hermes Trimegisto. Thot era un supuesto mensajero de Dios por lo que estaba imbuido de infinita sabiduría; sus escritos revelan el auténtico conocimiento divino.
En los dibujos egipcios, Thot es una figura con cabeza de Ibis, animal que simboliza la sabiduría. Suele vérselo sosteniendo una tabla y un instrumento para escribir, en su papel de transmisor de mensajes divinos y cronista de acontecimientos humanos.
Extracto de “El misterio de Orión” de R.Bauval y A.Gilbert.